Alice
Había aprendido a conocer a Ian, sus hábitos, sus gustos; son muy concisos, pero hoy no probó mucho bocado y eso me preocupa, porque él es alguien que siempre lo verás comiendo algo y hoy no lo hizo.
Subió para una reunión con Fabricio de lo que está pasando estos últimos días, soy consciente de la forma de trabajar de Ian y lo que está pasando lo está dejando como una persona que no califica y cualifica para el puesto
Veo que sale del ascensor acompañado de unas de las secretarias que trabajan en el piso de Franco, muy sonriente y siento como una especie de punzada, ¿celos? Podría decir que me gusta Ian, pero no creo que sea el nivel de tener celos. Se despide de la chica y viene hacia mi encuentro, me guiña el ojo y va directamente hacia Mary.
Mary le entrega unos documentos y me hace señas para que lo siga hasta la oficina, ya dentro se sienta y se recuesta en silla suspirando
- Tengo hambre – imitó su acción y me siento al frente de él –
- Estabas demorando si escasamente almorzaste ¿Qué pasó con Fabricio? – bufa –
- Siento que cree es inoperancia mía lo que está ocurriendo – me acercó levemente a él –
- ¿Es así? – frunce el ceño –
- No
- Entonces si tu estas seguro de que estás haciendo tu trabajo de forma excelente, no te preocupes de lo que piense Fabricio, darle a entender que esta equivocado
- Eso haré – asiento –
- ¿Qué piensas hacer?
- Buscaré yo mismo las pruebas y llevárselas a Fabricio ya después que decida lo que quiera – asiento –
- Como te dije, tu cuñado podría servirte ya que tiene acceso a las cámaras
- Si, ya está al tanto de lo que está pasando – asiento, me levanto y camino por la oficina –
- Tal vez ...
- ¿Tal vez, que Alice?
- ¿Por qué no te llegan los correos? ¿Si se supone que debe llegarte a tu computador o al de Mary?
- No se – me sonrió y voy hasta la puerta y la cierro con seguro -
- Aquí está el problema – le señalo la puerta –
- ¿La puerta? – asiento y vuelve a sentarme –
- ¿El experto en infiltrarse eres tú? – frunce el ceño – aquí en el conglomerado las puertas están abiertas siempre, cuando todos se van, ¿Qué pasa con las puertas?
- Quedan abiertas – asiento –
- Exacto ... cualquier persona puede entrar y manipular los computadores y borrar lo que les plazca
- Necesitamos seguridad – asiento -
- Los únicos que pueden entrar aquí en este piso son, Mary, Adriano y tú, reúnete con ellos y pongan seguridad, cambien las guardas ... no se qué se hace – se levanta de forma abrupta y se acerca a mi –
- ¡Como no lo pensé antes! – me da un beso en la frente –
- ¿Qué hablabas con la secretaria del piso de Franco? – ya lo pregunté y al levantar la mirada esta con una leve sonrisa y los ojos un tanto chispeante –
- La saludaba nada más – frunzo el ceño, me levanto y me recuesto en la mesa -
- Um ya - se acerca suficiente como para que nuestros cuerpos se rocen –
- Me infiltrare en esa dependencia – me toma de las manos y se las lleva a los labios – quiero que sepas que yo solamente pienso en una mujer y es la misma que me gusta ... y la estoy mirando en este momento
- No he dicho nada, además tu y yo somos amigos, puedes tener los amigos y amigas que quieras – tiene un atisbo de sonrisa –
- Quería que lo supieras pelirroja – se acerca hasta casi rozar sus labios con mi oreja –
Sale de la oficina y se queda conversando con Mary y Adriano, me imagino que es de lo que le propuse; me reprocho por la forma en que le pregunté, fui demasiado evidente y él lo noto, siento que me están mirando, levantó la mirada y está ahí con una sonrisa tan tranquila y yo avergonzada
Salimos rumbo a la cárcel de mujeres de Milán, hoy se implementa las clases nuevas, un nuevo ciclo, ya Julia nos espera, ella y su multitud. Después de dos horas de verificación y todos los formalismos salimos de ahí hacia mi clase de manejo
Ya me faltaba poco para la entrega de la moto, hoy hice las prácticas en las afueras del concesionario, en dos días me entregan la licencia; traté de relajarme y al encenderla sentí nervios mezclado con adrenalina, a un costado se encontraba Ian observandome con una sonrisa
Di varias vueltas por el circuito que ellos tenían llenos de obstáculos, era como manejar bicicleta, todo radica en el equilibrio, el profesor me dice que puedo dar una vuelta en carretera, desde mi posición veo a Ian y le hago señas para que me acompañe, viene a mi encuentro
- Vamos ... puedo dar una vuelta – frunce el ceño y mira al profesor, este le asiente –
- Esta segura, no es lo mismo el equilibrio sola a acompañada
- Esa es la idea Ian ... demos una vuelta aquí después vamos afuera ¿te parece? – asiente y le profesor le entrega el casco –
Al inicio notaba a Ian nervioso, después ya tomo confianza, me regaño varias veces por la velocidad, debía tener cuidado porque note que me gusta la ir rápido.
Salimos del concesionario entre risas, sabía que Ian tenía hambre así que lo invite a comer algo antes de ir a la universidad, se le notaba más tranquilo, como si hubieran quitado un peso de encima. Llegamos a un sitio que se come rico y económico llamado "Pomet Milano" venden la típica pizza italiana, todo tipo de trufa, pastas y unos vinos exquisitos, estar ahí es un deleite y en la cara de Ian se notaba, pedimos pizza para empezar con una copa de vino blanco y de esa forma fuimos probando casi todos los platos de la carta.
- A la próxima hacemos pizza en el apartamento y por el vino no nos preocupamos ya que Octavio dejo bastantes botellas – podía intuir una invitación aun así me sonreí y asentí –
- ¿Hay una invitación implícita en sus palabras ... vaquero? – se sorprende por mi pregunta y me acerca mucho –
- Claro que sí pelirroja ... pero puedo decir a mi favor que me gusta estar contigo, digo, compartir contigo, desde una comida deliciosa como una conversación, creo que esta más que claro – me carcajeo por el juego de palabras que utilizó –