"Aún recuerdo claramente esa noche, el cielo azul oscuro era iluminado por la luz de las estrellas, recuerdo exactamente el instante en que por primera vez en 200 años me quedé fascinado, no podía apartar la mirada, en el cielo pude ver a una joven volando alegremente con una bella sonrisa en su rostro, fue como si bailara al ritmo de la suave brisa de otoño.
Solo me quedé ahí parado, en tierra, no sabía si me gustaba el espectáculo frente a mis ojos o simplemente era que ansiaba tener esa misma libertad.
En cualquier caso, nunca debi haber salido, fue un error que pagaré eternamente".
10 años atrás
—laa~ laralalalaa~...¿mmm?...
—ho-hola, mi nombre es-
—¡¡aaahhh!!
—tranquila, no voy a-
—¡noo!, ¡aléjate!
Mientras la joven estaba en el aire, no tardó demasiado en notar que alguien la observaba, por simple curiosidad, bajo para ver de qué o de quien se trataba.
Cuando sus pies descalzos tocaron el suelo, alguien dejó verse desde la sombra de los árboles.
Cuando por fin pudo verlo, el miedo la invadio por completo, a solo unos pocos metros había alguien que se suponía que no debería ver nunca, un chico de apariencia joven, piel morena con algunas cicatrices en sus brazos, uñas largas y cabello plateado, cuando habló por primera vez, podían verse levemente unos colmillos bien formados.
No había duda alguna, eso de ahí era conocido como un demonio, debería escapar cuanto antes, pero al caminar hacia atrás, ella tropezó con una raíz que sobresalía de la tierra.
El quiso ayudarla a levantarse, pero cuando extendió su mano, notó claramente la diferencia entre ellos dos, si él la tocaba, seguramente la lastimaria con las uñas que daban impresión de ser garras, sin nada que pueda hacer, solo se detuvo y lentamente retiro su mano.
Con los ánimos casi por el suelo, el se alejó y se sentó en una roca donde ya no pueda ser visto.
—oye...acaso tú-
—¡vete de aquí!
—espera, ¡no te vayas!
—no te acerques a mi...podría lastimarte.
—pero tu no quieres eso, ¿verdad?
Apenas pudo alejarse unos pasos, al escuchar la dulce voz, el "joven" se detuvo por completo, miro sus manos nuevamente y volteó para verla a los ojos otra vez.
—por su puesto que no, pero mírame, ¿no tienes miedo de mi?
—mentiría si te dijera que no...
Al escuchar esa respuesta, solo dio un suspiro y bajo la mirada, claramente esperaba una respuesta como esa, pero escucharlo se sintió como si no hubiera lugar para el en el mundo.
Ya no había nada que hacer, lentamente se dio la vuelta con intenciones de desaparecer de la vista de esa chica y no volver jamás a ese lugar.
—...pero tu no pareces ser alguien malo, lo siento mucho, me deje llevar por viejas historias sobre alguien como tú.
—historias, cuentos de terror, por cosas así tengo que esconderme, no tiene caso, cada vez que intentaba hablar con alguien, siempre corrían aterrados.
—oye, ¿que es eso que escondes bajo el brazo?
El ambiente se había puesto algo triste, ella sentía que debía desviar la conversación a algo más, buscando que decir, sus ojos se centraron en algo que podría estar ocultando de la vista, podría ser algo muy importante, algo privado, aún así, la curiosidad fue más fuerte.
—no es que lo este escondiendo, me avergüenza un poco, después de todo, nadie lo había visto nunca.
—¿me dejarías verlo?
—...supongo que no hay problema, solo...no te rías demasiado.
Dando un vistazo con mucho cuidado y atención a cualquier detalle, su expresión cambió por completo, en sus ojos podía verse la curiosidad y el asombro, esto era realmente algo inusual.
—esto es...
—un cuaderno donde escribo, de donde vengo, todo es oscuro y frío, no hay tranquilidad, es un lugar donde nadie quisiera estar.
—es por eso que vienes aquí...
—aquí es muy diferente, hay paz, hay silencio, aquí puedo escribir historias en mi cuaderno sin que nadie me juzgue, siento que con cada letra, ese mundo se vuelve más real, un mundo que no existe, pero cada palabra, cada verso cobra vida...lo siento, eres la primera que habla conmigo y me deje llevar.
—es maravilloso, es una pena que no puedas enseñarlo con más libertad.
Una tenue luz iluminó a la joven que sostenía el cuaderno en sus manos, sus ojos dorados se veían brillantes, como si estuviera viendo algo único en la vida, la suave brisa movía su cabello castaño claro, un escenario imposible de olvidar.
—esta historia solo tiene el título, no hay nada más..."el hada y el spriggan"
—eso es...bueno, apenas comencé a escribirla, solo pensé en el título, lo demás esta en blanco.
—mmm ya veo, entonces, ¿que te parece si la próxima vez que nos veamos me muestras como va?, me gustaría ser la primera en verla.
—¿la próxima vez?
—claro, dijiste que no tenías con quien hablar, ¿cierto?, es algo triste estar solo, con gusto te acompañaré.
—bien, en ese caso, nos veremos aquí cada semana.
—es una promesa, esperaré con ansias esa historia, adiós, nos veremos pronto, por cierto, mi nombre es Aina, ¿y tu eres...?
—be...Benjamin
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Editado: 06.08.2023