Días más tarde....
_________Narración de la escritora para Lely y Robert_________
Ellos cada vez se mostraban con más amor, la vida los mantenía como una sola prueba del destino, cada uno dependía del otro, es como en alguna parte de un escrito dice: "Ellos eran uno solo". Habían compartido momentos felices y tristes también, más felices que otra cosa si contáramos sus "travesuras".
Era tan así su amor, que hace unos tres días se casaron en Italia, una boda que fue bendecida por sus familiares y amigos, y más que nada, descubrieron que por sus "travesuras" no previnieron que Leidy estaba embarazada, pero que al ella ser tan delgada no se notaba, ya llevaba dos meses esperan la hermosa "criatura", como ellos le llaman.
________Narración de Lucy_______
Últimamente no he podido ver a Eliot, ya que trabajo de 7:00 de la mañana a 8:00 de la noche, una tortura para ambos, él ha estado en Italia resolviendo un problema, pero ya debió llegar a casa hace unas horas. Quiero verlo, tocarlo, besarlo...
Mi trabajo y el tiempo apestan.
— Ya te puedes ir Lucy. — Dijo mi jefa. Asentí, no negaría eso.
Camino a casa, vi a lo lejos a Eliot, me esperaba, caminé entusiasmada hacia él. Salté y él me sostuvo, me abrazó y lo besé, mis lágrimas cayeron, lo extrañaba, dos semanas sin él eran una martirio, pero está acá para mí una vez más.
— Debemos hablar. — Dijo serio.
Asentí. Caminamos hacia el pequeño parque que quedaba cerca de mi casa, nos sentamos y observé el cielo.
— ¿Ya comiste?— Preguntó.
— Ve directo al grano Liot. — Pedí. Él suspiró.
— Pasado mañana me regresaré a Italia. — Dijo.
Cuando lo escuché, mi corazón se dividió en mil pedazos, se va, ¿Qué puede ser peor que esto?
Lo sabía, sabía que él me iba a dejar.
— Así que... te vas...— Dije analizando detenidamente sus palabras.
— Sí. — Afirmó. — ¿Me vas a extrañar?— Preguntó.
— ¡Claro que no!— Dije enfadada.
— ¡Qué lástima!— Dijo. — Yo a ti sí.
— Regresemos a casa, es tarde y estoy cansada. — Dije y me paré, pero él me haló y me caí en sus piernas. No lo miré cuando me acomodé mejor.
— Mírame. — Pidió.
— ¡¿Qué quieres Eliot?!— Grité.
— Te amo. — Respondió.
— Eso supuestamente lo sabía. — Dije con desagrado.
— No me dejaste acabar. Quiero que renuncies a tu país.
— ¡¿Qué?! ¿Estás bien?— Cuestioné alterada.
— Realmente no. — Dijo meditando.
— Explícame. — Exigí respuesta.
— Es simple, quiero que vayas conmigo a Italia y que vivas en mi casa, conmigo.
— ¡¿Eh?!— Expresé.
— Te pido que te cases conmigo, quiero mostrarte que voy en serio contigo y que por eso te amo. — Expresó.
— No puedes. — Dije.
— ¿Por qué no?— Preguntó.
— Tú estás para cuidar de Lely, si te casas conmigo, descuidarás a una de las dos. — Dije con la cabeza cabizbaja.
— Lo sé, por eso renuncié. — Dijo guiñándome el ojo.
— ¡¿Cómo?!— Dije alterada.
— Me dedicaré a ti y a nuestros hijos solamente, no tienes que trabajar, yo seré quien cuide de ti, pero con la condición de que me aceptes, Lucy. — Concluyó.
— ¿Aceptar qué?— Pregunté estúpidamente.
— ¡Aishhh! ¡Esta mujer...! ¿Qué se necesita hacer para que respondas?— Preguntó.
— Que me des el anillo que traes en tus pantalones. — Dije.
Él me observó asombrado. Sonreí y era más que notoria nuestra felicidad. Él me cargó y me giró.
— ¡Por Dios.........! ¡Soy el hombre más feliz sobre la tierra!— Gritó y me besó.
Llegamos a casa, Eliot no aguantó y me llevó cargada, yo iba riendo como idiota enamorada, él cerró la puerta después de bajarme y me observó.
— Bueno, dentro de unos días serás la señora Esternly, por tanto...— No acabó y caminó hacia mí, mientras que yo retrocedía, pero él me atrapó.
— ¿Por tanto...?— Pregunté.
— Por tanto debo hacerte mía para que tengamos una propia tasa de natalidad cielo. — Sonreí, no me negaría a eso, nos besamos y entramos a la habitación donde los besos se tornaban cada vez, más apasionados.
Fin
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Editado: 08.10.2021