Diecisiete

Ian

Parecía que la tormenta pasaba, los Damiani le estaban dando vuelta a la página mas negra de sus vidas, todo estaba tomando rumbo, estoy sentado checando mis mensajes de correo electrónico cuando me llega el pago por mi trabajo con los Damiani y una citación a el conglomerado.

Camino sin afán por Milán, la ciudad me ha parecido magnífica, su arquitectura, su gente, el ambiente, todo actuaba en mí como un imán que me anclaba a esta ciudad y claro cierta chica pelirroja. Note que tenia acceso directo en el conglomerado, así que me voy directo hacia las oficinas principales, de camino me encuentro con Franco Damiani, este chico no termina de calarme, es muy egocéntrico dista mucho de su hermano y madre.

Al llegar a la oficina me recibe Fabricio con un caluroso abrazo

- Hey bienvenido Ian – me señala donde sentarme –

- Gracias ... jamás pensé que tuviera acceso directo al conglomerado – se sonríe y me trae una bebida –

- Te los has ganado, creo que has contribuido en buena manera a la estabilidad de esta familia y por ende a la empresa

- ¡Que honor! ... cuéntame

- El honor nos los haces tú ... queríamos hacerte una propuesta antes que vuelvas a Londres – lo insto a que siga hablando –

- Tú me dirás

- Queremos que hagas parte del conglomerado, no como un empleado más, si no como una parte importante del mismo, sé que con Octavio tendrás trabajo asegurado, pero me gustaría tenerte aquí

- Oh ... por mi encantado, pero ¿Cómo así parte importante de la empresa?

- Bueno mi madre te cedió unas acciones del conglomerado, es en forma de agradecimiento por todo lo que has hecho – me tenso –

- Fabricio entiendo tu punto, pero no me sentiré cómodo recibiendolas, además siento que tu hermano no le cuadro de ha mucho, bueno en lo que respecta a mi ... no sé, hay algo en él que no termina de gustar – asiente –

- Entiendo ... Franco es lo más cercano a papá, sus acciones y aptitudes son muy parecidas a él, además Franco esta apartado de la empresa, mamá está considerando restablecerlo

- Hagamos algo, yo tengo que volver a Londres, pienso la propuesta y las posibles variaciones que yo le pueda dar; te recomendaría que restablecieras a tu hermano, no quiero que piense que vengo como intruso

- Te entiendo, piénsalo me serías muy útil tanto aquí como en la escuela

- Lo pensaré

Al salir de la oficina de Fabricio me encuentro con Adriano, conversamos un rato largo, fuimos por unos cafés, vemos salir a Fabricio como alma que lleva el diablo con el celular en la mano, nos acercamos y nos dice que Julia no aparece, no la encuentra por ningún lado; el hermano no le prestó atención, pero Adriano y yo sí, así que nos dispusimos a buscarla por toda la ciudad. A las dos horas nos llega un mensaje que ya había aparecido en casa de Alice, la pelirroja.

Alice

Las clases me van a enloquecer, para que me metí en esto, me he jalado el cabello, camino de un lado para otro, salgo a la calle, lo único que veo es a las duelas de la calle, Valeri y Brina, me devuelvo y me concentro en el computador y nada, no doy, en estos momentos odio el cálculo.

- Hey ... ¿Qué te tiene así? – me asusto y salgo a recibir a mi visita –

- Ohhh resorticos ... que agradable visita ... ¿te dejaron salir? – bufa y sienta al frente mío -

- Me escape ...

- Fabricio va a enloquecer ... ¿porque lo hiciste?

- Necesito aire ... no estoy discapacitada, puedo hacer muchas cosas y Fabricio abruma – me sonrió recordando mi corto enredo con un Damiani -

- Ojalá a mí en mi momento me hubieran abrumado así – me quedo pensando – aunque antes no te molestaba yo creo que el embarazo te tiene así

- También lo creo, estoy hormonalmente inestable; huele delicioso – nos llega un olor al guiso que está haciendo mi mami y Julia se saborea -

- Umm ... si, mami está haciendo albóndigas, ¿te quedas a comer con nosotros?

- Claro que sí, no me perdería esa delicia y ajá ¿Qué te tiene preocupada? – me jalo el cabello por enésima vez -

- Tengo una clase de cálculo o algo así, pero siento que estoy en un bosque a mitad de la noche – hace entrada mi mamá con te y pedazo de torta -

- ¿Cómo así?

- Estoy ... perdía Julia, porque nadie me dijo que esto sería así, tan ...

- Estresante

- Si Julia ... ¿me ayudarías? – me queda viendo y suelta la risa –

- Si tu no lo entiendes, pues yo no te serviría de ayuda, sé lo básico, pero – se queda pensando y cuando hace eso asusta -

- Aja di algo no te quedes viendo la telaraña del techo – le hago señas y suelta la risa otra vez -

- Tu si inventas, sabes te equivocaste de carrera debiste ser, humorista... pero estoy pensando que necesitas un profesor para que logres pasar la materia

- Tan chistosa, pero sabes que sí ... el problema es que los nerds del salón están saturados, no se quién más podría echarme la mano

- Encontraremos a ese profesor; ah se me olvidaba necesito comentarte algo serio – cierro el computador, Calculo ... adiós -

- Te escucho ... ¿qué pasó? – me acomodo mejor para escuchar el chisme bien -

- Bueno ... como sabes yo me case con Fabricio – la interrumpo y ruedo los ojos -

- Aja cuento viejo, no lo menciones que me da algo – me abanico con las manos -

- En fin, Alice, no quiero tener malentendidos... nosotras quedamos en que Mulata design es de las dos por partes iguales, al momento de casarme, nuestra empresa empezó hacer parte del conglomerado Damiani, bueno mi parte

- Te entiendo Julia, ¿Qué recomiendas? – le doy la primera cucharada a la torta , pero la niña me queda mirando con ganas –

- Pues ... hablemos con leone y dejamos por escrito todo, después hacemos de forma oficial tu entrada al conglomerado – le entregó la torta porque le esta haciendo ojo - –

- Ok ... por mí no hay problemas - me quedo pensando-