El hombre del bosque

Capítulo 8

Ash.

Este castigo es lo peor.

¿Saben lo que es lavar la ropa de setenta y un personas?

Y no hablo de una ropa por persona, eran varias prendas que teníamos que lavar.

En este momento odio mi curiosidad por hacerme terminar así, pero no puedo evitarlo.

Han pasado dos semanas desde esa noche y todavía no he recibido respuestas sobre quién era la persona que casi nos ataca en el bosque.

O qué era...

La oscuridad era tanta que solo pude ver su figura y aquellas pupilas blancas que nunca voy a olvidar la intensidad con la que nos miraban.

Le pregunté a todo el mundo, incluido a Herk. Seguí insistiendo pero nadie sabía nada, y Herk seguía sin darme alguna respuesta, mejor dicho, si no me ignoraba me cambiaba el tema.

La única que me pudo decir algo fue Claudia, en ese momento entendí porque tanta insistencia en que no saliéramos.

—¿Tu sabes algo Claudia? —le pregunté, ella suspiró asintiendo —. Entonces dímelo, por favor.

—No se nada sobre esa figura que dices, pero te diré porque insistía tanto en que no salieran. Es algo... muy doloroso para mí aunque hayan pasado casi cuatro años, pero lo voy a intentar.

Nos sentamos en su cama, su expresión era la misma de cuando me hizo la primera advertencia, ahora entiendo que sí era tristeza.

—Mi mejor amiga, la primera amiga que conseguí hacer aquí, hizo lo mismo que tú, todo lo que le pasó lo sé porque Herk me lo dijo. Ella quería saber que pasaba si salía y entraba al bosque, por lo que una noche me dijo su plan, yo no quise ir, le dije que lo dejara así pero no me hizo caso —se detuvo, se notaba el esfuerzo que hacia para poder hablarlo—. Ella sufría de asma y tenía ataques de pánico a veces, una terrible combinación. Por lo que cuando salió y notó la falta de aire sufrió uno, eso solo hizo que menos aire entrara a sus pulmones y cuando Herk llegó del bosque... —sus ojos se llenaron de lágrimas que al pronunciar lo siguiente salieron en gruesas lágrimas, su voz quebrándose y labios temblando —. La encontró muerta.

Inmediatamente empezó a llorar, yo solo pude abrazarla de lado.

—No llegó a avanzar mucho —continuó, sorbiendo su nariz—. Tenía rasguños en su cuello —se rasco el cuello con ambas manos en demostración. Trató de calmarse— de que estaba desesperada por aire. No sabes el alivio que sentí cuando Herk nos dijo que no les había pasado nada —él les había contado lo que pasó a ella y a Mary después de que pudiera salir del abrazo que le dimos todos.

No le dije nada, solo la abracé mientras ella siguió llorando por un buen rato.

Entendía el porqué no me lo había contado antes, era demasiado doloroso y aún no lo superaba, solo podía darme advertencias esperando que dejara mis ideas y preguntas a un lado.

Pero ni lo que pasó las pudo alejar de mi, seguía teniendo muchas más dudas que antes y pocas respuestas, Herk es un misterio andante, el cual espero resolver por completo.

Aunque algo dentro de mí me decía que eso no iba a ser posible...

—¿En qué tanto piensas? —me preguntó Georgia. Habíamos acabado de lavar por lo que estábamos cenando en el comedor.

—Solo en que ya termine el castigo... —suspiré, mordiendo mi sándwich.

—Es agotador lavar toda esa ropa, comemos demasiado tarde. —me eché hacia atrás en la silla para poder ver el reloj de la sala, marcaba las 10:52 pm.

—Tienes razón, pero nos lo ganamos por curiosas y no hacerle caso a las advertencias de Claudia —asintió.

—No puedo creer que aún estando aquí sufrió más y sigue sufriendo... Es una lastima que haya perdido a su mejor amiga así.

No dije nada, seguí comiendo mirando la mesa hasta que terminé.

Sin esperar a Georgia me levanté yendo al lavaplatos y lavar donde comí. Me sequé las manos y me fui al cuarto.

¿Por qué todo con Herk tenía que ser un misterio?

Las cosas que traía, su edad, desde cuándo cuidaba niños, el por qué solo se comía las extremidades... la figura en el bosque...

Me estremecí, recordarlo me daba escalofríos. Aunque no lo pude ver bien pude notar que tiene forma como de animal y es un poco más pequeño que Herk.

Claro que Herk es bastante alto...

¿Que secretos ocultas, Herk? ¿Por qué no me dejas descubrirlos?

Por ahora solo quiero dormir, estoy exhausta.

Al llegar me cambié por un suéter y un short. Aunque afuera hiciera bastante frío y los árboles ya estuvieran perdiendo sus hojas de colores, adentro de la casa el clima era... fresco, ni muy frío ni muy caluroso, simplemente perfecto.

Otro misterio del que necesito respuestas.

Me acosté en la cama cubriendo mis piernas con la cobija, a los pocos minutos me quedé dormida.

¿?

Algo anda mal... muy mal.

Descubrí hace dos semanas que habían puesto una especie de cinta amarilla alrededor del bosque, incluso hay humanos vestidos de negro con armas vigilando desde todos los ángulos posibles, tantos que se me hizo casi imposible que no me vieran, y aún más que no los atacara.

Odio que ese golpe me dejara así, sé que debo aprender a controlarme, pero es tan difícil... Son pocas las veces en las que puedo hacerlo.

Me sorprendí al notar que rodeaban todo el bosque, era demasiado grande por lo que debían haber más de doscientas personas.

—Algo muy malo va a pasar Herk —aseguré, él está sentado frente a mí sobre las hojas caídas de los árboles, los cuales ya estaban casi desnudos y le daba al bosque un toque más aterrador, en especial en la noche.

—¿Qué te hace pensar eso? —su voz sonaba calmada pero sabía que no lo estaba, él podía estar igual o mucho más preocupado que yo y se le hacía fácil no demostrarlo.

—Tienen amarrado todo el bosque, varios humanos armados lo vigilan y tienen señales de "NO ENTRE" en mayúsculas por todos lados ¿Necesitas más para pensar que algo va a pasar? —tomé el puente de mi nariz, suspirando.



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En el texto hay: suspenso, huerfanos, monstruo

Editado: 07.07.2023

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