El guardián del tiempo

Jarvis

Caminamos con desconfianza a lado de Selene y el sujeto de nombre Angeal. A pesar de que la chica se ve que es de confianza, sé que no puedo confiar en ella en estos momentos. Aun no entiendo porque estoy dudando, nunca lo he hecho. Quizás sea por este nuevo personaje que nos acompaña. La pareja de guardianes está atenta a todo; miran a ambos lados y son sigilosos al borrar el rastro que vamos dejando.

Esta sensación de desconfianza me invade de pies a cabeza, soy precavido ante los movimientos de Selene y Angeal, sé que mis hermanos están en la misma posición, no creo que ellos sientan la desconfianza que invade mi cuerpo con tal intensidad; sin embargo, puedo observar sus movimientos y a dónde miran.

Scott saca un arma y apunta a Selene. Estoy tan impresionado por su forma de actuar que no tengo tiempo para gritarle a Selene que esquive el disparo.  Me retumba cerca del oído el sonido aturdidor de una bala incrustándose en mi cabeza, Scott comienza a disparar, pero, no es a mí y tampoco a Selene. La guardiana del tiempo detiene mi cuerpo mientras me desvanezco con pesadez sobre sus brazos. Grita mi nombre desesperada. Todos comienzan a gritar mi nombre, excepto Scott que sigue disparando a alguien que no he podido ver y quién ha de ser el responsable que este muriendo.

Ahora entiendo porque la desconfianza que sentía ¿era una señal de la muerte avisando que iba a venir por mí en unos minutos? La muerte es real, la estoy viendo acercarse a mí y cortar el hilo plateado que sale de mi ombligo. Su apariencia huesuda da un poco de miedo, aunque, sea lo que sea que está haciendo, me transmite paz en este instante, es la mejor sensación que he tenido en toda mi maldita vida.

La muerte no duele, es felicidad; pero, los pecados que he hecho en vida los voy a pagar en el lugar que todos llaman Infierno. Selene y Thomas están conmigo viendo mi cuerpo estremecerse poco a poco ante la débil señal de vida que estoy manifestando. La mujer está llorando. No lo entiendo...ella no me conoce, Thomas se ve destrozado; significa, que, de verdad, nos quieren muertos y debo aceptar, que soy el más débil de todos. Mis hermanos nunca sabrán cuanto los he amado a pesar de la vida que teníamos.

Todo comienza a morirse, la vista se nubla y siento el último suspiro de vida salir de mis labios mientras el ángel de la muerte, me acuna entre sus brazos y me absorbe con su cuerpo. Susurro un débil adiós a mis hermanos. Veo a mi asesino, y es una lástima no poder decirles quién ha sido.

Tu tiempo en esta vida a terminado, Jarvis Ferdinand. Ha llegado la hora de ser juzgado por Anubis y sus 42 jueces del karma. El peso de la balanza depende de tus acciones en esta vida. No temas, que tu padre y tu madre no te abandonarán.

— Iré al infierno. Respondo. Causé mucho mal...pequé, maté...me iré al Infierno.




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