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Todo estaba oscuro, no veía nada, todo estaba en una completa oscuridad, de pronto el piso se desvanece y empiezo a caer, era una interminable profundidad, esa caída parecía que no tenía fin, hasta que de pronto todo para y empiezo a caer levemente, hasta que mis pies tocaron el piso en ese momento decidí investigar el lugar en donde estaba, hasta que vi un poco de iluminación y ahí fue cuando vi a Jasón y a otra persona o más bien dicho un monstruo con aspecto de tigre, al parecer este monstruo fue el que se le había presentado la anterior vez en la que Jasón y Leo estaban en una cueva, de pronto empiezo a sentir frio y es que un poco de oscuridad me estaba consumiendo, hasta que me invadió por completo, intente moverme pero no pude, hasta que siento que la oscuridad se aleja de mí y ahí fue cuando vi al gran maestro, un monstruo con forma de cabra.

-me extrañaste-dijo con una risa malévola.

Intente golpearle en la cara, pero nada funciono mis golpes solo lo atravesaban y ahí fue cuando él se empezó a reír.

-imbécil no me puedes atacar, estas en un sueño, además ni siquiera estoy aquí-dijo riéndose, pero con un tono de seriedad.

- ¿cómo que no estás aquí? -pregunte un poco asustado.

En todos mis sueños así nunca había tenido tanto miedo como ahora, de por si nos encontrábamos en un lugar que parecía que iba a colapsar y además estaba viendo a un ser que irradiaba maldad y que estaba completamente oscuro, apenas se podía notar que era una cabra gracias a el cuerno encorvado que tenía y en el otro solo había un hueco.

-veras lo que pasa es que no me encuentro aquí físicamente, pero si espiritualmente, me encuentro en el lugar que menos te esperas y ahora mismo estoy controlando tus sueños para que veas la historia completa-dijo seriamente.

Me quede un poco sorprendido por todo lo que dijo y a la vez un poco confundido, ya que todo era importante, pero se le entendía muy poco, después de unos minutos de mirarlo fijamente decidí confiar en él, pero sin bajar la guardia y mire todo lo que pasaba a mí alrededor.

-señor ya llegué-dijo Jasón un poco asustado.

- ¿porque llegaste tarde? -dijo el tigre enojado.

Se notaba que Jasón le tenía miedo a ese monstruo, pero ¿por qué?, me quedé un poco intrigado por lo poco que vi, pero decidí seguir viendo para sacarme de la duda.

-acaso ya te olvidaste de que tienes que llegar temprano, recuerda que si no llegas a la misma hora no podrás demostrar que en verdad te entregas a ser un héroe, así nunca serás un héroe, así nunca podrás ayudar a las personas de la profecía-dijo con un tono de decepción.

-lo siento señor-dijo Jasón un poco asustado.

Me quede un poco sorprendido ya que supuestamente teníamos que pelear contra Jasón y el parece una persona con ganas de ayudarnos.

-una disculpa no arreglara nada-dijo el tigre enojado.

Después de esto le intento dar un golpe a Jasón, pero él se movió rápidamente y agarro la mano del monstruo, pero él fue más fuerte que Jasón y lo tiro hacia un lado y de repente se encontró encima de Jasón, abrió la boca-que tal si terminamos con esto-dijo con una sonrisa malévola después de decir esto intento morderlo.

-espere señor no necesitamos llegar a esto-dijo Jasón aterrado.

El monstruo se detuvo y dejo que Jasón se parara, se disculpó con Jasón y le dijo que se vaya, Jasón le hizo caso y se dio media vuelta y se fue, en el momento que ya estaba a punto de irse el monstruo saca sus garras y con una expresión de dolor y unas lágrimas en sus ojos le araña toda la espalda, Jasón solo grito del dolor mientras que el tigre empezó a volverse una masa oscura y se metió en el cuerpo de Jasón, el lugar en donde estaba el arañazo se estaba llenado de oscuridad y los ojos de Jasón pasaron a ser de color verdes a ser de color rojo.

Jasón se empezó a reír descontroladamente mientras que se tiraba al suelo, se notaba como en una parte de su cara se encontraba sufriendo y en otra estaba con una expresión de locura hasta que dejo de sufrir y se empezó a reír más fuerte.

-esto acaba de empezar-dijo Jasón riéndose a carcajadas.

Después de eso todo se hizo aún más oscuro y me encontré con la estúpida cabra esa llamada “el gran maestro” mirándome fijamente.

-ahora entiendes lo que paso-dijo con una sonrisa-bueno no importa si no lo entiendes eso no importa ahora-

-ahora lo que importa es lo que tienes adelante, deshazte de José, deshazte de tus amigos no los necesitas únete a mí-dijo riéndose.

Me quede un rato pensando en que tan retorcida ha de estar su mente al pensar que yo me uniría a él.

-nunca-le grite un poco enojado.

-está bien entonces sigue escondiéndote detrás de tu rudeza-dijo burlonamente-no creas que no se tus secretos-

Para mi mala suerte, yo era muy fácil de alterar, así que ni bien dijo esas palabras y yo ya me estaba empezando a enojar.

-cállate-grite enojado.

-cómo sea-dijo burlonamente.

De pronto él se desvaneció, todo se volvió más oscuro y de pronto…

-Maldición Julio despierta-dijo Leo enojado.

Al escuchar a Leo me tranquilice un poco, porque significaba que el sueño había acabado, pero después de unos segundos recordé lo que él había hecho y me enoje con él.

-que quieres-dije enojado.

-ya es tarde, tenemos que entrenar por última vez porque tenemos que dirigirnos rápidamente hacia donde creemos que se encuentra Jasón-dije molesto.

Al oír esto no tuve más opción que hacerle caso, una vez que llegamos a las escaleras sentí como si estuviera otra vez en uno de mis sueños, ya que todo estaba oscuro pero una vez que bajamos había mucha iluminación y hay estaban todos luchando contra esqueletos después de unos segundos todos me saludaron y yo solo volteé la cara mostrando una expresión de enojo.

Cuando me despiertan siempre me enojo más de lo normal y con cualquier cosa que pasaba me enojaba así que cuando camine por ese suelo que estaba húmedo, mis zapatos se ensuciaron eso hizo que me enojara aún más, así que agarre mi hacha y descargue toda mi ira contra los esqueletos haciendo que mis amigos solo me quedaran viendo, mientras que yo destruía a todos los esqueletos con mucha facilidad, hasta que ya no salieron más.