Joshuad
Abrí los ojos, había vuelto a soñar con Jessica, me hubiera gustado mucho despertar a su lado, como en el inicio pero algo entre nosotros ha cambiado.
Cuando estábamos hablando afuera de la casa, me entraron unas ganas de decirle que la amaba pero simplemente no lo hice, no entiendo qué pasa si es obvio que ambos seguimos sintiendo cosas el uno por el otro, es como si una barrera invisible nos impidiera decir o hacer cierta cosas y no aguanto esta distancia.
Fui a la cocina a tomar un vaso de agua y saludar a mi padre.
—Buenos días Padre.
—Buenos días hijo, ¿Cómo amaneciste?
—Bien
—que bueno.
—ayer fui a visitar a Teresa.
— ¿y como está?
—Hermosa.
Mi padre me dio una sonrisa de boca cerrada.
—Vendrán días difíciles hijo.
—Lo sé, pero estoy listo, ahora que sé de su existencia no me pienso alejar de ella.
—y Jessica ¿cómo está?
—Bien ¿por qué lo preguntas?
—me di cuenta que la quieres y confías mucho en ella.
—Sí, es muy buena amiga además es como mi hermana.
—Hijo, ya tienes problemas con tu madre no te busques uno más grande.
— ¿que estas insinuando papá?
—que tengas cuidado.
¿Acaso mis sentimientos hacia Jessica son tan evidentes?
—Esta noche no vendré a cenar, estaré en una cena familiar con mamá.
—Hijo, tienes 19 años, no tienes porque darme explicaciones.
—Disculpa por querer ser buen hijo.
—Dramático como tu madre, lo único que sacaste de mi fueron los ojos.
—y te los agradezco mucho.
Era agradable pasar tiempo con papá pero extrañaba la comida de mamá.
Debería perdonarla y pasar página, Jessica tiene razón, ella me quiere y yo la quiero, y me guste o no es mi madre y no quiero hacerla sufrir.
*********
Después de terminar algunas investigaciones que me asignaron en la universidad, me puse una camisa de cuadros azul, con unos jeans y zapatos de vestir. De camino a casa de mamá no podía dejar de pensar en Teresa, ella está allá en el orfanato siendo criadas por personas que quien sabe que método de enseñanza tendrán, mientras yo estaba aquí rodeado de personas que me aman de verdad.
No tengo la menor de idea de si podré estar con ella, ni si seré un buen padre, solo sé que la quiero tener a mi lado.
Llegué a la casa, Terry estaba sentado en el sofá chateado por el celular.
—Hola.
— ¡Hey! —dijo Terry apartado la vista del celular por un momento para después seguir chateado—Mamá y Jessica se están terminando de cambiar.
—Okay—subí las escaleras y fui directo a mi habitación, al entrar recordé el sueño que había tenido, me senté en la cama y olí la almohada…alguien estuvo aquí.
—Donde puse la bendita cosa, santísimo, todo se me pierde a mí, todo—sonreí al escuchar la voz de Jessica en el pasillo—cuando uno está buscando algo nunca aparece, nunca—salí al pasillo.
— ¿Ahora que se te perdió? —Jessica se dio la vuelta y me vio.
—Joshuad, llegaste—una sonrisa se dibujó en su cara.
—Hola, Jessica—ahora que lo pienso, no le tengo un apodo a Jessica, siempre le digo linda o amor pero no le tengo un apodo por algo en especifico.
— ¿Cómo estás?
—Mejor ahora que te veo.
La puerta de la habitación de mi madre se abrió— ¡Joshuad, llegaste!
—Hola mamá—Los tres nos quedamos en silencio, sabía lo que tenía que hacer.
Me acerqué a mamá y la abracé, mamá también me abrazó y miré a Jessica quien estaba sonriendo satisfactoriamente.
—Te extrañé Hijo.
*************
En el auto, todos nos sentamos de manera habitual, Henry manejaba, Mamá estaba en el asiento de copiloto, Terry en la ventana derecha, yo en la izquierda y Jessica en medio de nosotros.
— ¿A dónde vamos? —preguntó Terry
—A un restaurante que descubrí hace unos días, queda un poco lejos, te puedes dormir un rato si quieres—dijo Henry
—Está bien—Terry se puso sus audífonos. Jessica ha estado el camino entero mirando por la ventana, quiero atraerla hacia mí, tomar su mano y abrazarla, pero no sé si ella quiere lo mismo.
Cuando nos reconciliamos nunca dejamos en claro si seguiríamos juntos, simplemente estamos bien.
En la radio estaba sonando la canción Cuando nadie ve de un grupo llamado Morat y con cada frase de la canción me sentía identificado.
Es nuestro castigo fingir que somos amigos.
—Papá
—Dime hija.
— ¿Cómo es el restaurante?
—Rustico, de dos plantas, cerca del océano —Jessica me topó el brazo.
— ¿Cómo se llama?
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amor prohibido, hermanastros, confesiones secretros y amistad
Editado: 15.05.2020