El día estaba amaneciendo, y las alarmas de Aeolus se activaron, se despierta y se levanta rápidamente, pero al tratar de salir por la puerta, se tropieza con Clara que estaba durmiendo en el suelo, cae y se golpea en la cabeza, pero su instinto de Guardián le indican que 3 extraños y quizás otros más atravesaron los límites del Jardín, debía apresurarse para cumplir su tarea, pero tratar de correr le era dificultoso, sentía como si corriera en un barro pantanoso, además que seguía viendo las cosas en distorsión, ya que el efecto de los hongos aún seguía. Al llegar, la venda de sus ojos se activa, pero siente que da estocadas tratando de cortar el aire, como si sus oponentes fueran de goma y se escabulleran de cada golpe que da, su gran velocidad le estaba molestando, puesto que no podía acertar ningún golpe. Pasado unos minutos, Aeolus siente que el peligro se ha marchado, pero aún sentía que la realidad era onírica, hasta caer de espaldas, mirando el cielo que giraba en distintos colores y se vuelve a dormir.
Aeolus siente un gran peso en el pecho que le comienza a hacer daño, también siente que lo están empujando, trata de apartar lo que sea con sus brazos, pero lo que está empujándolo sigue haciéndolo, abre los ojos y ve a Jadurus mirándolo muy pegado a su cara, mientras saltaba en su pecho y otros animales lo empujaban con la cabeza para que despierte, decían algo, pero no entendía.
— ¿Que? ¿Qué les pasa?
— SE LLEVARON A RIGI, SE LO LLEVARON – Jadurus gritaba desesperado.
— ¿Y quién es Rigi?— pregunta Aeolus aún aturdido
— ES UNO DE MIS NIETOS, SE LO LLEVARON LOS HOMBRES... OH NO, ¿QUE LE HARÁN?
Aeolus abre los ojos con espanto, se sienta y ve que hay un gran alboroto, los animales le trataban de despertar para decirle lo que ha ocurrido. Se levanta rápidamente y se dirige donde fue el saqueó.
La familia de Jadurus estaba ahí llorando la pérdida de uno de sus miembros. La escena no podía ser peor para Aeolus, se llevaron flores, plantas, muchas hojas y piedras y lo peor, al nieto de Jadurus. Miró que en el suelo estaba el cuerpo de un solo hombre a quien lo sacó rápidamente del lugar, pero el brazo de un segundo y la pierna de otro humano, en su paso por tratar de aniquilar a los invasores, cortó en varias partes a uno de los árboles del Jardín, que estaba desplomado en el suelo. Un sudor frío recorre el cuerpo de Aeolus y pensaba. "Esto es malo, muy malo, estoy en problemas, estoy en problemas muy graves."
— TENIAS QUE PROTEGERNOS— Le reprochaba Jadurus— TU MISIÓN ERA ESA, TENIAS QUE PROTEGERNOS... DE SABER QUE ACTUARÍAS COMO UN IMBÉCIL, JAMÁS TE HABRÍA AYUDADO A IR AL MUNDO DE LOS HUMANOS
— Perdóname Jadurus, te aseguro que jamás pensé que algo así pasaría... tienes toda la razón de estar molesto conmigo, solo te pido que me perdones – responde Aeolus con voz temblorosa, estaba asustado.
Jadurus lo mira con ojos de tristeza, pero no le dice nada, se acerca a su familia y comienzan a lamentarse entre todos. Aeolus se sentía devastado, tenía que regresar donde Clara, esto era malo para ambos ¿Qué le podía decir?, nada que la calmara a ella o a él.
Clara sale corriendo de la cabaña al ver llegar a Aeolus, llevaba consigo frutas dulces. Junto a ella estaba Lita, quien ya le informó lo ocurrido.
— Aeolus, come esta fruta, te quitará el efecto de los hongos...
Aeolus mira a Clara apenado y devastado, ante su ofrecimiento niega con la cabeza.
— Clara, estoy en problemas, lo que ha ocurrido es muy grave... no he cumplido mi misión como guardián, se han llevado muchas cosas, pero lo que es peor, se llevaron a uno de los nietos de Jadurus.
— Y... ¿Qué va a ocurrir? — pregunta Clara preocupada
— Los Dioses me llamarán y formarán un juicio, me castigarán eso es de seguro... – contesta Aeolus con voz apagada
— Pero, un castigo, ¿Cómo qué?
— No lo sé, nunca he fallado como Guardián, así que no sé qué podía pasar, pero no es nada esperanzador.
— Pero y si salimos a buscar al nieto de Jadurus, quizás el castigo no sea tan grande.
— Lo que sale del Jardín, ya no lo puedo ir a recuperar, es la recompensa que tienen los que se arriesgan a entrar.
— Y ¿Qué pasará con nuestra boda? — Clara titubea
— Lo siento Clara, pero eso ya no ocurrirá— Aeolus lo mira apenado
Todas las ilusiones de Clara se esfumaron, pero tenía miedo por Aeolus, sabía que estaba asustado y no podía hacer nada por ayudarlo, prefiere guardar silencio y abrazarlo.
Se quedaron sentados fuera de la cabaña, sin decir nada. Los minutos pasaban lentos y cada tanto, Clara enjuagaba una lágrima, el pecho de ambos estaba lleno de amargura, debido a que esta era la primera vez que el futuro del Guardián era incierto.
Llega un pájaro de gran tamaño con plumas rojas y doradas muy bello, quien le informa al Guardián que, los Dioses están esperando por él. Aeolus se levanta lentamente con desánimo.
— Te acompañaré— Clara toma su mano
— No Clara, debo ir solo.
— Pero todo lo que pasó fue mi culpa, tu solo querías darme un gusto, si no fuera por mí, nunca habrías ido a ese festival.
— No fue la culpa de nadie, el festival tampoco lo fue, solo nuestra ingenuidad de comer algo que no sabíamos que era y que llegarán a saquear mientras teníamos el efecto alucinógeno, solo fue mala suerte.
Clara lo abraza y comienza a llorar, Aeolus le acaricia la cabeza y la besa, hasta marcharse al palacio de los Dioses, esperando que todo salga bien.