El intercambio (edición)

Capitulo 7

Me giro para mirar a Lukas, que no puede ocultar la mala cara al ver a la chica en la habitación. Ella, sin embargo, le sonríe con una confianza irritante, aunque su mirada hacia mí es de puro desprecio.

—¿Y ella quién es? —pregunta la desconocida, dirigiéndose a Lukas pero señalándome con desdén.

—Me llamo Christina —respondo con una sonrisa forzada—. ¿Y tú eres?

—Elizabeth, la novia de Lukas.

—No es mi novia —interviene Lukas, claramente molesto, antes de girarse hacia mí—. Chris, puedo explicarlo.

—No hace falta. No somos nada, no tienes que explicarme nada —respondo en voz baja, tratando de controlar mi enojo.

No quiero seguir escuchando más mentiras de los hombres. Estoy demasiado cansada para lidiar con esto.

—Marcus, hola —digo al notar que él aparece en el pasillo, usándolo como una excusa para salir de la habitación—. ¿Y Naomi?

—Está trabajando en una maqueta con una compañera. ¿Y tú? ¿Tienes algún trabajo pendiente?

—Mañana tengo que grabar una escena, pero ya me sé el texto, así que estoy tranquila.

—¿Y qué haces aquí?

—Larga historia. Te la cuento en otro lugar.

—Chris —Lukas aparece detrás de mí, tomándome de la mano—. ¿Podemos hablar?

—Voy a hablar con Marcus —digo, soltándome de su agarre—. Quédate hablando con tu “novia”, Lukas.

La expresión de Lukas es un claro intento de protestar, pero no le doy oportunidad. Camino junto a Marcus, quien me lanza una mirada extraña.

—Vamos a la azotea —propone, y yo acepto sin dudar.

Mientras subimos, mi mente sigue atascada en lo que acaba de pasar. Lukas está abajo con esa tal Elizabeth, y no puedo evitar sentir una mezcla de rabia y confusión.

—¿Cerveza? —me ofrece Marcus al llegar a la azotea.

Asiento y tomo la lata que me extiende.

—¿Qué pasa entre ustedes dos? —pregunta mientras se apoya en la barandilla.

—Mi exnovio apareció en mi habitación, rompió varias de mis cosas y me tenía contra la pared. Estoy segura de que iba a pegarme hasta que Lukas llegó y me defendió —respondo, tomando un trago largo de cerveza—. Luego… bueno, lo besé. Y él me correspondió.

Marcus sonríe con suficiencia.

—Tú le gustas, Chris.

Me atraganto con la cerveza.

—¿Quién te dijo eso?

—Lo conozco desde hace años. Nunca se ha preocupado por una chica hasta que llegaste tú.

—¿Y quién es la que está abajo?

—Elizabeth ha estado enamorada de Lukas durante años, pero él siempre la ha rechazado. Ella simplemente no lo entiende.

—¿Y nunca le ha gustado ella? —trato de sonar casual, aunque mi inseguridad se asoma.

—Nunca —responde con firmeza.

Sus palabras deberían tranquilizarme, pero todavía hay una pregunta rondando mi cabeza.

—¿Dónde se supone que voy a dormir esta noche?

—¿Te quedarás aquí?

—Lukas no quiere que regrese a la residencia. Dice que Logan podría aparecer en cualquier momento.

—Se preocupa por ti —dice Marcus, con una media sonrisa.

Miro hacia el horizonte, intentando encontrar respuestas en la oscuridad de la noche. Quizás Marcus tenga razón, pero no estoy segura de qué hacer con lo que siento.

Mi celular comienza a sonar, y al mirar la pantalla, veo que es Logan. Respiro hondo, intentando decidir si contestar o ignorarlo, pero Marcus me quita el teléfono de las manos antes de que pueda decidir. Sin dudarlo, contesta en altavoz.

—Chris, amor… —se escucha la voz de Logan al otro lado de la línea.

—Chris no hablará contigo —interviene Marcus con firmeza.

—¿Quién eres? ¿Eres el idiota que estaba en su habitación? ¿Ella se ha acostado contigo?

—No, y para que lo sepas, ella no es una cualquiera. Pero supongo que todas tus amigas sí se acuestan contigo, ¿o me equivoco? —Marcus le responde con calma, pero su tono es cortante.

—¿Quién eres? ¿Dónde está mi novia?

—Ella no es tu novia —digo finalmente, con un suspiro.

Marcus continúa, ignorando mi intervención.

—La perdiste con tu actitud. Chris es una gran chica, y para que lo sepas, no soy el chico de la habitación. Solo te digo esto: déjala en paz o te haremos pedazos.

—No me dan miedo tus amenazas —replica Logan con tono desafiante.

—Lo que digas —Marcus cuelga sin más.

Me quedo mirando el teléfono en sus manos y luego a él.

—Gracias —le digo, envolviéndolo en un abrazo rápido—. Ustedes se han portado demasiado bien conmigo.

—Eres una chica muy dulce, Chris, y no mereces que te traten de esa manera —me dice con una sonrisa—. ¿Bajamos por comida?

Asiento y lo sigo. Al llegar a la cocina, Marcus comienza a servir espaguetis para los cuatro. Nos sentamos en la mesa, y aunque todos intentamos actuar con normalidad, la tensión en el aire es palpable.

El primero en acabar es Lukas, seguido de Marcus. Yo como lentamente, mientras Elizabeth, con un tenedor en la mano, me lanza miradas que podrían perforarme.

Finalmente, me harto de la incomodidad y le pregunto:

—¿Te pasa algo?

—¿A ti qué te importa? —rueda los ojos y deja el tenedor sobre el plato con un ruido seco.

Me arrepiento al instante de haber intentado hablar con ella.

—No seas grosera —interviene Lukas, mirándola con enfado—. Ella solo intenta ser amable, algo que tú no sabes hacer.

—No me interesa su amabilidad —replica Elizabeth con un tono venenoso.

—Ignórala, Chris —me dice Marcus, encogiéndose de hombros—. Solo está molesta porque no es el centro de atención.

—Cállate, imbécil —Elizabeth le lanza una mirada asesina.

—¿Cuál es tu problema? —pregunto, frunciendo el ceño.

—Mi problema es que vengo a la casa de mi novio y resulta que ahora está con otra —grita, levantándose de la mesa de golpe.

—Nunca hemos sido novios, Elizabeth —responde Lukas, cruzándose de brazos.

—Mira, si tanto te molesta mi presencia… —comienzo a decir, pero Lukas me interrumpe.

—A nadie le molesta tu presencia, Chris —me dice, sonriendo ligeramente antes de volver su mirada molesta hacia Elizabeth—. Elizabeth, deja de ser tan grosera.




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