El Éter

Capítulo 2 - Parte 3

El resto del camino fue silencioso, ni ellos no yo hablamos, yo cada vez me ponía más nervios o ansiosa, la curiosidad que sentía era casi tan grande como nerviosismo. El llegar Joas ya estaba en el lugar, en la parte más alejada y menos conglomerada de personas, como siempre estaba recargado sobre el auto fumando un cigarrillo. Un vez que estuvimos reunidos los cinco quede viendo a cada uno, esperando que alguien tomara la palabra.

  • ¿Solo nos vamos a ver las caras?
  • Tranquila, solo estamos pensando una manera de decirte las cosas sin asustarte – dijo Silas
  • Creo que eso debieron pensarlo ayer – mi mirada se dirigió hacia Joas pero no se tomó la molestia de verme, fue como si yo no hubiera dicho nada –
  • Creo que la única manera es mostrándole – prosiguió Dylan, Ferrán asintió –
  • Lo primero que tienes que hacer es tener la mente abierta, - dijo Ferrán  - hay  cosas en este mundo que la mayoría de las personas ni se imagina, cosas increíbles, pero solo unos cuantos son capaces de conocer y manejar
  • Okey… esto suena a película de ciencia ficción o algo así
  • Pero no lo es, esto es muy real, tan real como tú y como cualquiera de nosotros – Ferrán se mostraba serio, como si detrás de sus palabras se escondiera una gran verdad –
  • Valeria ¿Te ha paso alguna vez que deseaste algo como que en un día soleado corriera más aire fresco o que dejara de llover y eso pasará?
  • Creo que todos en algún momento nos hemos quejado del clima
  • No me refiero solo a “quejarse” si no a que realmente ocurra
  • No, claro que no
  • ¿Estás segura?  - por un momento me hizo dudar, mi mente empezó a trabajar, no podía recordar que algo así me hubiera pasado alguna vez… con excepción del día en que murió mi madre, ese había sido el peor de toda mi vida, recordaba que en cuanto me dieron la noticia sentí que mi mundo se venía abajo, justo ese día llovió como nunca, esa fue la peor lluvia del año y lo más extraño es que era primavera cuando eso paso, la lluvia  tardo días, una semana después aun llovía, recordaba que había estado viendo hacia el jardín, donde mi madre había sembrado sus rosas, había llovido tanto que casi todas sus plantas se estaban ahogando, tanta lluvia hacia que las rosas de mi mamá se estuvieran muriendo, suspire y desee que dejara de llover, mi madre se había esforzado mucho por cultivar esas rosas. A los pocos minutos dejo de llover y el cielo se empezó a despejar, el sol salió. Fue extraño, casi mágico, pero ¿Qué tenía que ver eso con lo que decían estos chicos?
  • Bueno… - dude antes de hablar, no tenía sentido, no es como que hubiera llovido solo porque yo estaba triste y se hubiera detenido solo porque yo lo había deseado… ¿o sí? La incredulidad me gobernó en ese momento y comencé a reír, esto tenía que ser una broma, una muy original tenía que aceptarlo – okey… Wow… esto es nuevo y creo que ya escuche suficiente, me voy
  • No, espera… sé que es difícil creer en lo que te digo, talvez la única forma en que creas es si lo ves – volteo a ver a Dylan y él dio un paso hacia adelante, Dylan sonrió de forma tímida –
  • Hare algo pequeño, no quiero asustarte – abrió la puerta del auto y saco una botella con agua la destapo y la giro con toda la intensión de tirar su contenido, pero el agua no cayo, empezaron a salir pequeñas burbujas de agua, y empezaron a florar a nuestro alrededor cuando la botella quedo vacía las burbujas de agua se empezaron a mover, como si danzaran en el aire, el agitaba sus manos y el agua se novia con sus movimientos, junto sus manos y las burbujas se juntaron haciendo una gran bola de agua, levanto su cabeza y la bola se alzó por encima de nuestras cabezas, cerro una de sus manos en un puño y el agua se empezó a cristalizar hasta convertirse en una bola de hielo y al instante que abrió su palma la bola se hizo añicos, pequeños copos de hielo empezaron a caer sobre nosotros, levante una de mis manos y un par copos cayeron sobre mi palma, volví a verlo casi en shock, el solo sonrió tímidamente. Ferrán volteo a ver a Silas y este se agacho, puso una de sus manos sobre el césped y este comenzó a crecer junto con el césped un montón de pequeñas flores de diversos colores, era como si un pequeño y hermoso prado nos rodeara, levanto la vista y me pregunto
  • ¿Cuál es tu fruta favorita?
  • Umm… no sé… ¿Las manzanas? – el asintió y sonrió y en medio de nosotros comenzó a crecer una pequeña planta que en pocos segundos se convirtió en un pequeño árbol, sus hojas eran de un verde vivo, entre las ramas empezaron a crecer pequeñas flores blancas que rápidamente se hicieron bolitas color marrón, después pasaron a ser más grandes y verdes y al final se convirtieron en una enormes manzanas, Silas se incorporó y tomo uno de los frutos y me lo ofreció –
  • Te aseguro que esta deliciosa, pruébala – la acepte y me la lleve a la boca, le di una mordida y él tenía toda la razón, era dulce y jugosa, estaba deliciosa
  • Está muy rica – sonreí, sentía que estaba fuera de este mundo, todo esto era tan irreal… hasta mágico –
  • Mi turno – dijo Ferrán, levanto su mano izquierda con la palma hacia arriba y con un dedo de su otra mano empezó a hacer círculos en el aire, al principio no pasó nada pero poco a poco pude ver el aire girando sobre su palma, ese aire se convirtió en un pequeño tornado, bajo su mano derecha y se concentró en el tornado que había sobre su palma, cuando llego como a los 30 cm lo empujó hacia arriba y al chocar con los árboles se convirtió en una brisa que los ajito y desapareció… -
  • Mi poder ya lo conoces – dijo Joas – creo que lo de ayer fue suficiente demostración
  • Esto es… esto es asombroso, no lo puedo creer; solo hay una cosa que no entiendo ¿Qué tiene que ver todo esto conmigo? Yo no hago ninguna de estas cosas
  • Ese es el detalle Valeria, tu eres capaz de hacer todo esto y muchas cosas más, más de las que te imaginas



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En el texto hay: elementos, magia, magia y brujas

Editado: 22.09.2018

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