Había pasado una semana desde que Reynold estaba en el internado y Daria seguía comportándose de la misma manera, pero Reynold se asombraba del respeto que le tenían a Daria y quería saber porqué.
Como todos los días Reynold hizo su cama y se fue a sus clases. Daria le habría prohibido sentarse junto a ella, pero era lo bastante orgulloso y necio para obedecerla.
Las notas de Daria eran excelencia y nada tenía que ver con el poder que tenía en la escuela, fácilmente podría hacer un examen un día sin haber estudiado y sacar todo. Daria se sentó en su lugar.
—Creí haberte dicho que no te sentaras junto a mí.
—Lo sé, pero esto es un salón de clases y yo puedo sentarme donde quiera, por algo estudio aquí.
—Está bien, pero quiero que sepas que sentarte junto a mí no te hará mi amigo.
—¿Tienes amigos?
Nick se le acercó a Reynold.
—No deberías desafiar a Daria.
—¿Por qué?
Daria se paró de su asiento.
—Eres un insolente, alguien debe darte una lección.
—Reynold —dijo la maestra—, ve con el director inmediatamente.
—¿Qué? —Preguntó Reynold—, ¿por qué? Daria es solo una estudiante.
—Dije que vayas inmediatamente o sino, no te dejaré entrar a mis clases lo que queda del año.
Reynold odiaba que lo trataran de esa forma y aún no entendía porqué todos hacían caso a todo lo que decía Daria. De mala gana fue con el director. El director al verlo cruzó los brazos.
—¿Qué lo trae por aquí joven Reynold?
—Daria. Esa chica es insoportable. No entiendo porque todos le hacen tanto caso, es solo una alumna.
El director se paró y vio los trofeos que los estudiantes y ex estudiantes habían ganado.
—Joven Reynold... Para que la sociedad no entre en caos deben tener alguien que los gobierne, alguien que les diga qué hacer, alguien que mantenga el orden y no se doblegue ante nadie... Eso es lo que es Daria para nosotros y le pido respeto, ahora usted es un estudiante de este internado y debe abstenerse a las reglas. ¿Quedó claro joven Reynold?
Reynold asintió de mala gana.
>>Eso es todo, puedes irte, regresa a clases.
Reynold salió de la oficina del director y regresó a sus clases. Nick le dijo que sentara al pasado de él en los asientos de atrás y lo hizo.
Las clases y el día fueron demasiado rápido y ya era la hora de dormir. Nick estaba preocupado por su amigo.
—Reynold —dijo Nick—, deberías de mantener tu distancia con Daria, no es bueno que la enfrentes, ella es la que tiene el poder aquí, solo debes obedecerla.
—Todos aquí me dicen lo mismo, solo es una a-lum-na, tiene nuestra edad Nick, no entiendo porqué la tratan como si fuera una reina.
—Deberías tener cuidado.
Reynold apagó la luz.
—Buenas noches Nick.
Nick, no muy convencido cerró los ojos y cayó profundamente dormido.
El lugar era tan viejo que habían demasiadas personas pensando ahí. Sus voces se podían oír claramente en la madrugada. Podrían tomar control de los estudiantes solamente si los estudiantes creaban una anarquía en contra de todos y la misma escuela, llevándolos a la locura y matando a todos a su alrededor.
La función de Daria era mantener cuerdos a todos y hacer que respeten a alguien. Daba órdenes e imponía reglas que permitía que nadie enloqueciera. Los profesores y el director estaban conscientes de ello, por eso le dejaban tener cuánto poder quisiera. Daria había nacido y crecido en ese orfanato, desde pequeña le temían y no demostraba miedo hacia nada, así como no se dejaba doblegar ante nadie, fuerte y hábil para mandar, era la candidata perfecta para mantener el orden en el internado.