Lo que me faltaba…estar en London Euston a las 7:30 am con mis cinco hermanos esperando que el tren hacia Liverpool parta. Y todo por culpa de Lena…una vez más tengo en mis manos otra tarjeta igual a la anterior, lo peor de todo es que hice el dibujo.
Cuando me dedico a ser Scott Ferdinand, el ciudadano patriota que debo ser…mi vocación es ser artista. Soy egresado de la universidad Chelsea College of Arts…Así que puedo tener una gran excusa para decir que soy un profesionista, aunque no lo parezca y dedique más tiempo a mi pasión de asesino. El día de hoy, tenía un boleto para ir a los cuartos de final de la Champions League…lo vendí.
En esos tiempos de estudiante solía esperarme a la hora de los partidos para ir al Stamford Bridge, dónde Joshua estaba esperando por mí para ir a casa…su excusa para irnos juntos era el fútbol. Caminaba media hora…Joshua tenía coche y manejaba hasta la calle York; sin embargo, hace años que nos mudamos…Thomas quería vivir en la calle Baker por ser fanático del detective literal más famoso de todos los tiempos…Y hablando de Thomas… se le ve muy concentrado en la lectura. Está sentado a mi lado.
— Tom…— le llamo —¿Qué crees que encontremos en ese cementerio?
Mi hermano deja de leer el libro y clava su mirada en mí, se ve molesto. Sé lo que se siente que te interrumpan mientras estás en una dosis de buena lectura.
— Un cuerpo… —Tuerce los labios —sí se trata de Lena…no sé qué vaya a ser de nosotros después…
— No creo que se atreva a matarnos allí mismo —suelto tajante.
— Lo digo…porqué si su cuerpo está allí, habrá otra tarjeta y quiero saber quién te ha estado robando.
— No son tarjetas nuevas. Todas están…arrugadas.
— Por la melena del León esto no me gusta nada, hermano.
— No te burles — rezongo.
— No lo hago…estoy aterrado igual que tú.
Son las 7:35 am y el tren comienza a moverse, según la hora de llegada a Liverpool Lime Street, será a las 10:10 am
— Estoy comenzando a sospechar que Lena no es humana…
— Scott, yo lo sospeché desde que Dorian dijo que la quería asesinar…
— Quizá alguien más la asesinó y son los que están dejando las tarjetas… — Comento en un susurro.
— Tal vez…
Es la última palabra de mi hermano que se adentra una vez más al mundo de Aslan.
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— ¿Has leído un libro dónde un joven gascón pierde una carta que lo llevaría a la guardia de Mosqueteros en París?
— Sí ¿Qué clase de pregunta es esa?
— ¿Recuerdas cuando se topa con el caballero misterioso y le quita la carta que llevaba encima después de la pelea? Es la primera parte del libro… Tal vez te topaste con alguien que te quitó tus tarjetas…
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Abro los ojos, siento el sudor recorrer mi frente. Giro mi cabeza un poco hacia la derecha en busca de Thomas, mi hermano cierra el libro de golpe. Ha terminado de leerlo…
— ¿Te gustó el final? —pregunto limpiándome el sudor con la manga de mi sudadera.
— Me ha gustado…pero me siento…vacío. —Me mira —¿Tuviste una pesadilla?
— No.
Soñar a Lena no lo considero una pesadilla cómo cuando sueño a la mujer humosa.
— Parece que la tuviste.
— ¿Has leído el libro de Los tres mosqueteros?
Thomas frunce el ceño y arruga la nariz ante mi pregunta.
— Aún no…
— Léelo…
— ¿Por qué?
— Es muy bueno…
— ¡Lena lo estaba leyendo!—exclama Joshua desde el asiento de adelante volteando hacia nosotros.
«¡Oh no! Comienzo a odiar el cambio de emociones cada vez que se altera…Estoy empezando a odiar mis sueños proféticos con Lena…Estaré en graves problemas…»