Era una cálida tarde, mis padres me dijeron que me vaya a dormir temprano solo por este día a lo que yo respondí asintiendo con la cabeza, me fui a mi cuarto a dormir por un rato, hasta que me desperté porque sabía que algo andaba mal, baje de mi cuarto solo para ver a mis padres discutiendo en la sala sobre mí.
-esa basura lo único que ha hecho es arruinarnos la vida-dijo mi padre molesto.
Al escuchar esto me quede muy devastado ya que quien no se quedaría así al escuchar que su padre le dijo así
-no le digas así él es tu hijo y él no tiene la culpa recuerda que él es el resultado del amor que tu sientes por mí-dijo mi madre enojada por lo que mi padre dijo.
-yo te amo a ti, pero a él no él nos arruino la vida el arruino todo lo que yo amo… mira te dejare dos opciones o corres a tu hijo o yo me voy que elijes Mariana-dijo mi padre con un tono de burla en su voz.
Cada vez que escuchaba que mi padre decía esas cosas tan feas de mí sentía como si algo se derrumbara dentro de mí como si algo fuera muriendo
-mira olvidare que dijiste eso, pero entiéndelo, Joshua él no te ha arruinado la vida él es solo un niño de 6 años que no entiende lo que pasa-dijo mi madre defendiéndome.
-él es un bueno para nada y nunca hará nada bueno en su vida-dijo mi padre un poco enfadado.
Mi madre le dio una cachetada y le dijo que se largue de la casa porque ya no es bienvenido, mi padre salió enojado del lugar y va hacia mi cuarto, yo al percatarme de esto lo único que hice fue correr a mi cama y hacer que estoy dormido mientras mi padre me decía.
-arruinaste mi vida nunca olvides que te odio ojalá algún día te mueras-dijo mi padre susurrándome al oído.
La escena cambia.
Mi madre y yo estábamos caminando de regreso a casa, pero en eso alguien acuchilla por atrás a mi madre, era mi padre, yo me quede observando aquella horrorosa escena para luego tratar de escapar de mi padre, mi padre me ve e intenta correr tras de mí, pero ya era muy tarde alguien ya había llamado a la policía mi padre al saber esto agarra su cuchillo y se corta las venas.
-mira lo que causas niño eres solo un problema para el mundo de hecho deberías estar muerto, tu no deberías existir, tu destruiste mi vida-dijo mi padre gritándome.
-papa tu eres el que destruyo tu vida tu mataste a mi madre tú te destruiste a ti mismo ojalá te pudras en el infierno te lo mereces-le dije gritándole a mi padre.
Él lo único que hizo fue mirarme con una cara de odio para así dar su último respiro y cerrar sus ojos para siempre yo me quede mirando esa escena por un rato solo para sentirme mal interiormente, sentía que algo se rompía cada vez dentro de mí que nada iba a ser como antes. Unos años después los padres de José me encontraron entre la basura comiendo restos de un animal, me recogieron y me llevaron con ellos y de ahí conocí a todos mis amigos, pero a pesar de que ahora tengo a todos mis amigos de todas formas me siento… vacío por dentro.
En el presente.
Todo eso paso en mi mente en unos solos minutos, ayude a mi amigo Craig mientras se me salía una lágrima del ojo que me la quite para que nadie me pueda ver en estas situaciones.
-Julio te veré en un rato para hablar de un trato-dijo la rectora un poco nerviosa.
-si como sea-dije sin ninguna emoción en mi cara ni en mi voz.
Yo la verdad no quería hacer nada, no quería escuchar a esa maldita rectora, no quería hablar con nadie, lo único que quería era estar solo
-Julio que paso-dijo Mauro preocupado.
-no me pasa nada-dije gritándole.
Aunque Mauro sea mi mejor amigo eso no significaba que confíe en él, por todo lo ocurrido en mi mente no quería que nadie se acerque a mi ese día para mi suerte todos lo entendieron y no me hablaron por todo el día, quería calmarme y tener mis pensamientos en orden para no volver a alterarme y volver a amenazar a otra persona ese día.
A la salida.
-Julio teníamos pendiente un trato, tengo que decírtelo antes de que te vayas-dijo la rectora antes de que me fuera.
-ay cierto me había olvidado de que quiere que haga por usted-dije intrigado.
A pesar de que puse una voz como intrigado, por dentro quería decirle a la rectora que no me moleste y que me dejara en paz
-ah solo una cosa-dijo con una sonrisa malévola.
-quiero que salgas con mi hija en una especie de cita el día de mañana a las 5:00-dijo la rectora con una sonrisa de maniaca.
Al escuchar esto me quede un poco asustado ya que yo nunca había salido con alguien, de hecho, nunca había intimado con alguien a fondo
Pero aun así yo no tenía muchas opciones para elegir solo tenía las de:
A) ser expulsado de la escuela.
b) salir en esa estúpida cita con la hija de la rectora.
-mira a mi hija le gustas mucho y hace tiempo que ella quería conocerte más a fondo para ver si ustedes dos podían ser algo-dijo la maestra con una mueca de enojo en su cara.
Al escuchar esto me puse un poco enojado y confuso, como es que alguien se enamore de mí, nunca había mostrado interés por algo o por alguien, ni siquiera había mostrado ningún sentimiento por otra persona
-aceptas mi trato si o si-dijo con una cara malévola.
Yo quería pegarle un puñetazo a la maldita rectora, pero sabía que si lo hacía me podrían expulsar del colegio por hacer eso
-bueno no me deja de otra opción, pero solo dígame una cosa ¿quién es su hija? -dije con un poco de intriga en mí voz.