La segundaria ah cuántos momentos buenos pase en ese lugar, allí fue donde conocí a las personas más importantes de mi vida, desde que entre a ese lugar me dieron ganas de vivir.
– oye no me hables en toda la clase – asentí a lo que dijiste y llegamos a la segundaria.
Me sorprendí, si y mucho, quien diría que estudiarias en la misma segundaria a la que fuí.
– las cosas cambiaron – murmuré al ver la fachada del lugar, en definitiva se veía mejor, el lugar estaba bien pintado y remodelado, si lo comparaba a como estaba antes te aseguro que esto es 10 veces mejor.
Entramos a la segundaria y observé el lugar como un niño pequeño, el lugar era maravilloso y me traía muy buenos recuerdos, solo al ver el lugar empecé a desear el volver a estudiar.
Tú caminabas rápidamente y te robaste la atención de muchas señoritas que se giraban solo para verte, realmente eres guapo y atractivo pero nunca te diría eso, por qué quizás tomarias a mal el comentario.
Te sentaste hasta la parte de atrás del salón y te dedicaste a ojear tu celular.
– todas las chicas posan la mirada en ti –
– es normal así que acostúmbrate – me dijiste con desinterés.
– no necesito acostumbrarme por qué sabes yo era muy popular en la segundaria, digamos que todas las chicas querían salir conmigo–
– si claro como no – no me creíste en ese momento y me moleste.
– si no quieres creerme será tu problema pero yo no estoy mintiendo – me senté al lado tuyo y pose mi mirada en ti – me sentaré aquí así que no permitas que nadie se siente en este lug...–
– hola – una joven llamó tu atención y tu levantaste con rapidez la mirada para encontrarte con ella– ¿El lugar esta ocupado?–
Te quedaste plasmado sin saber que contestar y me burlaria de ti pero comprendo que se siente quedar rendido con la belleza de una mujer.
–claro el lugar ocupado –
– oh lo siento entonces me sentaré por allá – ella señaló un lugar en la parte delantera y aquella chica estaba apunto de irse pero la tomaste de la muñeca.
– el asiento está vacío – yo te mire molesto y me levanté del lugar para darle espacio a ella.
– gracias– ella sonreía y cuando la vi sonreír me recordó a Adriana, ambas tenían una hermosa sonrisa pensé mientras parado miraba tu conversación con la joven – soy Natali Díaz pero puedes decirme Nat – ella te tendió la mano y tú rápidamente la estrechaste
– soy Joseph Steven–
– lindo nombre – tu cara estaba con un rosa en las mejillas y yo solo volví a reírme de lo bobo que te veías.
Luego de aquello las clases transcurrieron con normalidad, ella te hacia una que otra pregunta y tú respondías torpemente.
Por un momento me imaginé a Adriana y a mi, era tan bello verte con aquella mujer pues al menos con ella si sonreias.
Los días pasaron rápido y en menos de un mes tu y Natali se habían echo muy populares, pues entre las chicas Natali destacaba y no solo por su belleza si no que también por su amabilidad.
Seguramente te estabas enamorando de ella y me sentía realmente feliz por eso, pues al menos con ella parecías una persona abierta de sentimientos.
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Hola lamento que este capítulo sea corto pero igual espero y lo hayas disfrutado