Capítulo 11: Jack

Aquello me había tomado desprevenida, parece que Leo había arreglado una pequeña sorpresa para que entrenara un poco, y qué mejor idea se le pudo ocurrir que con un viejo conocido; no tenía conocimiento de Jack pues nunca me había comentado que hubiese conocido a otros o que tuviese amigos en alguna parte del continente. Leo inició a hablar.

- Pareces sorprendida, Ella -dijo, mientras mis ojos regresaban a su color gris y comenzaba a tranquilizarme luego de aquello.

- Demasiado sorprendida, no sabía que esto era una especie de entrenamiento; eres rápido -le comenté a Jack mientras mostraba una sonrisa amable.

- Tenías razón, Leo, tiene sus habilidades desarrolladas a la perfección para ser una vampiro reciente -le dijo a Leo mientras me tendía la mano al frente- Buen combate, señorita.

Tomé la mano en un acto de deportivismo y asentí.

- Jack, permíteme presentarte a María Gabriella, ella es la chica de la que tanto mencioné por siglos.

- Entonces, ella es la reencarnación de aquella muchacha -cuestionó de forma amble, Leo asintió- Es un placer conocerte, María Gabriella.

- Puedes llamarme Ella, mis amigos me dicen así -le pedí cortesmente y accedió.

- Esta bien, Ella. Ahora cuéntenme, ¿Qué los trae por esta ciudad?

- El asunto está así.. -toda expresión de Leo había desaparecido y su voz se tornó seria al igual que su rostro- Giancarlo Lorenzetti regresó a causar desastre, en el instituto en donde actualmente estoy vigilando llegó de la nada y atacó a varios de sus interiores; con ayuda de Ian Dinali se llevaron como rehén a la hija del director del lugar. Llevamos cuatro días de trayecto para alcanzar Nápoles.

- Ya veo... Bueno, ha pasado vario tiempo desde la última ocasión que tuve un encuentro con él; he visto reportes sobre varios ataques que se han suscitado en los alrededores de Francia e Inglaterra. Desapariciones de gente en Alemania y uno que otro herido, todo indica que algo busca.

- Tenía conocimiento de las desapariciones, varios de aquellos aparecen secos, algunos los ha despertado a una nueva vida; precisamente por eso estamos aquí: para acabar con él.

- Sé que eres uno de los más fuertes, Leo, pero aquel tipo es más fuerte que cualquiera e imposible de vencer -le recordó Jack, caminaba en círculos por aquel cuarto- Nadie sabe su debilidad, excepto en los siguientes días, la luna llena está próxima y nadie podrá detenerlo.

- Lo se, es por eso que debemos llegar antes de la última luna llena; no puedo permitir que siga con aquello. Menos que mate a más gente.

Ambos chicos estaban serios, tal vez cada vampiro que se escondía en sombras de la sociedad humana sabía lo que Giancarlo era capaz de hacer. Continuaron hablando sobre aquello por varios minutos cuando inició a oscurecer; me encontraba mirando por la ventana mientras pensé en mis amigos... Ellos estaban a salvo gracias a los guardianes y con ayuda de mi hermano y el Señor Linares, llevé mi mano hacia el collar en forma de corazón y lo tomé entre dedos...

- Alguien con una valentía grande como la tuya demuestra lo tanto que te importa tu gente -dijo la voz de Jack a mis espaldas.

- Ellos están en peligro por nuestra culpa, es lo que debemos hacer -le dije mientras miré hacia la calle vacía.

- Reencarnar no es nada malo, ese era tu destino. En ocasiones no es demasiado claro, pero algo puedo sentir en ti, y eso es que tienes una misión que cambiará por completo tu forma de vivir entre los nuestros.

- Desde que era una niña, mi vida inició a tener varios cambios.. al igual que yo; cuando me vi envuelta en este asunto nunca pensé que me haría cambiar todo lo que conocía.

- Una vez que entras a esta vida tenemos una meta fija, algo que nos beneficiará en un futuro próximo.

Miré a Jack luego de aquellas palabras que dijo, era posible que fuera cierto lo que decía... estaba aprendiendo aún en lo que consistía esta vida, en varias ocasiones pensé lo que seguía pero jamás había encontrado una respuesta concreta.

- Cuál es tu historia Jack... ¿Cómo fue que te convertiste en esto? -le cuestioné luego de un breve silencio.

- Elegí convertirme cuando un ejército llego al pueblo donde vivía con mi familia y mi prometida, acabaron con cada recuerdo que había dejado... Era uno de los mejores guerreros que había en el lugar; los demás murieron en combate, no quería aquel destino ya que no podría vengar a los míos. En pocas palabras, fui llevado como rehén en donde pedí que me convirtieran sin pensar en las futuras consecuencias, en 1408. Cuando regresé al pueblo me encontré con mi antiguo hogar hecho cenizas, algunas autoridades estaban tomando los hechos por parte de algunos testigos; no lejos del lugar encontré a mi prometida, mi Alessandra... -noté un pequeño tono de nostalgia y tristeza al mencionar el nombre de aquella chica, miró a la calle, perdido en sus recuerdos- Se encontraba devastada por lo que había ocurrido, se sintió inútil por no haber hecho algo para salvar sus vidas; me acerqué a ella mientras me miró con lágrimas en sus ojos y a la vez con temor.. sabía que ya no era el mismo e intentó huir, le aseguré que aún era el que ella recordaba pero no me escuchó; le supliqué que me otorgara su perdón y me alejé, odiaba ver a la que más he amado sufrir por mi causa. Transcurrieron meses cuando volví a encontrarme con ella en una situación no tan agradable, la habían atacado algunos de los nuestros hiriéndola de gravedad; peleé con furia dentro de mi, un odio que jamás había sentido. Me acerqué a ella intentando salvarla sin poder hacer nada... Prometí que la encontraría en otra vida.