A estas alturas de mi vida debería saber que al destino le gusta el drama, prueba de ello es que justamente, en este mismísimo instante, Eun Woo me haya llamado.
O quizá es una aliada, solo quizá, no debí haber estado tan cerca de besarlo y aun así no puedo evitar sentir esa decepción de que no lo haya hecho. Con toda la paciencia del mundo y aparentando desinterés guardo mi celular.
Pero soy muy consciente de la mirada intensa de Taehyung y no estoy muy segura si mentir o no. No quiero explicar nada y tampoco se lo debo pero una parte de mi siente esta necesidad de aclararle todo este enrollo.
—¿Eres tú, Amy?
—Lo soy.—respondo levanto mi mirada hacia a él y me topo con su mirada indiferente, todo aquel rastro del Taehyung de hace unos segundos se ha esfumado. ¿Acaso esta molesto conmigo? Levanto una ceja, molesta por esa actitud. No hice nada malo y aunque lo hubiese todo este lío sin nombre que tenemos se está haciendo cada vez más confuso. Me gusta y mucho a pesar de toda los malentendidos que nos llevaron al caos que somos.—Pero ¿eso a ti qué te importa?
No contesta así que agarro unas vendas y hago todo rápidamente para irme y arreglar todo este lío que no me quiere dejar salirme. Cuando termino lo miro por última vez, por mi estúpida esperanza que me diga algo, cualquier cosa pero solo se para y pasa por mi costado hasta dar con la puerta. Cuando su mano toca la manija voltea a verme de perfil.
—Claro que me importa, Amy.—dice haciendo que me quede quieta sin saber que hace o que responder.—Me importas más de lo que crees.
Y con esas simples palabras hace que mi corazón empiece a latir con fuerza. Nunca sé como reaccionar ante mis emociones, nunca he podido y nunca sentí esta necesidad de expresarlo pero no con palabras.
¿Acaso estoy loca?
Mi cerebro no está conectado con mi corazón así que hago lo que necesito.
Me abalanzo sobre él y cierro la puerta con rapidez. Taehyung se voltea y me mira con confusión pero con entusiasmo. Lo tomo por el cuello y me pongo de puntillas para hacer algo que necesito.
Lo necesito tanto.
Que duele.
Nuestros labios chocan, la desesperación es tanta que es un beso torpe al principio pero cuando me carga y entrelazo mis piernas en él todo se vuelve perfecto. Sus manos acarician mis piernas y yo jalo de su cabello ganándome una mordida de su parte.
—Creo que he perdido la razón.—susurro entre besos. Pongo mi mano en su mejilla y la calidez de su piel me encanta. Sigue besándome deliciosamente y sus labios bajan por mi cuello haciendo que todo mi cuerpo se sienta en las nubes.
—Desde que te vi fuera de la empresa supe que yo la había perdido por ti.—habla bajito, sus labios rozando mi piel.
Me río.—Me despediste.
—Me insultaste.—contrataca burlón.
Lo beso antes de contestar.—Capaz ya intuías lo que iba a pasar, he visto muchos videos sobre las premoniciones (ver si es lapalabra) que pueden intuir las personas, ya sabes ese instinto que tenemos cuando podemos estar ante un peligro o algo que no nos gusta.
—Entonces no fue una premonición, parlanchina.—descansa su frente contra la mi y yo entrelazo mis manos atrás de su cuello.
—Entonces ¿que fue?
Los ojos rasgados y negros de Taehyung recorren mi rostro con tanta devoción que me pone nerviosa, puede ver cada pecha con exactitud así como también las imperfecciones que tengo pero me ve como si fuera lo más precioso de este mundo.
—Fue más como una corazonada.—finge pensar.— o quizá fue que casi me dejas ciego con tanto brillo que traías.
—¡Oye!—me quejo y ambos no reímos hasta dos golpes en la puerta nos deja inmóviles.
—¿Todo bien, Taehyung? Hyung necesita hablar contigo, ya sabes control de daños.
El cuerpo de Taehyung se tensa.—Ahora lo busco, Namjoon.
—Bueno, creo que deberías como que ya porque no es que este muy paciente.
—Ya iré.
—Solo no te distraigas por el camino, adiós y suerte. Te llevaré flores a la tumba.
—Creo que es hora de volver a la realidad.—intento ocultar mi decepción y bajo mis piernas hasta llegar al piso.
Taehyung inclina su cabeza hacia un lado.—No dejo las cosas a medias, brillos. Tu y yo tendremos una conversación, te recogeré a la hora de tu salida.
—Pero, no pueden vernos juntos.—le recuerdo.
—No te preocupes por eso.
(...)
Corro hasta la sala donde se suponía que iba a encontrarme con Eun Woo, rogando que no se haya ido porque sino habré perdido la oportunidad de arreglar las cosas. Ya es tarde, demasiado. Con resignación entro y Eun Woo se para rápidamente.
—Eun Woo.—dejo salir agradecida de que aun siga aquí.—Lamento hacerte esperar tanto tiempo. Se me presento un contratiempo en el trabajo.
Si claro, Amy. Unos contratiempos llenos de besos y manos traviesas.
—Creo que aquí la única persona que tiene que pedir disculpas soy yo Amy.—me muestra una tímida sonrisa que hace que mi lado fan celebre.
—Entonces nos quedaremos un buen rato discutiendo que tiene que disculparse.—bromeo.—Pero, hablando en serio. Lamento que por culpa de eso hayas terminado con tu relación.
Mentira.
—En realidad en todo caso debería de agradecerte por devolverme mi libertad.—se encoge de hombros como si estuviera hablando del clima pero creo entender a lo que se refiere.
—Si es así, lo haría otra vez aunque me costará miles de suéteres.
Eun Woo ríe y me tomo unos segundos en detallarlo. Lleva su ya icónica gabardina que le da un aire elegante. Va todo de negro haciendo que resalte su piel pálida, quisiera tomarle una foto y ponerla en uno de mis binners que he comenzado a coleccionar solo para mantenerme ocupada pero se volvió mi adicción.
—¿Gang mi, sabe quién es la persona de la foto?—pregunto cautelosa. No necesito tener más problemas y estoy más que segura que ella solo pararía cuando me vea en un avión de regreso a mi país solo por esas fotos.