Capítulo 2 - ¿Sanado?

Envuelto en una profunda oscuridad dentro de mi mente escuche una voz misteriosa que provenía de todas las direcciones, al principio no logre distinguir de qué se trataba, pero poco a poco y luego de unas cuantas risas malévolas, pregunte al vacío.

- ¿Quién eres?, ¡muéstrate!–

- Dante, Dante, Dante, que mal educado, exigiendo que me muestre, ¿Por qué quieres apartarme?–me respondió de forma egocéntrica.

– No logro entender de qué hablas, no tengo idea de quién eres –

- ¡Dejare que me veas entonces!–grito fuertemente, causando que mi piel se erizara.

Acto seguido, en medio de aquella oscuridad, una distante luz se encendió, tenía que caminar para llegar a ella, al acercarme no había absolutamente nada ni nadie, pero detrás de mi nuevamente sonó esa risa macabra, al parpadear, frente a mi apareció un hombre con una máscara blanca.

- ¿No sabes quién soy?, ¿Estás seguro Dante?–me pregunto mientras caminaba a mi alrededor.

- ¡Ya te dije que no!, además, no se supone que esto esté pasando, ningún registro con Hush informo de algo como esto–

- Exactamente de eso hablo, quieres apartarme, eliminarme, después de tanto tiempo juntos, ¿acaso no me quieres? – allí fue cuando comprendí que hablaba.

- ¡Tú eres mi enfermedad!, por tu culpa he estado sufriendo, nunca he tenido felicidad gracias a ti, no te quiero para nada. – trataba de contener mi ira mientras le respondía.

- ¿En verdad crees que soy el culpable?, yo no fui quien te aisló, fue la sociedad actual, y todo porque nos tienen miedo, saben que tenemos un poder que los podría acabar, los pondríamos de rodillas, únete a mí, no me elimines, corrijamos las cosas, dejemos fluir nuestra naturaleza. – no podía creer que dentro de mi tenía pensamientos tan bizarros.

- ¡No!, ¡no me uniré a ti!, ya has dañado suficiente mi vida, me privaste de mis padres, de amigos y de una vida normal, no me importa el poder, y nunca me importara, ¡ahora vete de mi cabeza! – rogaba porque la maquina terminara de hacer su trabajo.

- ¡Bien!, que sea como quieras Dante, pero esto solo es el comienzo, no me rendiré hasta que todo mi trabajo rinda frutos, no te escaparas tan fácil de mí, nos volveremos a ver, y espero que te duela la caída. – fue lo último que dijo mientras se desvanecía.

Al terminar de hablar sentí como me halaban hacia un abismo, tenía la sensación de estar cayendo, empecé a gritar desesperadamente, en el exterior mis ojos se abrían, el doctor Pech sonreía y se acercaba a mí, pero aún estaba desconcertado, los demás enfermeros celebraban, al parecer todo había sido un éxito, gire mi cabeza para sentir más comodidad y fue allí cuando una resplandeciente luz inundo la habitación seguido de un estruendoso sonido que me dejo inconsciente.

Ya se me hacía molesto tener que estar tanto tiempo con mis ojos cerrados; estaba despertando nuevamente, pero mi cuerpo estaba entumecido y no quería responderme, aun no habría mis ojos cuando mi nariz se llenó de una fragancia que nunca antes había olido, el aroma era tan cálido que no quería que se fuera nunca, al fin mis ojos abrieron tras un gran esfuerzo, observe a mi alrededor, pero no estaba en el centro de investigación, las paredes estaban pintadas, algunas tenían cuadros hermosos, había una biblioteca a un lado de la cama donde estaba acostado, así como otros implementos médicos, median mis pulsaciones, mi corazón empezó a acelerarse, de pronto entro un hombre, el intentaba calmarme, pero no era mi intención.

La puerta se abrió nuevamente y entro una mujer con lágrimas en los ojos; mi confusión aumentaba, pero ver esa expresión en su rostro hizo que me calmara un poco, el hombre me ayudo a reclinarme en la cama, y fue allí cuando le pregunte quienes eran, - Dante, es lamentable que no sepas quienes somos, somos tus padres, y estuviste en coma por seis meses – me respondieron.

Ahora si es verdad que no sé cómo reaccionar, y en mi rostro la expresión de shock se plasmó como escritura en piedra, por primera vez conocí a mis padres, pero al mismo tiempo me entero que estuve en coma por seis meses, ¿de qué me perdí?, ¿Qué fue lo que sucedió?, ¿ya estoy sanado?