Alice
Nerviosa ... así me sentía
Pasamos todo el sábado haciendo postres de todo tipo, mi madre quería que probaran la extensión de postres que hay aquí en Milán, hicimos Tiramisú, Panna Cotta, unas bandejas de Cannoli y para rematar terminamos con un delicioso Zuccotto, yo solamente espero que les guste el dulce.
No dormí suficiente, al mirarme al espejo lo primero que vi fueron las enormes ojeras que tenía, entre de una al baño, después de una larga ducha me concentro en mi ropa, la tengo extendida sobre mi cama, la observo por unos largos minutos
- Wooh ... que falda linda ¿es tuya? – asiento y Brina se acerca y toca la tela –
- Si, es mía – le muestro 2 suéteres uno blanco y uno verde - ¿cuál pega más con la falda? - se queda pensando –
- El verde me gusta más
- ¿Estas segura Brina? – asiente –
- Si ... vístete y veras ... ya vuelvo – se va dejando sola en la habitación –
Al mirarme con toda la ropa puesta en espejo que gusto lo que vi, tenía la misma sensación que tuve en el almacén el día que la compre; el cabello me lo deje al natural, me lo peine un poco con las manos para darle un poco de volumen; no soy de utilizar mucho maquillaje, pero hoy ameritaba un poco
Busque entre mis cosas y encontré mi neceser de maquillaje abierto, esto tenía una razón ... Brina; intuía que a ella si le iba a encantar el maquillaje ahora que estuviera más grande. Cogí un poco de polvo y me esparcí por todo el rostro, para darme un poco de color en las mejillas opte por un poco de rubor, también utilice rímel y termine con labial color mandarina; al mirarme al espejo me gusto, era yo con un poco de maquillaje que me hacía ver bien, sonríe ante la imagen que proyectaba.
Cuando salí de la habitación noté la hora, ya íbamos bastante retrasados, tanto mis padres como Brina se quedaron en shock al verme y dude, me di vuelta para irme hacia la habitación
- ¿Para dónde vas? – me pregunta mi madre –
- Me voy a cambiar por sus caras intuyo que me veo ridícula – Brina bufa –
- Tu si eres llorona ... me arrepentiré de lo que diré, pero ... te ves linda hermanita – se sonríe y me jala hacia la salida –
- Brina tiene razón Alice, te ves muy bien – mi madre me sonríe con ternura –
- ¿Seguro?
- Totalmente hija ... - mi padre me sonríe con tanto amor y me señala el reloj –
Tomamos todos los postres y los colocamos en el auto de papá bien organizados, para que no se dañaran; las manos me sudaban y mientras más avanzamos más nerviosa me ponía.
Me debatí en porque estaba así tan nerviosa si simplemente era un almuerzo de agradecimiento; había algo más y ese algo más radica en Ian, eso quería decir que empezaba a sentir cosas por él y no me molestaba.
Aparcamos a las afueras del complejo de apartamentos y los nervios me crispaban a tal punto que casi se me caen los postres que llevaba conmigo, claro está recibí una reprimenda por parte de mi madre
El conserje nos dio la bienvenida, nos indicó que tomáramos el ascensor hasta la azotea que allá nos esperaba Ian y su familia. El trayecto desde el piso 1 hasta arriba la sentí lenta y agónica.
Al llegar arriba de entrada escuchamos risas de niños, nunca había estado en la azotea del edificio, había palmeras ubicadas en las esquinas y unas tumbonas, caminamos y lo primero que veo es muchas personas conversando
- Buenos días – el mentón me temblaba al intentar sonreír con soltura –
Ian se levantó de inmediato y vino a nuestro encuentro, saludo a mis padres con tanta familiaridad que me asustó ver sus reacciones tan alegres y ni qué decir de la familia, se notaba lo bien que se la llevaban, no esperaron a que nos acercáramos, ellos vinieron hacia nosotros e hicieron las debidas presentaciones
No era solamente su familia estaba ahí, también nos acompañaría una pareja que no conocía, recuerdo que hace algunas semanas atrás Julia me comentó que vendrían Kailam y su cuñada, por temas de la universidad no puedo estar con ella.
- Hola ... mucho gusto soy Sofia Almoraz – exclama bastante risueña –
- Hola ... el gusto es mío, soy ... – me interrumpe –
- Me han hablado tanto de ti que ya te conozco Alice y sabes que color de cabello divino – frunzo el ceño –
- No la abrumes Sofia .... Hola como estas – exclama Kailam, la reconocí por su vientre abultado; me da besos y me sonríe con ternura, Sofía se va dejándonos solas –
- Hola ... bien – me tomó del brazo y nos sentamos –
- Me alegra, Sofía es mi cuñada y se nos pegó en el último minuto, espero que no se incomoden – niego –
- Para nada, se notan lo unidos que son – se ríe viendo a todos conversar entre sí –
- Mucho ...
Seguimos conversando del embarazo que está casi a término y de la vida con dos niños pequeños en casa, Brina hizo buena liga con Ivana, mi madre encantada con Sofia y su esposo, hasta coordinaron una videollamada para que les enseñe su arte culinario
Por increíble que parezca mi padre pasó todo el tiempo conversando con Octavio y Ian, de que no se, porque risas iban y venían; los hombres se encargaron del almuerzo, conversar con Kailam fue bastante interesante, me confirmó que quien habla de mi en casa es Ian y que le había confiado a ella su gusto por mi
Esa revelación me dejó algo avergonzada, porque no teníamos nada y su familia nos trataba a todos como su familia, a pesar de que a leguas se notaba que son personas con mucho dinero. El tiempo pasó volando y la comida exquisita, entre Ian, mi madre y Gael terminaron de hacer la parrillada, nosotras nos limitamos a acomodar la mesa y servir los postres.
Me dediqué a observarlos a todos, como sin pretender nada dejaban ver un poco su personalidad y su forma de ser, me topo con la mirada Ian, algo divertida y como si quisiera preguntar, me sonrió y camino hasta mí