—¿Te falta mucho? —grita Lukas desde afuera del baño, con evidente impaciencia.
—¡Porque soy mujer! —le respondo alzando la voz para que me escuche.
Mientras termino de maquillarme, seco mi cabello lo más rápido que puedo. Esta noche tengo que verme mejor que nunca.
Elizabeth es la anfitriona de la fiesta, y no tengo dudas de que hará todo lo posible por llamar la atención, especialmente la de Lukas. No pienso dejar que me opaque.
Me miro en el espejo por última vez, acomodando el vestido negro ajustado que llevo puesto. Es simple, pero lo suficientemente elegante para destacar sin parecer demasiado.
Finalmente, salgo de la habitación, y la reacción de Lukas me toma por sorpresa. Se queda boquiabierto, sus ojos recorriéndome de arriba abajo.
—¿Cómo me veo? —le pregunto, jugando con el borde del vestido.
—Preciosa —responde con una sonrisa sincera que hace que mi corazón lata un poco más rápido.
—¿No es demasiado elegante? —pregunto, insegura—. Puedo ponerme algo más casual.
Él suelta una pequeña risa y niega con la cabeza.
—Estás perfecta, Christy.
Su comentario me hace sonreír, y por primera vez esta noche me siento segura de que puedo enfrentar lo que venga en esa fiesta.
Salimos de la habitación y veo a Marcus esperándonos en la sala.
—Christy, vas a infartar a más de uno con ese vestido, niña —bromea, mirando mi atuendo—. Te ves muy linda.
—Gracias, Marcus —sonrío, algo sonrojada—. Vamos por Naomi.
—Iremos a buscar a mi hermana, pero estoy bastante seguro de que no está lista —asegura Lukas, con una sonrisa divertida.
—Vamos a emborracharnos —bromeo mientras bajo por las escaleras.
—Chistosa —me responde Lukas, rodando los ojos—. Todos van a beber, y yo seré el conductor.
—O puedes beber tú y yo conduzco —le sugiero con una sonrisa pícara.
—Lo decía en broma, no suelo beber —me dice, negando con la cabeza.
Subimos al auto, y me siento en el asiento delantero con Lukas, mientras Marcus comienza a llamar a Naomi para decirle que ya vamos por ella.
Llegamos a la residencia y Marcus se baja a buscar a su novia.
Nos quedamos en silencio por un momento y noto que Lukas me mira de reojo. Lo volteo a ver y él rápidamente gira la cabeza hacia el volante, luego cambia la música.
No le he dicho lo lindo que se ve; lleva una polo azul rey y unos jeans que le quedan de maravilla.
—Creo que se quedaron haciendo algo —comento, mirando la residencia.
—Parecen animales en calor —niega con la cabeza, sonriendo levemente.
—Creo que llegaremos tarde.
—Ese vestido te queda increíble y vas a atraer más de una mirada —dice, mirando de reojo.
—En realidad, solo me importa lo que tú pienses. No me interesa lo que vean los demás.
—Si te vas a poner esos vestidos tan provocativos por mí, entonces diré que nos inviten a más fiestas —se ríe un poco, bromeando.
—¡Lukas! No es provocativo.
—Tienes muy buen gusto para vestir —dice con una sonrisa satisfecha.
—Y a ti esa polo azul te queda de infarto. Estoy segura de que Elizabeth te va a decir algo y va a coquetear contigo.
—¿Celosa?
—No, claro que no —respondo, haciendo una mueca.
Él se acerca a mí y me besa de una manera tan tierna que casi me derrito, pero yo quiero algo más apasionado. Me inclino un poco hacia él y, al instante, pone sus manos en mi cintura, intensificando el beso.
La puerta del auto se abre y nos separamos de inmediato.
—Hola, lamento haberme tardado tanto —nos dice Naomi —¿Se estaban besando?
—No —digo de inmediato —Te ves linda.
Lukas ríe un poco y yo le doy un leve golpe en la pierna mientras él comienza a manejar hacia la fiesta.
—¿Estaban teniendo sexo? —pregunta Lukas.
—Naomi no sabía que ponerse —explica Marcus —No estábamos teniendo sexo.
Naomi ríe y escucho como se comienza a besar con su novio allá atrás.
Llegamos al lugar de la fiesta y el silencio es bastante incómodo, ninguno de nosotros dice nada.
La casa es enorme, con espacio suficiente para estacionar varios autos. Es la primera fiesta a la que voy y no veo a nadie afuera.
Entramos a la casa y el ruido se hace presente al instante en que Marcus abre la puerta. Naomi y yo caminamos directamente hacia la barra de bebidas.
—¿Qué desean beber? —nos pregunta el chico detrás de la barra, sonriendo.
—Dos bombas explosivas —ordena Naomi—. Si te gusta el sabor a cereza, esto te va a encantar.
—Le dije a Lukas que no iba a beber esta noche.
—¿Qué pasa entre tú y mi hermano?
—Nada —respondo, sonriendo nerviosa.
Comienzo a mirar a mi alrededor y veo que Lukas se acerca a nosotras.
—¿Me estabas buscando? —sonríe cuando se queda parado a mi lado.
—Pues en realidad…
Una voz interrumpe mi respuesta.
—Hola, lindo.
Ella se lanza sobre Lukas y le da un fuerte abrazo, que parece disfrutar mucho. Él, en cambio, se separa de inmediato con cara de disgusto.
—Qué bueno que estés aquí —le dice, sonriendo—. Y amo cómo te queda esa polo azul.
—Christy me dijo lo mismo —responde Lukas, poniendo su mano en mi cintura, lo que me hace sentir más segura.
—Christina, no pensé que fueras a venir. Pensé que íbamos a ser enemigas por mi culpa.
—Siempre doy segundas oportunidades —sonrío, forzadamente.
—Qué bueno escuchar eso —sonríe—. Pueden pedir lo que quieran.
—Nunca había venido aquí —comenta Naomi.
—Arriba hay más cosas. Tenemos una biblioteca, una sala común, una cocina extra, una sala de juegos… y en el último piso están las habitaciones y todo lo demás.
—Súper —sonríe Naomi.
—Lukas, varios amigos están preguntando por nosotros dos.
—Ni siquiera… —él empieza a hablar, pero me invaden los celos de inmediato. Decido ir a otro lugar.
—Iré a saludar a Harry.
Salgo del lugar y camino hacia Harry, que está rodeado de chicos. Ni siquiera he hablado mucho con él como para quedarme con él, pero tampoco quiero quedarme sola ni ver a Elizabeth coqueteando con Lukas justo en frente mío.