Un poco más, han sido días complicados
Espero les guste ( y que esto avise de la actualización)
Saludos y buenos deseos
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Los dos, al mismo tiempo, dijeron que era hora de dejar la partida en suspenso.
Wu fang la había notado cansada, probablemente el viaje de la caravana había sido largo, él nunca sabía de dónde venían trayendo la mercancía o cuántos días de viaje demoraban. Y ella había notado que él perdía la concentración, imaginaba que los logros de la batalla le habían costado muchos sacrificios, probablemente aún no se hubiera recuperado del todo.
Antes de retirarse, le preguntó si ya sabía sobre su próximo pedido o si quería esperar a la mañana.
-Ya lo tengo decidido- dijo él y se levantó para buscar algo en su escritorio. Trajo dos sacos, uno más pequeño y otro mayor y una lista.
-Aquí está el resto del pago por lo que me trajo, y un adelanto por algunas cosas que necesito- dijo y le entregó la lista. Eran cosas básicas, algo más de cereales, sogas, algunas herramientas, ropa de abrigo, tinta, nada que pusiera a prueba sus límites
-¿Y eso?- preguntó ella apuntando la otra bolsa
-Esto necesito que lo venda, al mejor precio que pueda – dijo él y abriendo la bolsa dejó caer su contenido. Eran joyas y adornos de jade y piedras preciosas. Había también algunas cosas personales como una corona hanfu de oro para el cabello, un tintero y pinceles finamente tallados
-¿Quiere que venda sus cosas?- preguntó sorprendida.
-Sí, y como pago puede tomar un porcentaje, no sé cómo funciona en estos casos, usted me dirá.
-Son sus cosas, insistió ella.
-No me son de mucha utilidad aquí, en cambio el dinero me vendría bien hasta que llegue la próxima asignación- respondió con calma pero ella percibió cierta urgencia.
-¿Qué necesita comprar?
-Necesito dinero para ayudar a las familias de los que murieron en la última batalla, no está contemplado en la partida que me envían. Y también necesito para comprar algunas cosas que no es conveniente que usted sepa – confesó.
-Entiendo- dijo ella.
-¿Lo venderá por mí?
-Sí, Su Alteza. Aunque creo que hay objetos que serán difíciles de vender, deberé buscar nobles que estén interesados en piezas como estas para conseguir un buen precio- dijo ella mientras tomaba en la mano uno de los lujosos objetos.
-También puede fundir lo que es oro- dijo él y ella lo miró.
-Son valiosos, incluso pequeñas obras de arte – mencionó como si la idea la espantara
-Supongo que sí, y quizás en otro tiempo también me habría horrorizado ante la idea, pero no ahora. Y tampoco ninguno de esos objetos tiene un valor sentimental para mí , así que por el momento son solo cosas y el dinero me hace más falta en este momento – dijo mirándola fijamente, y sonrió levemente, con una sonrisa amarga como si se burlara de sí mismo. Ahí estaba confesándole a una mujer que apenas conocía una de sus debilidades, era un príncipe heredero que apena tenía los recursos necesarios para llevar a cabo lo que tenía en mente. No solo se sentía patético sino que sabía que estaba siendo absurdamente confiado, pero había algo en ella, algo en la forma en que lo estaba mirando que le daba confianza. Estaba arriesgando su vida, estaba haciendo una apuesta.
-Trataré de venderlos lo más rápido posible y al mejor valor- dijo ella y eso hizo que Wu Fang pensara algo más. Ella había mencionado a los nobles de la región
-¿Conoció al General Zhang?
-Sí, pero muy brevemente, no estaba muy interesado en lo que yo podía venderle y yo no podía venderle nada de lo que a él le interesaba- respondió y él asintió.
-¿Y a su familia? Quiero decir visita las casas de los nobles de la región, debió visitar su residencia, ¿verdad?
-Así es, ¿era su cuñado, verdad?
-Sí- respondió y su mirada se llenó de sombras, no sabía por qué había preguntado, quizás porque nunca preguntaba a Liyuen sobre esos años, quizás porque estar allí le daba una idea mucho más certera de lo dura que era la vida en el norte, quizás porque le gustaba torturarse a sí mismo- ¿Conoció a mi hermana?
-No, no la conocí. Fui un par de veces en los años que ella vivió acá, pero solo traté con la madre del General, ella era quien estaba a cargo, no se caracterizaba por su hospitalidad , así que entraba brevemente a su mansión y jamás vi a la Princesa. No tuve oportunidad de conocerla – respondió- ¿Se parece a usted?
Aquella era una pregunta tan amplia, que podía responderse con ligereza, sí, tal vez había algún parecido físico entre ambos; o también podía responderse con profundidad y ahí podía decir que tenían en común mucho, la pérdida de su madre, el ser prisioneros de un título que no habían elegido, pero también eran diferentes. No podía decir con precisión hasta donde él y Liyuen se parecían.
-No lo sé- dijo él con sinceridad y un poco de dolor se coló en su voz. Sentía que su hermana era mejor persona que él, más valiente, más humana.
-¿Es alguien importante para usted?- preguntó , aunque en verdad le daba curiosidad saber si los hermanos se parecían, si la Princesa era alguien distante o si se parecía a este hombre con el que todo el tiempo olvidaba quien el poder que ostentaba y bajaba la guardia, como si fuera un igual.
-Lo es – dijo y ella notó la profunda emoción en su mirada. Si había alguien que de verdad le importaba al Príncipe Heredero parecía ser su hermana. No hizo más preguntas, y también calló la impresión que ella había tenido del General Zhang al conocerlo, no le había resultado nada agradable. Solo parecía importarle el campo de batalla, pero además se le notaba la ambición, el anhelo de poder, y a ella la había tratado con franco desprecio, porque era una comerciante, porque era joven, porque era mujer. Y porque había puesto límites claros sobre sus reglas de comercio. Durante mucho tiempo ella no se había acercado a la fortaleza o donde estuviera aquel hombre porque él quería obtener armas e información y , aunque no lo había dejado notar, Báixuě había sentido un poco de temor. Temía que llegara un momento en que no pudiera defenderse a ella ni a los suyos. No imaginaba que un hombre así pudiera o supiera hacer feliz a una esposa, así que había supuesto que la princesa enviada al norte no lo había pasado bien. Ahora, algo en las preguntas de Wu Fang se lo confirmaba