El incierto futuro del amor

C. 5 La belleza eterna

(En el pueblo, hace varias decadas)

  • ¿No lo entiendes Líder? Amo a Hwa-Young, no puedo estar contigo.
  • Dong yo te amo, te amo desde la primera vez que te vi en la pradera, desde el día que permití la entrada de los humanos al campo de las flores, -con lágrimas en los ojos- siempre te esperé, ahora estás aquí.
  • No me amas líder, amas aquel hombre que fue mi ancestro, amas al hermano de mi abuelo. No soy él, no te puedo amar.
  • No me digas eso Dong, todos merecemos una oportunidad.
  • Tengo mi oportunidad, se llama Hwa-Young y ahora está en casa esperándome con nuestro bebé en su vientre. Recuerda, tú me ayudaste a conquistarla.
  • No te preocupes Don –aún rodaban las lágrimas por sus mejillas- no te molestaré, estaré a un lado esperando pacientemente por ti.
  • No lo hagas Líder, no hagas eso, mejor espera al hombre de tus sueños, debe estar allá afuera, no lo sabrás si no le das la oportunidad a alguien más, además eres una yojeong realmente hermosa.
  • Dong, tienes un deseo que puedes pedirme, puede ser lo que quieras, yo lo cumpliré.
  • No te preocupes, guárdamelo para cuando lo necesite.

Ella sonrió.

  • Sí, eso haré.
  • Debo decirte algo muy importante.
  • Dime.
  • Hwa-Young y yo nos mudaremos a la ciudad.
  • ¡Qué! ¿te irás de aquí?
  • Es algo que decidimos mutuamente, progresaremos en la ciudad.
  • Pero yo no me puedo ir de este lugar, soy la reina.
  • Esa es la mejor parte Líder, no debes hacerlo, tu lugar es aquí, junto a las tuyas, tus hadas.
  • (Sollozando) está bien Dong, te dejaré ir, eres alguien muy especial y te mereces lo mejor.
  • Nos iremos en dos semanas, adiós Líder, gracias por todo.

Dong se alejó, ella supo que no dejaría que sus sentimientos murieran, casi de inmediato citó a las Yojeong de mayor importancia, una vez estando con ellas les dijo:

  • Renunciaré al reinado.

Una gran controversia se armó, discutieron por un largo tiempo, expusieron sus términos y razones, pero al final llegaron al acuerdo, las hadas permitieron la renuncia de la reina, comprendieron que su amor era puro y que debía estar con él aunque se alejará de su especie, ahora estaba en libertad de irse con la familia Jang.

 

(En la actualidad)

Este era uno de los recuerdos más nítidos que tenía la Yojeong antes de tomar el nombre de Hwa-Young, pero esa es otra historia.

 

Cada día el hada pasaba por el parque donde alguna vez se encontró con el amor de su vida, el padre de Soo-Yun aquel con el nombre de Dong, igual que su descendiente. Cada vez pensaba en ayudar al joven Dong-Sun, ella creía que al hacerlo podría redimirse de las erróneas acciones que cometió en el pasado con el abuelo del muchacho. Tres deseos serían suficientes, tres deseos por provenir de dos familias floristas, los Kim por su padre Kim Bae y los Jang por su madre Jang Soo-Yun. Está vez haría las cosas bien, lo que la Yojeong no imaginaba era la mala jugada que el destino le tenía preparada.

Observaba cautelosa las acciones que el joven Dong-Sun realizaba, miró como con el tiempo el chico fue cambiando fácilmente de chica, una mejor que la anterior, el dinero le sobraba. Supo de inmediato que algo andaba mal.

Con los meses transcurriendo, llegó el final de la temporada escolar, el siguiente paso era la universidad.

(Tienda Yojeong)

  • Madre, me iré al extranjero –habló Dong-Sun- mis calificaciones fueron aceptadas.
  • Hijo, siempre serás mi pequeño, estés donde estés, yo estaré contigo.
  • Acepta el dinero mamá, deja la tienda y ven conmigo, tendremos comodidad.
  • No puedo hijo, esta tienda la abrió mi madre, desde la muerte de mi padre ella pudo cerrarla, pero no lo hizo, yo tampoco lo haré.
  • Está bien mamá –la abrazó- te extrañaré mucho, los días serán eternos sin ti.
  • Solo recuerda una cosa Dong-Sun.
  • Dime, madre.
  • Las mujeres son como las rosas, hermosas pero peligrosas, con una belleza hipnotizante que te ciega, solo te das cuenta del peligro cuando te has clavado una espina.
  • Eso lo sé madre, pero recuerda las palabras de mi padre: El amor es como las flores, existen de diversos tipos, aromas y colores, unos más complejos y extraños que otros, pero siempre hay uno que es para cada quien.
  • Tú padre fue una persona muy sabia –sonrió-
  • ¡Ahí está! –se alegró-
  • ¿Qué cosa hijo? –sorprendida-
  • Esa sonrisa que brota de tu rostro cada vez que lo mencionas.
  • No seas tonto Dong-Sun, no digas eso –se expresó un poco nerviosa-
  • (Suspiró) Me preocupa dejarte sola, al menos toma el dinero y contrata seguridad mientras yo no esté.
  • (Rió medio burlona) Como si el hecho de que estés aquí aumente el nivel de seguridad del lugar –bromeó-
  • Muy graciosa madre, muy graciosa.
  • Te extrañaré mi pequeño.
  • Yo a ti madre, solo serán 5 años.
  • Debes cuidarte mucho, existen muchos peligros en otros países.
  • Tranquila mamá, no iré solo, Hee irá conmigo.
  • Dos jóvenes con dinero, solos en el extranjero, esto no me huele nada bien.
  • (Rió un poco) no te preocupes madre, volveremos como profesionales.
  • Eso espero, llena de orgullo a tu madre.
  • Lo haré, te lo demostraré.



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En el texto hay: fantasia, romance, hadas

Editado: 02.03.2019

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