Para iniciar este capítulo quería desarrollar la mente de emprendedor específicamente centrado en uno de los protagonista principales en toda mi estadía de los cuatro meses que estuve trabajando para esta empresa de adiestramiento, El perro Armando fue un reimpulso en todo esto. Mi objetivo siempre fue claro extraer toda la experiencia del tiempo invertido con dicha empresa, para tratar de ayudarme hice dos tipos de análisis, tomando en cuenta todos los datos recolectados, la primera fue ver si tenía cabida de crear un proyecto de servicio canino alternativo y desarrollarlo hasta más no poder y la segunda era estudiar el comportamiento canino como sus pro y contras, tratar de aprender algunas trucos que se iban a complementar con el primer análisis ya mencionado. Pero no tenía las posibilidades necesarias de dejar todo y emprender mis proyectos, seguía amarrado con la empresa de paseó, con urgencia para cumplir mis metas necesitaba un segundo reimpulso de manera urgente. días después por fin llegó un golpe de suerte, una bendición de Dios.
Al perro Armando lo paseaba dos veces al día, inicialmente es un canino con un carácter fuerte un American Stafford de dos años de edad para aquel entonces, un perro que para controlarlo y dominarlo tienes que tener una actitud y voluntad poderosa. Mi ciclo con la empresa estaba por terminar, el golpe de suerte que estaba esperando y mencioné en el capítulo 2 llegaría de forma sorpresiva, la mamá de su dueño o mejor dicho su abuela porque aquí en el Perú tratan a los perros como si fueran parte de la familia, como si fueran sus hijos. su abuela siempre me comentaba que las cosas podían mejorar, ella veía el esfuerzo que demostraba a diario, y en su corazón reflejaba la necesidad de ayudarme, su empatía del querer poner su granito de arena era muy evidente. Mi situación de migrante que para nadie es un secreto, es muy difícil el día a día es una lucha constante.
Ella siempre me mencionaba que su hijo me podia ayudar a conseguir algo más tranquilo y cómodo. pero sin darle importancia seguia con mis labores, cada día su insistencia persistía, tanto que se tomo el atrevimiento de hablar con su hijo para que me ofreciera una posible propuesta laboral, y a los días siguiente me la hace saber, que consistio en lo siguiente: pasear a armando tres veces al día y como condición para tener siempre ese trato tenía que enviar algunos de sus paquetes relacionado con su negocio de vitaminas unas ves al día, sin pensarlo acepte la oportunidad y al día siguiente iniciamos. decidí hablar con la empresa anunciándole mi retiro, con toda responsabilidad notifiqué antes de tiempo, pero ellos lo tomaron de la peor manera y semanas después se hicieron notar.
Los representantes de la empresa se comunicaron conmigo de forma agresiva alegando que le había quitado alguno de su perros, pero cosa que se me escapó de las manos porque el cambio de servicio de armando no dependía de mi sino del dueño del canes. Le comenté al papá de Armando lo que estaba y su respuesta fue contundente, me dijo que hiciera caso omiso porque la decisión era netamente de el.
Al ver que todo estaba marchando como había planeado, empiezo a estructurar las bases de mi propio proyectó, inicie con los diseños de logotipos, tarjeta de presentación y la aperturas de cuenta en las diferentes redes sociales. Seguí durante semanas con todo estructurado pero como migrante veía que muchas personas no me daban ese voto de confianza de adquirir mi servicio de adiestramiento y paseos, sabía que necesitaba a alguien que conociera la cuidad de lima y que todos empezarian a confiar en el. Incluso dure muchos meses solo con armando, pero decidi que mi fe hiciera el trabajo y por mi mente rondaba el siguiente pensamiento: EL TIEMPO DE DIOS ES PERFECTO. " La fe sin obra es inútil".
Empecé en noviembre del 2019 la nueva propuesta laboral. hice todas las diligencia posibles para estructurar todo. Avanzaron los meses hasta llegar a marzo 2020 mi emprendimiento seguía paralizado nada surgía cómo estaba planeando, y para colmo en el Perú nos azota un virus llamado covid-19, que nos obligó a entrar en cuarentena totalitaria y radicalmente tuve que paralizar para cuidar de mi salud. En esta oportunidad quiero hablar de la pandemia de forma resumidas porque quiero contar toda mi experiencia en algo más personal e individual.
Habían pasado ya 3 meses de estar en una cuarentena radical, y el junio de ese mismo año el gobierno del Perú empieza a liberar algunas cosas que en algunos rubros se empiezan a trabajar de forma deliberada. el papá de armando se comunica conmigo para retomar actividades cosas que me salvó la vida porque ya las cosas se estaban poniendo difícil y preocupante. Me toca salir a trabajar de forma urgente para ponerme al día con todas las deudas que había acumulado en todo ese tiempo, porque no tuve ningún ingresos.
la primeras semanas de julio fueron difíciles la incertidumbre y el miedo se veían en las calles, la estabilidad crear mi propio servicio de paseo y adiestramiento siempre estuvo ahí todo ese tiempo quería revivir el desarrollar de una vez por todas esa idea que físicamente porque estaba todo listo. Semanas después gracias a un amigo peruano sin pensarlo mucho empezó a pregúntarme por mi servicio, le comentaba que las bases estaban echas pero necesitava a alguien que me ayudara a crecer y complementar con algunas ideas para que de una vez por toda esto se encaminará. El sin pensarlo que dijo que quería ser mi socio y que tenía algunas cosas que aportar.
Mas adelante se vuelve mi socio y hermano. Gracias a el pude asociarme y juntar fuerzas para desarrollar una empresa que se llama K-anes Perú.
Gracias a todo esto mi servicio de tal manera creció tanto en poco tiempo realizamos chalecos personalizado, pista de agilidades, sogas personalizadas. Y muchas cosas más.
Mi idea siempre fue de Ofrecer un servicio personalizado diferente a todos y distintigo es su clases.