Fue cuando estábamos fuera de la cocina que pude reaccionar.
—¡No! — Grité —, ¡la abrieron como un trozo de carne!, ¡Hailee!, ¡la abrieron!
—Y comieron de ella — Ray estaba temblando como yo, ella llevó una mano a su estómago.
—¿qué ha pasado?, ¿qué?, Hailee.
—Linn, mírame — tomó mi rostro entre sus manos —, alguien hizo esto, quizás aún está aquí, debemos llamar a la policia, no puedes quedarte estancada, ¿está bien?
Mi respiración no era regular, mucho menos mis latidos, temblaba, tenía tanto frío, la imagen volvía a mi cabeza.
—¿Está bien? — insistió Hailee.
Sus ojos también estaban llenos de lágrimas, estaba espantada, quizás más que yo, la diferencia era que ella sí sabía cómo reaccionar. Ella reaccionaba y yo me estancaba, punto.
—Está bien — dije en un susurro —, está bien.
Tomé una respiración profunda al tiempo que ella pasaba una mano por mi cabeza.
—Vamos, rápido, un teléfono, debemos llamar a la policia — Hailee me jaló de la mano.
—En la sala, pero tendríamos que regresar allí — forcé mi voz.
Habíamos entrado por la puerta de la cocina que daba a las escaleras directas a los cuartos. Si queríamos ir a la sala, tendríamos que pasar por la cocina y luego ir allí, o bien subir a los cuartos y tomar las otras escaleras que llevaban directamente a dicha sala.
—No, vamos por acá, despertaremos a todas y luego iremos por un teléfono — explicó Hailee —, o bien iremos por Abbie.
—Creo que no puedo — se quejó Ray —, tengo miedo, ¿no lo viste? — se puso en el medio de nosotras.
—Lo vi, créeme que lo vi, por eso debemos avanzar.
En cuanto estuvimos en el piso de arriba algo se apoderó de mi, una energía recorrió mi cuerpo activándome, debía moverme porque yo sabía que las cosas solo podían ponerse peor.
—¡Miriam! — Exclamé tocando su puerta — Miriam, despierta.
—¡Barbie! — escuché a Hailee —, ¿Barbie, estás allí?
—Hailee, debemos salir de aquí — Ray se movía de un lado a otro.
—¡Miriam!
—¡Barbie!
—Agnes no está en su habitación — Anunció Ray.
Y entonces una puerta se abrió.
—¿Por qué tanto alboroto? — Miriam salió tallándose los ojos —, no me digas que ya es de día.
—¡Algo muy malo ha pasado! — dije sacándola de la habitación.
—Barbie tampoco está en su habitación — anunció Hailee.
—¿Qué sucede? — Prguntó Miriam un poco más despierta.
—Alguien ha matado a Juliette.
Todas nos quedamos en silencio ante las crudas palabras de Ray.
—¿Qué?, ¡No! — Miriam llevó una mano a su pecho —, ¿de qué hablan?
—De que debemos buscar a Abbie y salir de aquí — fue lo que dije.
Hailee caminó a través del pasillo.
—A ver, pasemos lista — abrió sus manos —, somos ocho, Linn, Miriam, Ray y yo estamos acá, Agnes, Támara y Barbie no están en sus habitaciones...
—Y Juliette está... en la cocina — Dijo Ray apoyándose de la pared.
—Y hay un asesino en esta casa — concluí.
Ninguna supo qué decir durante los próximos minutos, estábamos aturdidas.
—Vamos a buscar a Abbie, quizás Agnes y Támara están con ella — propuso Miriam comenzando a caminar.
—Esperen — las detuve para entrar en mi habitación.
—¿Qué? — preguntó Hailee —, ¿qué sucede?
—No podemos recorrer la casa estando desarmadas, todas tomen algo, rápido.
Y así fue como cada una buscó lo mejor que pudo, luego nos reunimos en el pasillo.