-"Cassiel..."
Oí una voz, como un susurro. No veía imágenes de ningún tipo, solo esa voz.
-"Cassiel..."
Cada vez se sentía más cercana. Que sueño tan raro, parecía casi real.
-"¡Cassy!"
~Espera. ¿Qué? ¿Cassy?~ En ese momento comprendí...
No era un sueño...
-¡Cassy! – La puerta se abrió revelando a quien estaba detrás de esa voz que me llamaba hace un rato.
-¿Zoe? – Dije con una voz ronca. - ¿Qué haces aquí a las...? – Me detuve para ver la hora en mi teléfono y me enderecé rápidamente. - ¡¿Las 2:15 de la tarde?! ¡Mamá!
-Fue a comprar unas cosas hace un rato. Dijo que ya volvía. – Dijo Brianna desde el marco de mi puerta.
-¿Y por qué están aquí? Si se puede saber. – Pregunté rascándome la cabeza.
-Hablas como si hubiéramos hecho algo ilegal. – Exclamó Brianna rodando los ojos.
Arqueé una ceja. – Umm, la última vez que me fijé, irrumpir en la casa de alguien más es considerado un delito.
-Pero nosotras somos tus amigas, por lo tanto tenemos el derecho de hacerlo. – Dijo Zoe sentándose en la cama.
-¿Según quien?
-Según yo. ¡Arriba! – Afirmó Brianna quitándome mis cobijas. El repentino cambio de temperatura hizo que se me pusiera la piel de gallina. Lancé un gruñido y enterré mi cara en las almohadas.
-¿Quieres que yo te quite el pijama? – Preguntó Brianna con fingida inocencia. -Si hago eso abstente a que te tome fotos desnuda. - Advirtió riendo.
-¿Para qué se las mandes a tu ex novio? - Solté sin darme cuenta.
-¿Y ahora de que estas...? Oh... Escucha, te lo iba a decir...
-¿Cuando? - Pregunté con la cara aún en la almohada.
-No lo sé. En algún momento. ¿Realmente importa?
Me levanté y la miré frunciendo el ceño. – Si. Si importa.
-¿Por qué? – Dijo cruzándose de brazos.
-Porque se supone que eres mi amiga y deberías haberme dicho.
-¿Por qué debería? ¡Eso no te incumbe!
-¡Si me incumbe, porque Ciro es MI novio y tú eres MI amiga! ¡Deberían haber sido honestos conmigo!
-¿Sabes qué...? – Se detuvo un momento y soltó un suspiro. – Tienes razón. Debería haberte dicho. Pero eres una exagerada. Espero que no hayas discutido con Ciro por esto.
-Bueno... No fue una discusión en sí; más bien yo estaba hablando sola mientras él se reía en mi cara.
-Te entiendo. Solía hacerme lo mismo. – Dijo rascándose la cabeza.
-¿En serio? – Pregunté.
-Sí. Con la diferencia de que yo tengo muchísima menos paciencia que tu.
Reí por dentro ante esa declaración. No me extraña que hayan terminado, aunque he de admitir que siento cierta curiosidad por saber que fue lo que pasó. Pero siento que no debería preocuparme por eso. Al fin y al cabo, los tengo a ambos conmigo y eso es lo que importa.
-Bueno, ¿te vas a levantar o no? – Preguntó Zoe.
No dije nada, solo me levanté y caminé hacia el baño pero antes de salir del cuarto me detuve y voltee a verlas.
-Ustedes están aquí porque... - Dije arqueando una ceja.
-Te vamos a preparar para la fiesta. – Respondió Zoe muy animada.
-Además queríamos pasar tiempo contigo. – Dijo Brianna. Zoe y yo nos miramos sorprendidas y luego la miramos a ella. - ¿Qué? Ve a bañarte ya. – Zoe y yo reímos y yo me dirigí al baño.
Al salir del baño volví a mi habitación pero ni Zoe ni Brianna estaban ahí.
~Quizás mamá volvió. Si es así, al menos estarán entretenidas.~
Cuando terminé de vestirme bajé y fui directamente a la cocina. Estaba muerta de hambre.
Al llegar me encontré con que, efectivamente, mi madre estaba con Zoe y Brianna.
-Mamá, ¿por qué no me despertaste? – Pregunté
-Parecías cansada. Además necesitas toda tu energía para la fiesta de esta noche. – Dijo cruzándose de brazos.
Miré a Zoe y Brianna, quienes se voltearon instantáneamente.
-Te lo iba a decir...
-No te preocupes. – Me interrumpió – Me alegra que por fin hagas algunos amigos. No puedes pasarte toda tu vida encerrada leyendo libros. A veces pareces una anciana amargada recién salida de la 4° Guerra Mundial.
Me golpee en la frente mentalmente ~No puede ser. Ahora también mi madre me llama así ~ Me golpee en la frente mentalmente, aunque qué bueno que mi mamá sea tan liberal. Si hubiera tenido que preguntarle esto a mi padre seguro que me hubiera crucificado. Bueno, no tanto, pero no me habría dejado.
-¡Bien! Ya que ya tienes el permiso, es hora de elegir que te pondrás. – Dijo Zoe
-¿Qué? Espera... - No pude terminar la frase, pues Zoe me tomó del brazo y me arrastró en dirección a mi habitación.
Al llegar, Zoe soltó mi brazo e inmediatamente se dirigió a mi armario y comenzó a esparcir ropa por todos lados.
-¡Zoe! ¡¿Qué haces?! – Grité mientras recogía algo de ropa del suelo.
-¡No hay nada interesante aquí, Bri! – Dijo, ignorándome completamente.
-¡¿Me estás escuchando?! - Dije dejando la ropa en la cama.
-Esto requerirá medidas extremas. – Dijo Brianna detrás de mí.
-¿De qué están hablando? – Las miré suplicante.
Ambas se dieron una mirada llena de complicidad.
-¿Quieres ir a mi casa? – Preguntó Brianna.
-¿Eh?
Antes de darme cuenta, ya estábamos en el auto de mamá y de camino a la casa de Brianna.
-Recuérdame por qué estamos yendo a tu casa. – Dije girando mi cabeza hacia el asiento de atrás.
-Porque sí. – Contestó Brianna
-¿A todo vas a responder "porque sí"? – Pregunte enderezándome en mí asiento.
-Sí. – Respondió.
Suspiré. Por un lado me sentía aliviada de tenerlas en esta situación, ya que mientras más lo pensaba más me daba cuenta de que no tenía ni la más mínima idea de qué hacer; sin embargo, seguía pensando en Ciro y Brianna. De algún modo, sé que no tengo de qué preocuparme, sin embargo no puedo evitar sentirme algo rara. Es decir, ¿salir con el ex novio de tu amiga? Si, lo sé. Hay gente que no tiene problema con eso, pero ese no es mi caso.
Estaba tan hundida en mis pensamientos que no noté cuando el auto paró.
-Estamos aquí. – Dijo Brianna saliendo del auto.
Zoe y yo hicimos lo mismo.
-Si necesitas algo puedes llamar a casa. Estaré todo el día ahí. – Dijo mamá con una sonrisa.
-De acuerdo. Nos vemos. - Le sonreí de vuelta.
Me quedé mirando como el auto se alejaba.
Es sábado así que es normal que mamá salga temprano del trabajo, aún así, me parece demasiado temprano.
-¿Vas a entrar? - Gritó Brianna desde la puerta.
No contesté. Solo me dirigí hacia ella en silencio.
-¿Pasa algo?
-¿No sabes desde que hora estaba mi mamá en casa? - Pregunté.
-Claro que no. ¿Por qué sabría eso?
Era obvio que no sabría, pero aun así tuve la nescecidad de preguntar.
-¿Estas bien? - Preguntó algo preocupada.
La miré un instante y sonreí. - Si, estoy bien.
Brianna me miró extrañada pero luego sonrió.
-Ya pasa.
Entré a la casa. Era linda. Tenía un pasillo corto que llevaba hacia el comedor. Pasando el comedor estaban las escaleras.
Brianna nos guió hacia el segundo piso. Bueno, en realidad me estaba guiando a mí, pues Zoe parecía haber estado aquí más de una vez.
Ya en el piso de arriba había un pasillo un poco más largo con dos habitaciones y, lo que supuse, un baño.
Entramos a la segunda habitación. En tamaño era parecida a la mía, pero tenía muchas más cosas. Todo estaba decorado con varios colores, cosa que me sorprendió. Esperaba algo más...oscuro, por decirlo así. Pero bueno, creo que ya quedó más que claro que tengo el mal hábito de juzgar a la gente sin conocerla.
Antes de darme cuenta, Zoe y Brianna ya estaban sacando ropa de un armario que, por cierto, era enorme.
-Bueno, empecemos. - Dijo Zoe con una montaña de ropa entre sus brazos.
De mas está decir que estuvimos horas probandonos ropa, ya que ellas tampoco sabían que ponerse.
-Bien, creo que ya está todo listo. - Dijo Brianna.
-¡Estoy muerta! ¡Ser mujer es tan difícil! - Se quejó Zoe tirándose en la cama. - ¿Que hora es?
-Las seis. ¿Quieren tomar algo?
-¡Chocolate! - Gritó Zoe levantándose de la cama.
-Lo que sea esta bien. - Dije simplemente.
Bajamos a la cocina; había una pequeña barra, como las de los bares, donde nos sentamos.
-¿Y tus padres? - Preguntó Zoe.
-Ni idea, pero seguro volverán antes de que nos vayamos.
-¿Tienes hermanos? - Pregunté.
-Una hermana mayor. Se mudó hace un tiempo y me dejó muchas de sus cosas. Por eso tengo tanta ropa y esas cosas. ¿Y tú? ¿Tienes hermanos?
-Si, un hermano. Cumplirá diez el mes que viene. Vive con mi padre en otra ciudad.
-¿Tus padres están divorciados? - Preguntó Zoe.
-Si, desde que tengo doce. Recuerdo que peleaban mucho así que sentí un poco de alivio cuando pasó, porque sabía que ya no estarían peleando y gritandose. Aunque no me esperaba que me separaran de mi hermano. - Dije con un poco de tristeza. - Pero hablemos de otra cosa.
Zoe y Brianna se miraron y luego Brianna habló.
-Sabes que puedes contar con nosotras, ¿no?
-¡Claro! Es solo que no quiero preocuparme demasiado. - Dije mirando a Brianna y luego bajé la mirada hacia mi taza. - Últimamente me están pasando muchas cosas buenas, cosas que nunca me habían pasado. No quiero atiborrar mi cabeza de tonterías.
Brianna suspiró. -Está bien. Solo queremos que sepas eso.
-Gracias. - Dije alzando la mirada.
-Bien, ¿de que quieres que hablemos? - Preguntó Zoe de forma animada.
-De lo que sea.
Y así pasamos horas hablando. Cuando nos dimos cuenta ya eran las nueve de la noche.
Fuimos a prepararnos; Brianna fue la primera en terminar, así que ella bajó a ver si sus padres ya habían llegado.
Zoe terminó de arreglarme y luego ella también bajó.
Me quedé un rato frente al espejo.
~Wow. ¿Ésta soy yo?~ Tenia puestos unos leggins de cuerina, una blusa dorada y unas botas marrón claro. También tenia unos collares negros y de plata. Llevaba el cabello suelto y ondulado. He de admitir que me veía muy bien. ~Esas chicas si que hacen mágia~ Pensé antes de salir del cuarto.
-Ya llamé a un taxi. - Dijo Brianna mientras anotaba algo en una hoja.
-¿Y tus padres?
-Les dejaré una nota. - Apenas terminó la frase escuchamos un bocinazo. - Vamos. Por cierto Cassiel, te ves muy linda.
Me sonrojé un poco. - Gracias.
Salimos de la casa y entramos al taxi. Ya en el camino empecé a sentir como si mi estomago se retorciera de los nervios.
~Bien Cassiel, ésta es tu primera fiesta. Por favor no lo arruines~