Brooke negó con la cabeza sin dudar.
—No, jamás. He tenido citas, sí, pero nunca consideré presentarle un hombre a mi hija sin estar segura de que la relación iba en serio. No quiero que se encariñe con alguien que quizás no se quede en su vida.
Ethan tragó en seco. No dijo nada, pero sintió una punzada inesperada en el pecho. Claro que Brooke había seguido adelante. Había salido con otros hombres, había estado con otros hombres. Era lógico, él no tenía derecho a sentirse así, y sin embargo, la idea lo incomodaba más de lo que le gustaría admitir.
Vivian asintió con expresión compresiva.
—Esa es una decisión muy responsable, Brooke. La estabilidad emocional de Ava es lo más importante. Te hice esta pregunta porque su percepción sobre las relaciones influirá en la manera en que reciba la noticia sobre Ethan.
Se inclinó ligeramente hacia adelante, adoptando un tono reflexivo.
—Ava, en su inocencia, podría romantizar la idea de ver a sus padres juntos, ya que su única referencia sobre una relación tuya es Ethan. No ha conocido a nadie más en ese rol, lo que refuerza la imagen de que él es, o al menos fue, alguien importante en tu vida. Esto podría jugar a su favor al aceptarlo, pero también generar expectativas que debemos manejar con cuidado.
—¿Cuánto tiempo cree que debería pasar antes de que le diga quién soy? Estoy... —intervino Ethan, con impaciencia—, un poco ansioso por saber si ella entenderá que no la abandoné a propósito. ¿Y si se siente triste?
—Es una posibilidad. Pero si eso sucede, será algo que podrán trabajar juntos. Lo fundamental es validar sus emociones, decirle que entienden cómo se siente y que, sin importar qué, estarán ahí para ella.
Ethan asintió lentamente mientras la psicóloga continuaba.
—La clave aquí está en la gradualidad. Ava ya ha visto la foto y, en su mente, Ethan es una influencia positiva. Es fundamental que la transición hacia el reconocimiento de su figura paterna sea suave, sin forzar la situación. Lo primero que pueden hacer es empezar a integrar a Ethan de una manera natural en sus actividades cotidianas. Podrían invitarla a salir los tres, sin presionarla, solo con la idea de pasar un buen rato juntos. Por ejemplo, un paseo al centro comercial, a comer o a su lugar favorito. El objetivo es mostrarle que, aunque ustedes no estén juntos, se respetan y se quieren de una manera diferente, pero igualmente importante.
Brooke ladeó la cabeza.
—¿Qué pasa si Ava no quiere salir con Ethan?
—Si no quiere, no la presionen —respondió Vivian con suavidad—. Es fundamental que sienta que tiene control sobre la situación y que no está obligada a aceptar algo que le incomoda. Sin embargo, como ya mostró interés en Ethan, no me parece que haya de qué preocuparse en ese aspecto.
Ethan asintió, procesando la información.
Brooke bajó la mirada y jugueteó con la cremallera de su bolso antes de hablar.
—Hay algo más que me preocupa… —murmuró—. Tengo miedo de que Ava se enoje conmigo cuando sepa la verdad.
Ethan frunció el ceño y Vivian ladeó la cabeza con interés.
—¿Por qué crees que reaccionaría de esa forma?
Brooke respiró hondo.
—Cuando Ethan terminó conmigo, fue porque él se iba a trabajar a otro país y dijo que no necesitaba distracciones. Yo… iba a contarle del embarazo y decidí no decírselo.
Ethan se tensó, pero no dijo nada.
Brooke continuó:
—En ese momento pensé que estaba tomando la mejor decisión. Creí que lo correcto era dejarlo seguir con su vida sin atarlo a algo que no había planeado. Pero ahora veo que no solo pensé en Ethan o en mí, sino que dejé de lado lo más importante. Ava tenía derecho a conocer a su padre desde el principio.
La sala quedó en silencio por un instante, solo interrumpido por el leve sonido del bolígrafo de la psicóloga contra el papel. Luego, con una mirada comprensiva dijo:
—Es completamente normal que te sientas así. Estás evaluando el pasado desde tu perspectiva actual, pero en su momento tomaste la decisión con la información y las emociones que tenías. No puedes juzgarte con la sabiduría que solo adquiriste con el tiempo.
Brooke apretó los labios.
—Pero eso no quita que Ava pueda enojarse.
—Ava es una niña, y como todos los niños, verá el mundo de forma distinta a medida que crezca. Tal vez, cuando entienda la historia, sienta tristeza, enojo o confusión, y eso es completamente válido. Pero lo más importante es que siempre estés ahí para hablar con ella, escucharla y reafirmarle que todo lo hiciste con amor.
Brooke asintió lentamente.
—Así que debo estar preparada para cualquier reacción.
Vivian asintió lentamente y les dedicó una última mirada amable antes de cerrar su libreta.
—Creo que por hoy hemos avanzado bastante. Recuerden que este proceso tomará tiempo, pero lo están abordando con la disposición correcta. Si en algún momento sienten que necesitan más orientación, pueden volver a consultarme o, si lo creen necesario, traer a Ava.