El Gran Reinicio Parte I : Despertar

Capítulo 54 : Voluntad Propia

 

Mi espíritu sigue unido a mi cuerpo físico, un sin fin de recuerdos y preguntas me invaden, he usado Transferencia Momentánea, este hechizo es considerado prohibido, en especial por las consecuencias que sufrirá el mago contratante, como su nombre lo indica, se transfiere el derecho a usar una determinada Invocación a otro mago, aunque existen algunos puntos a considerar, lo primero, debe de ser un mago, transferir una invocación a alguien que no pueda utilizar el mana o ambos flujos, sería catastrófico, en especial para ese No Marcado, otro punto importante es que, dependiendo del tipo de Invocación, se sufrirá un rebote inverso al tipo de enfoque de dicha Invocación, por ejemplo, si transfiriera a Vatra, un Elemental De Fuego Divino especializado en atacar, al momento de volver a mí, me sentiría extremadamente débil, mi mana se reduciría hasta casi quedar en cero provocando que no lograra realizar ningún hechizo, con eso en mente, cuando transferí a Melíades, una Dríada Del Bosque especializada en sanar, los resultados serían los ocurridos en mi cuerpo, múltiples heridas y lesiones, llegando en la mayoría de los casos, a la muerte, además, dependiendo de la diferencia de mana que existan entre ambos magos, el tiempo para lograr usar el verdadero poder de dicha Invocación será mayor o menor, es por ese motivo que Melíades tardo todo ese tiempo en sanar una herida mortal la cual solo hubiera bastado un par de segundos en recuperar, algo muy importante a considerar es que no es posible intervenir con magia los efectos del rebote, es decir que si o si, sufrirás las consecuencias de usarlo, esos son los principales efectos secundarios de este hechizo, solo Bianca comprendía los efectos de usar Transferencia Momentánea, Torágrel estaba reacio a enseñarme esto, pero logre convencerlo, solo me exigió que reflexionara muy bien antes de usarlo.

El tiempo pasa y aun no presento signos de recuperación, todo sigue igual, hasta que comienzo a sentir una comezón en mi nariz, luego un peso ligero en diferentes zonas de mi cuerpo, creo que estoy recobrando mi conciencia, mi temperatura corporal se eleva, el roce de una tela muy suave la cual me envuelve, sí, estoy recobrando mis sentidos, el aire ingresa por mis fosas nasales, respiro profundamente, visualizo un rayo de luz directo en mi rostro, abro lentamente los ojos, he vuelto, lo primero que observo es el techo de madera, estoy en mi habitación de la posada, me siento débil y cansado, la ventana se encuentra abierta, una suave brisa que ingresa hace ondear lenta y grácilmente la blanca cortina, vuelvo a respirar profundamente, es de día, el radiante sol ilumina toda la habitación, intento levantarme pero no puedo, la razón, hay 6 personas apoyadas en mí, están sentadas a un lado de la cama donde estoy mientras duermen con sus brazos sobre mi cuerpo y la cabeza apoyada en ellos, quienes están sobre mí son las tres hermanas, Bianca, Eri y finalmente Wendy, sus lentes están sobre la mesilla que se encuentra a un costado de mi cama, observo el resto de la habitación, Dileas y Mildit se encuentran durmiendo sentados en un par de sillas a pocos metros de nosotros, Boldaz e Iquios están descansando en sus respectivas camas, vuelvo a sentir esa comezón, es el cabello de Bianca el cual roza con mi nariz, no puedo evitarlo, estornudo y mi cuerpo se sacude bruscamente, todas despiertan al mismo tiempo, es entonces cuando se percatan de que estoy consiente.

– ¡Querido! – Bianca alza su voz y me abraza fuertemente.

– ¡Guille!, que bueno, abriste los ojos – Eri tiene lágrimas en los ojos.

– ¡Esposo! – Lili se despierta y da un gran salto para caer sobre mí, pero es detenida por sus hermanas.

– ¡Suéltalo ahora maldita zorra Guille recién ha despertado, su condición sigue siendo delicada, eso también va dirigido hacia las demás, debo analizar su cuerpo!

Wendy coge el hombro de Bianca y la hace retroceder contra su voluntad, toma sus lentes de la mesilla y coloca uno de sus dedos en mi frente, cierra los ojos al mismo tiempo que envía un débil pulso de mana para comprobar el estado de mi cuerpo, aunque se perfectamente de que no presentó ninguna herida, no he sufrido ningún tipo de daño pese a como colapse al momento de concluir la transferencia, es como si me hubiera sanado yo mismo, en especial porque ni siquiera Wendy pudo haber intervenido en mi recuperación por las restricciones de este hechizo, en su rostro puedo apreciar su preocupación, corrijo, en la mirada de todos, con el bullicio tanto los ancianos como el otro par que dormía en sus camas han despertado, es mejor que les demuestre mi estado así podrán relajarse, estiro mi mano derecha y la coloco en la mejilla de Wendy mientras sonrío.

– Tranquila, estoy bien, no presento herida alguna, no es necesario que te preocupes por mí, así que, has esa dulce y encantadora sonrisa que solo tú puedes hacer.

Comienzo a tocar su cabello lenta y delicadamente mientras la acaricio, se ruboriza cada vez más, la respiración de Wendy comienza a ser más pesada, jadea intensamente mientras recorro el contorno de su rostro, ambos nos centramos únicamente en nosotros, apoyo mi mano libre para elevar mi torso, estoy sentado en la cama, ahora estamos muy cerca el uno del otro, a menos de un centímetro de que nuestros labios se toquen, su mirada esta fija en mí, la lujuria comienza a apoderar todo mi ser, nos hipnotizamos mutuamente…hasta que un par de manos se interponen en el medio cubriendo mi visión.



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En el texto hay: tragedia, gore sangre accion, romance

Editado: 04.08.2019

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