Narra Mauro.
Ya era de mañana y no sabíamos nada de Leo ni de Carla, tal vez la lava los haya matado a ambos, pero luego de estar observando el lugar por varios minutos por fin logre ver a dos personas dormidas al parecer eran Leo y Carla, Carla estaba abrazando a Leo, mientras él estaba acurrucado de una manera un tanto extraña.
Desperté a todos mis amigos, para que vean esa escena, pero Julio no lo tomo muy bien que digamos y se enojó bastante, Julio fue a despertar a Carla y a Leo bruscamente, a Leo lo agarro de la camiseta, pero antes de hacerle algo se tranquilizó, dejo a Leo en el suelo y se disculpó rápidamente con ambos, pero justo cuando puso a Leo en el suelo este perdió el equilibrio y se cayó.
Carla ayudo a leo a pararse.
-pero ¿qué paso? -pregunto Julio un poco arrepentido.
-lo que paso es que, Leo tiene una gran herida en el pie por culpa de Regnar-dijo Carla un poco nerviosa.
-pero yo lo deje ahí para que muriese-dijo Julio un poco extrañado.
-pues hiciste mal, a los monstruos dragones no les hace daño, ni el fuego, ni la lava-dijo Leo un poco adolorido.
Yo me quede un poco sorprendido, por la sorprendente habilidad que tenían los dragones, pero guarde mi emoción para otro momento y me calme. Julio pareció enojarse un poco ante la respuesta de Leo, pero antes de que le hiciera algo, me metí entre los dos, para que no se generase otra pelea.
-sabes que no quiero pelear y me quiero disculpar por lo que les hice, sé que me vi como un cobarde, pero si no lo hubiera hecho seguramente ya estuviéramos muertos-dijo Leo tranquilamente.
Julio acepto su disculpa, pero aún se le notaba una pizca de desconfianza en sus ojos.
-así que Leo ¿cuál es la siguiente parada? -pregunto Julio.
-la siguiente parada es el reino de Delain, en el castillo me atenderán de la mejor manera-dijo Leo amigablemente.
-pero que nombres más extraños tienen los reinos aquí-dijo Craig tratando de animar el ambiente.
Leo no se lo tomo a broma, pero de todas formas no le hizo mucho caso a Craig y siguió hablando.
-Delain es un reino controlado por monstruos-dijo Leo sin importancia.
-así que cualquier persona es peligrosa en ese lugar-pregunto José.
-la verdad es que no, yo estuve en ese lugar por meses y nada me paso, la verdad es que son monstruos agradables que luchan por la igualdad de humanos y monstruos, pero el problema es que estos monstruos son un tanto nerviosos y si los ponen en una situación de peligro no dudaran en atacar a un humano-dijo Leo misteriosamente.
Después de una hora de explicaciones por fin nos pusimos en marcha hacia el reino de Delain, la verdad se nos hizo un poco difícil, ya que con la pierna dañada de Leo teníamos que ir más lento, claramente Julio y Carla iban ayudando a Leo a mantener el equilibrio, pero aun así fue muy difícil.
Durante el camino hacia el reino de Delain vimos muchas cosas, montañas cubiertas de vegetación, campos de trigo y otras cosechas, pero lo que más me intereso sin duda fue el mar, se lo veía a lo lejos, pero aun así era visible.
- ¿cuánto falta? -pregunto Gustavo ya cansado.
La verdad es que llevábamos caminando como por dos horas, creo que todos ya estábamos pasando hambre y hacia un sol que mataría a cualquiera, caminamos por unos cuantos minutos más hasta que Leo dijo que paremos.
-paremos para comer-dijo Leo tranquilamente, dejaron a Leo en el suelo y todos los demás nos sentamos en el pasto.
-está bien, pero quiero comerme una chuleta-dijo Julio a modo de broma.
- ¿qué es una chuleta? -pregunto Leo.
No me creo que en este lugar no sepan que sea una chuleta, tal vez estén mintiendo, tal vez se la llame de otra manera, pero por favor que si existan las chuletas o cualquier tipo de carne.
-que acaso no sabes que es la carne-dijo Julio riéndose un poco.
Leo solo giro un poco la cabeza con un gesto que decía que él no entendía lo que estábamos diciendo.
-la carne que sale del animal-dijo Julio un poco nervioso.
-los monstruos no dan carne y creo que si lo hicieran eso sería asqueroso-dijo Leo riéndose un poco.
-los monstruos al hacerse polvo es imposible hacerlos como tú dices “carne” ya que la “carne“ se pudriría rápidamente y se haría polvo, pero hay otras cosas que no se hacen polvo, por ejemplo la lana de un monstruo oveja o la leche de una monstruo vaca, aunque está prohibido para los menores de 18 años probar leche, ya que todas las monstruos vacas son prostitutas y la leche que sale de ellas se usa para fines sexuales-dijo Leo tranquilamente.
Yo me quede un rato pensando, por qué las cosas cambiaron mucho, pero lo que más me preocupo fue el hecho de que ya no haya más carne, ni más leche en este planeta.
-en fin, que lo único que se come en este planeta son vegetales-dijo Leo sin interés.
Al terminar de decir esto, Leo se fue caminando con ayuda de Carla en busca de vegetales, en el campo que vimos hace unos minutos.
-que loco no antes era tuya y ahora es de Leo-le dije a Julio mientras me reía un poco.
-eso no me importa-dijo Julio mientras me miraba con unos ojos que reflejaban un enojo tremendo y con ganas de matar.
Claramente le dolía el hecho de que ahora se esté yendo con Leo.
Después de unos minutos llegaron Leo y Carla cargando con montones de trigo y zanahorias.
- ¿cómo se las arreglaron para conseguir tanto? -pregunto Craig.
-aquí los granjeros son muy amables-dijo Leo con una sonrisa inocente.
Pasamos como 10 minutos comiendo, yo la verdad no me acostumbraba a comer solo verduras, así que cada vez que le daba una mordida me daban ganas como de vomitar, pero me aguantaba las ganas por respeto a mis amigos, a Julio no le importaba estar comiendo solo verduras y a los demás no le importaba, al parecer solo me afectaba a mí.