Soy Kelvin Emiliano Alcala Fernandez, soy una persona casi normal al principio mi nombre iba a ser Kevin pero por el error de la secretaria se quedo así la verdad aun la sigo odiando a la condenada y segundo nombre esta horrible pero bueno, ya que nadie me pidió mi opinión de mi nombre no me quejare más. Cuando tenia diez años no tenia amigos, así que me invente unos amigos imaginarios mis padres me creyeron loco pero aun así no decían nada del hecho que hablaba sólo, después seguía con mis locuras hasta que un día incendie la casa por suerte mis padres no estaban yo salí por mi cuenta luego mis padres llegaron y me regañaron y me preguntaron -¿quien te dijo que hicieras esto?-solo les dije mis amigos imaginarios, dos días después mis padres me llevaron a un lugar llamado el manicomio y me dijeron -es por tu bien Kelvin -hay cosas que no entendía para ese entonces
-esta bien -contesté. -es el típico es por tu bien te dejaremos encerrado en el manicomio para que te mejores y no vuelvas a ver a tus amigos imaginarios que nos costo volver a construir la casa pero aun así te queremos bla, bla, bla, bla, bla...
Pasaron ocho años que estuve encerrado en ese lugar que marcó mi vida completamente y no estoy tan orgulloso de eso...
Hoy salí del manicomio, mis padres estaban felices por verme, yo nomas fingía estar contento así que llegamos a casa se miraba mejor que la ultima vez -creo que incendiar la casa fue una gran idea después de todo -pensé. - mi madre mencionó -que falta nos hacías, Kelvin -sabía que era una mentira su comentario, pero tenía que fingir no saberlo
-lo sé y ¿donde esta mi cuarto?-le pregunté. -en cierto momento estaba feliz de regresar a casa
-por aquí, cielo -me indicó mi madre. -ahora resulta que deseaba ser la madre del año, después de encerrar a su hijo en el manicomio.
Llegamos a mi cuarto, estaba casi igual excepto que no había juguetes, quitaron todas las calcomanías, pintaron mi cuarto de color azul, había una mesa, libros, una computadora, una laptop, mi cama estaba más grande, mi ropa era diferente ya no tenia dibujos. Mi madre me pregunto -¿te gusta? Realmente no sabemos mucho sobre ti, pero tratamos que te sientas como en casa -ella solo me miraba con tanta nostalgia
-por supuesto y ¿que traes en la caja? -conteste fingiendo algo de felicidad. -además me sentía algo afectado por estar en casa
-es un celular para que lo uses, porque mañana iras a la escuela nuevamente -me dio la enhorabuena. -tenía tanto tiempo de no saber de la escuela, que hasta ya olvide que era socializar
-genial, pero ahora quisiera estar sólo un rato -le comente. -solo deseaba estar tranquilo y analizar un poco lo ocurrido
-esta bien -dijo mi madre con tranquilidad. -por suerte me dio mi propio espacio para pensar.
Mi madre cerro la puerta, yo me sentía extraño en mi cuarto, me acosté a dormir; hasta que me quede profundamente dormido. Era la mañana siguiente había sonado el despertador, yo me levante de mi cama, me metí a bañar y al parecer mi madre tenia listo mi uniforme de la escuela era muy feo, pero me vi obligado a llevarlo, estaba en mi cuarto cuando mi madre me vio y menciono con nostalgia -que adorable te vez Kelvin con el uniforme -sentía que ella iba a llorar al verme así
-gracias, sabes mamá me miro como un tonto -mencione como me miraba con el uniforme de la escuela. -esa ropa parecía un disfraz de la era del caldo
-no digas eso hijo, mejor ve a desayunar -contestó mi madre. -y a pesar de mis quejas, no pude quitarme ese uniforme
-por supuesto -contesté. -espero no tener mucho tiempo para dejar de usarlo.
Después de desayunar fui por mi mochila y mis padres me llevaron a la escuela. Cuando llegué me sentía muy extraño pero mi madre dijo -te acostumbrarás, solo debes de ser bueno con todos -pareciera que piensa que los voy a quemar como la casa.
Yo nomas Sonreí, por suerte este seria mi ultimo año en la escuela y eso es algo bueno, ya que no tendre que lidiar con eso que le llaman "hacer amigos". Mis padres se fueron y la directora me comentó -descuida Kelvin, se que todo es extraño para ti y como me contaron tus padres sobre tu situación mental, pues trataremos de que te relaciones con las demás personas y ¿como te sientes? -supongo que en un par de horas toda la escuela lo sabrá
-bien, aunque admito que estoy nervioso por estar aquí-conteste algo animado. -creo que hacía un gran esfuerzo por verle el lado bueno a esto
-bueno, llegamos a tu salón y descuida estarás bien -indicó la directora dándome la confianza de entrar al salón. -por suerte era muy comprensible con mi situación y no me sentía tan forzado a estar aquí en cierto tiempo.
Entre al salón todos me miraban, yo sólo me senté en mi lugar y por suerte los maestros sabían lo que me pasaba, así que no me pidieron que me presentara la clases estaban aburridas, ya no me acordaba que era sentarse y poner atención en una clase, sonó el timbre el maestro se fue; todos mis compañeros se salían para afuera, yo seguía donde mismo creo que iba a seguir como era antes de estar en el manicomio; el maestro siguiente no vino así que no hacia nada volvió a sonar el timbre era la hora de cambiar del salón, yo cheque mi horario y decía que tenia que ir al salón j -la verdad no sabia donde estaba, así que preferí buscarlo pir toda la escuela - sé que fue lo peor que hice en ese momento. -pasaron los minutos y jamas lo encontré fui con uno de los maestros que me dijera donde quedaba el dichoso salón y resultaba que estaba en frente entre al salón y le pregunté -¿puedo pasar? -tenia hasta vergüenza de entrar, pero ni modo
-no sabe la hora que es, llegas veinte minutos tarde vamos a la mitad de la clase y usted se decide aparecer ahora -comentó el maestro. -fue un error al pedir pasar
-es que no encontraba el salón -dije. -aun no comprendía su enojo conmigo, además nunca pensé que había tardado mucho en encontrar el salón