el heraldo de dios

jinetes del apocalipsis

Los cuatro dragones me tenían rodeados, de cada uno brotaba una energía distinta, “humano necio, como te atreves a entrar en nuestro territorio” dice el dragón de color morado, que al parecer ese era el jefe.

De los cuatro dragones, el único que tenía una sensación extraña era el dragón rojo. Sujeto mi lanza y la pongo en dirección hacia el dragón rojo, pero antes de que pudiera atacar, los cuatro dragones me atacan con fuego.

Todo a mi alrededor se pulverizaba, pero a mí ni siquiera me hace daño esos ataques. los dragones quedan sorprendidos al verme como salgo ileso de sus ataques, rápidamente salto hacia el dragón rojo y con mi lanza le abro la cabeza, después lo agarro de la cola y lo mando hacia el otro lado del mundo.

Miro a los demás y les digo “que decepción. Pensé que por fin podría pelear con un poco de mi fuerza, pero al parecer todos terminan siendo basura”, mis palabras hacen enojar a lo demás dragones, “¿basura?, como te atreves a llamar a los cuatro jinetes del apocalipsis de esa forma” grita furioso el dragón blanco, mientras se abalanza hacia y me agarra con sus mandíbulas, llevándome y chocándome contra la enorme montaña.

El dragón se ríe al verme tirado en las rocas de las montañas, pero rápidamente cambia su cara al verme levantarme. Me sacudo la tierra de mi armadura, y miro nuevamente al dragón blanco y le digo “fue un buen ataque, aunque lo único que hiciste fue lanzarme hacia esta montaña, en cambio tu perdiste tus dientes al intentarme morderme”, de la boca del dragón comienza a salir un charco de sangre, el cual muy asustado se va y se esconde detrás de sus dos hermanos.

El dragón negro vuela hacia mi y me inspecciona, me mira por un rato y me dice “me presento, soy el líder de los jinetes del apocalipsis. Solo quiero preguntar que asunto tienes con nosotros, ya que veo que no te detendrás hasta que acabes con todo”, este dragón era muy superior a los demás, incluso era mas alto y se veía mas fuerte.

“solo sigo ordenes de aquel que esta por encima de todo, lamentablemente debo terminar lo que he comenzado. Así que prepárate, tengo que terminar esto rápido ya que mañana tengo un asunto importante”, al decir eso me acerco lentamente hacia el dragón, mientras que el al ver el peligro que produzco me intenta atacar con su bola de fuego.

Su fuego era el mas poderoso que todos, pero aun así ni siquiera me hacia cosquilla. Seguía caminando por el fuego hasta llegar a su boca y con mis dos manos le agarro la mandíbula, el dragón al ver lo que así intenta cerrar su boca, pero mis manos se lo impedían. Con un poco de fuerza le comienza a abrir la boca para que lentamente se comience a partir en dos.

El dragón gritaba de dolor, pero incluso en un momento como este ninguno venia a ayudarlo. Después de un rato el dragón ya se encontraba muerto, haciendo que suelte su cuerpo el cual estaba partido en dos. Seguido a eso, camino hasta donde se encontraba el dragón morado junto con el dragón blanco, ellos tiemblan de miedo ante mi presencia, pero con un solo movimiento de mis dedos les quito el temor.

“de seguro ya saben que ninguno de ustedes me puede hacer daño, así que les propongo que se rindan y se arrodillen ante mi” hablo con voz firme para que entiendan en la situación en la cual se encuentran “entiendo como se deben sentir, así que les daré una oportunidad. Solo tendrán que llamar o despertar al monstruo que se encuentra encerrado en aquella montaña” sigo hablando con firmeza mientras los dragones escuchan con atención.

El dragón morado miro a su hermano el cual está escondido detrás, después se voltea y me dice “prefiero que me mates a que despertar a aquella cosa. Aquella cosa se selló el misma para no andar destruyendo planetas como un loco”.

Me esperaba una respuesta positiva pero igualmente ya tenia planes para estos dos dragones. Miro hacia el cielo rojo, era lo mas hermoso de este planeta. Miro nuevamente a los dragones y con un solo chasquido de mis dedos los asesino, de seguro nunca sabrán como murieron.

De repente todo el planeta tiembla, como si algo se hubiera despertado e intentara liberarse. “cadenas” digo en voz baja mientras que de mi armadura salen unas cadenas de hierro, con las cuales amarro a los 2 dragones y comienzo a caminar hasta la enorme montaña, mientras me acerca comenzaba a sentir una presencia poderosa, incluso mas poderosa que la de estos cuatro dragones juntos.

Con mi mano toco la montaña gigante, y de un solo golpe la destruyo por completo. Los escombros y las rocas desaparecen, era como si nunca hubiera existido una montaña en este lugar.

Cuando desapareció todo por completo pude ver la cosa que se encontraba sellada en ella, era enorme, además de la presencia que expulsaba incluso estando sellada. El dragón era gigante, y alrededor se cuerpo tenia miles de cadenas las cuales lo retienen, lo mas hermoso era su color blanco, era perfecto.

Me acerco lentamente hacia el dragón, al parecer este se encontraba dormido. Con mi mano le toda la cabeza y digo “despierta de tu miseria” ante esas palabras, el dragón se despierta y se comienza a mover, pero las cadenas eran tan poderosas que no lo dejaban hacer ningún movimiento. Momentos después nuestras miradas se encuentran, y el dragón me hace una pregunta muy interesante “¿Quién demonios eres tú?”, a lo cual yo respondo muy tranquilo “soy quien vino para asesinarte”.      



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En el texto hay: fantasia, magia, evolución

Editado: 03.09.2022

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