Ian
Que te guste una persona es una cosa, que ames a la misma persona es otra, pero que seas correspondido no tiene comparación.
Llegué bastante tarde de Florencia por temas de mal tiempo, ahora vamos en otro vuelo rumbo a Génova, en nuestro primer fin de semana que habíamos decretado para estar juntos sin descuidar nuestras obligaciones.
De Italia no conocía casi nada, solamente Milán y Florencia; llegar a Génova es algo diferente a lo que mi mente tenía registrado del país, esta ciudad tiene edificios altos, calles estrechas, playas paradisíacas enclavadas en la parte septentrional del mediterráneo.
Después de hacer todo lo relacionado con el hospedaje nos fuimos directo hacia Playa de Paraggi rodeada de verdes montañas y de irresistible belleza natural, un sector tranquilo, en ese lugar pasamos todo el resto del día.
Conocimos la belleza de Génova, sus playas y su atractivo turístico, juntos caminamos tomados de la mano por sus estrechos callejones, llevados por el amor y la pasión que nos profesamos a cada momento.
Volver a la realidad no fue fácil, Alice no quería irse de Génova y la entendía, estábamos alejados de todos y tranquilos, además ella está de vacaciones y yo más que nadie sabía lo que venía después de un agotador semestre de universidad
- Quedémonos un día más – me sonríe como tratándome de convencerme y se acerca a mi de forma sensual –
- Me encantaría, pero tengo responsabilidades Alice – la atraiga hacia mí, la abrazo y dejo un reguero que besos desde la mejilla hasta el cuello –
- ¿Por qué? - se sonríe por las cosquillas que le hago –
- Ambos trabajamos y tenemos responsabilidades
- Estoy de vacaciones de la universidad y quiero tener vacaciones – me carcajeo y frunce el ceño –
- ¿Qué propones? – se cruza de brazos con el ceño fruncido y molesta –
- Nada ... tu no puedes dejar tu trabajo tirado, el problema es que no tengo citas de negocios por ahí en dos semanas, dime que voy a hacer en Milán sin hacer nada, esperar que llegue el viernes otra vez e ir hasta Florencia – me siento en el borde de la cama mientras la veo gesticular de más explicándome –
- Acabas de dar la solución- bufa –
- No he dicho nada
- Si lo dijiste ... ¿la última frase cual fue? -se sienta al lado mío y se queda pensando –
- ¿Florencia? – asiento –
- Aja Florencia ... para que esperar hasta el viernes – sus ojos se iluminan y me señala –
- Espera ¿puedo ir a Florencia mañana mismo?
- Si así lo deseas no me quejaría
- Espera ... Quedamos en que nos veríamos los fines de semana ¿no estropearía tu trabajo si me voy mañana mismo? No te molesta que esté por allá viendo todo lo que haces, recuerda estaríamos como si viviéramos juntos
- No estropearías mi trabajo ni me molesta, más bien me encantaría que vivieras conmigo – le beso el lóbulo de la oreja –
- Estamos empezando Ian ...
- Y que, si estamos empezando, somos una pareja que se conoce suficiente como para pasar 2 semanas juntos, solos y conviviendo como una pareja casada que no lo está, el punto es ¿si tu quieres estar conmigo todo ese tiempo?
- La pregunta está de más – se aleja de mí y camina por la habitación - no quiero que nos saturemos y terminemos cada uno por su lado – asiento -
- Piénsalo pelirroja, el apartamento que tengo en Florencia espera por ti cuando los desees
Había notado unos matices de inseguridad en Alice, termine de deducir que eran producto de relaciones anteriores, dichas relaciones debieron ser tóxicas, por su forma de ceder en el campo de la intimidad y en su negativa a irse conmigo a Florencia.
Llegamos a Milán en las horas de la noche del domingo, debía estar en Florencia y en la escuela lo más temprano posible, ya que las reformas que había planteado en la reunión mensual en el conglomerado entraban en funcionamiento este lunes; cenamos con su familia y bastante tarde tome mis cosas para tomar el avión hacia Florencia, su mirada me reflejaba la misma inseguridad que ví hace unas horas atrás, ella se estaba debatiendo, había una lucha interna en sus ojos, me despedí de ella con un beso diferente, lento, pausado, la mire a los ojos transmitiéndole seguridad.
El señor Pietro me llevó hasta el aeropuerto, en el trayecto converse con él sobre la posibilidad de que Alice en los próximos días viniera a Florencia a modo de vacaciones, ya que en las próximas dos semanas no tendría trabajo ni universidad, contra todo pronóstico aceptó, siempre y cuando la comunicación con ellos sea diaria, me aclaró que sus hijas saldrían de su casa casadas, que nos daba un voto de confianza al ver como su hija se había esmerado en la universidad y con el trabajo y que en gran parte porque confiaba en mí.
Al escuchar que confiaba en mí, sentí una presión en el pecho de la impresión; sabia a lo que se refería, pero me quedé callado esperando que más me iba a decir, entonces me dijo que entendía que somos jóvenes y que si yo había tenido la confianza de decirle que viviríamos por dos semanas juntos en la misma casa, es porque ya habíamos pasado al siguiente nivel y si algo pasaba confiaba en que yo respondería como un hombre que soy
Ante esa afirmación no me quedó más que asentir a todo lo que dijo; culminó diciéndome que no quiere ser abuelo todavía
Seguimos conversando de todo un poco, tocamos el tema de mi familia biológica y le cuento todo lo que había pasado con ellos, su respuesta me dejó temblando, me palmeo la espalda y me dijo "ahora nos tienes como una familia de verdad y luché para que forme una"
De alguna forma ellos se habían convertido en mi segunda familia, ya que de mis padres no tenía razón de ellos, he intentado comunicarme con ellos, pero lo que quieren de mí es dinero y pues de mi no van a conseguir nada.
Llegué a Florencia en las horas de la madrugada, llegar a un apartamento solo ya no lo veía agradable, además de eso me sentía exhausto. Dormí algunas horas, se venía un trabajo arduo en la escuela