El guardaespaldas de mi amiga Libro 1

Parte 4

Realmente estoy en shock, uno muy impactante, ¿Qué sucede con este mundo? Todo cuanto creía en él se ha desmoronado en un dos por tres.

Eliot está enojado, me lleva como mula de carga alquilada, apretaba mi mano con fuerza.

— Me lastimas. — Dije con un hilo de voz. Él se detuvo y soltó mi mano. Me observó, estaba rojito, quería reír pero no era el momento adecuado.

Él caminó y lo seguí, se detuvo y yo igual. Volteó a verme, desvié mi mirada y sentí cuando él me colocaba algo encima.

Al mirar, lo veo sin chaqueta, quedó solo en camisa. Suspiré y él continuó caminando. Me acomodé la chaqueta y una vez más le seguí el paso. Él caminaba muy rápido por lo que tuve que correr, él se detuvo otra vez.

— Vete a casa. — Dijo serio.

— Arruinaste mi cita, ahora ten una conmigo. — Dije sonrojada.

Él se puso nervioso.

— No lo haré. — Dijo. Caminó y corrí para alcanzarlo, sostuve su mano. — ¿Qué haces Lucy?

— Tomo venganza. Arruinaste mi vestimenta y mi cita. No iré a casa a las 5:00 porque un tonto se la pasó celándome. — Dije sin mirarle.

— Ya te dije, mejor vete a casa. — Si él en verdad quisiera que me fuera no se aferraría a mi mano.

— ¿A dónde me vas a llevar, Eliot?— Pregunté arrastrándolo.

Él no dijo nada y caminó, guiándome a no tengo idea a qué lugar. Él apretó mi mano y sentí la vibra de la que Lely habla que siente por Rob. Ellos se aman y son perfectos juntos.

No creo que haya personas que se demuestren más ternura que ellos dos, para ellos siempre será todo color de rosa, porque entre sus peleas siempre existe amor. En serio, ellos son mi ejemplo de la pareja perfecta.

Pero lo admito, me siento feliz hoy más que nunca...

Entramos a un restaurante, él me pasó un menú y me pidió pedir lo que yo quiera comer, él dijo que pagaría todo, así que podía vengarme.

Él es un idiota que aun así me mantiene atada a la tierra, a él, a mi amor por él...

Realmente soy una masoquista, pero no puedo evitar no mirarle, mi sonrisa quiere salir a la luz pero no puedo demostrarle mis sentimientos a él.

Mientras el mesero llevaba nuestra orden al chef, tanto Eliot como yo estábamos incómodos, unas personas nos miraban como dos extraños. ¿Es tan raro ver a un británico tan sexy como él con una latina no tan... sexy como yo?

— Lo siento. — Lo escuché.

— Está bien. — Respondí.

— Estaba ardiendo en celos, lo admito. — Dijo observando tranquilamente por la ventana. Lo miré con detenimiento y contemplándolo. — Realmente me saca de mis casillas que estés con otro, te juro que tuve que reprimirme no golpear a Marc por besarte. — Su boca se volvió una raya de línea recta. Su cara me indicaba su enfado.

— Él no me besó. — Admití observando esta vez yo por la ventana y mientras observaba a unos niños jugar al otro lado de la calle, continué hablando. — Él... quería mostrarme algo erróneo.

— ¿Puedo preguntar por qué sales con él?— Dijo. Esta vez me atisbaba.

— Él me gusta. — Dije.

— Bien. — Dijo enfadado.

No me habló en el resto de los minutos que quedaban en espera del mesero o la mesera.

Cuando llegaron con lo que comeríamos, estaba incómoda, pero estaba comiendo mi postre de chocolate. Él estaba tan enojado que evitaba contacto visual conmigo. Así que decidí explicarlo.

— Pero...— Me sonrojé. — Como amigo.

— ¿Te gusta como amigo?— Preguntó de inmediato.

— Si. — Su ceño fruncido se suavizó. — Me gustas tú. — Admití.

— ¿Te gusto cómo?— Preguntó.

— Como persona, como amigos... tal vez como algo más...— Dije esta vez con toda la sinceridad. Él no dijo nada, me paré. — Bien, gracias por la comida y el postre, regresaré a casa, tú debes ir a cuidar a Lely.

Salí del restaurante y caminé.

¿Debería ir a cortar mi pelo? Hace días he querido ir a hacerlo.

Mi celular empezó a sonar, era Lely.

— Lely, hola. — Dije caminando.

— ¿Dónde estás? ¿Por qué Marc está escoltando a Robert en su día libre? Dijiste que tenían una cita. — Ella estaba preocupada.

— Descuida, estuve en la cita, solo que me desvié del camino...— Dije sin terminar, él aire de mis pulmones empezó a girar y salir como no era.

— Te amo. — Escuché la voz de Eliot en mi oído. Estaba nerviosa, feliz... la alegría se disparó en mi interior, tuve que colgar dejando al aire las incesantes preguntas de Lely de qué me sucedía. Yo estaba sin palabras, no sé cómo reaccionar, o que decir, mis lágrimas estaban rebosando por mis mejillas. Él me volteó y se sorprendió. — No quise ofenderte. — Dijo.

— No es eso, estoy feliz, Eliot. — Seguí llorando.

¿Es decir que Marc tenía razón y él me quería? ¿La que estaba ciega era yo, que no me daba cuenta de sus sentimientos?



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En el texto hay: juvenil, romance, amor

Editado: 08.10.2021

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