El juego de Melany

CAPITULO UNO. LA LLEGADA.

CAPITULO UNO.

Miro a través de mi ventana a las personas caminar, como si no tuvieran ningún problema y sus vidas fueran completamente perfectas. Que estupidez, todas estas personas fingen que lo que ocurre a su alrededor o en sus vidas es normal y que está completamente bien, siendo que nada está bien en esta mierda de mundo.

Cierro la cortina y me alejo de la ventana cuando un chico se da la vuelta para mirar a mi dirección.

-Melany, ¿Qué ocurre?

Me giro a el lugar de donde proviene la voz de mi madre, está apoyada en mi mueble a un lado de la puerta.

-Nada, solo observo. -En mi voz se nota la indiferencia al responder.

- ¿Estas listas para ir al colegio?

Ruedo mis ojos. -No quiero ir, ¿Pero tengo otra opción?

-No, ahora baja a desayunar. -Se da la vuelta para irse, pero se detiene y vuelve a girar en mi dirección. -Ah y tu padre te dará algunas indicaciones.

Asiento con mi cabeza, sigue su camino y yo tomo mi mochila que está a un lado de mi cama, me observo en mi espejo y aliso mi blusa antes de salir de mi habitación y bajar al comedor.

-Buenos días padre.

-Buenos días Melany, ¿Estas listas para hoy?

-Sabes que siempre lo estoy, pero madre dice que tienes que darme unos concejos como cada año.

Asiente con su cabeza, deja el periódico que estaba leyendo a un lado y toma un sorbo de su taza, la cual por el olor puedo deducir que es café.

-Eres a única que sigue las reglas de tus hermanas y hermanos y por eso confió siempre más en ti, pero eso no cambia el hecho de que algunas veces puedas cometer errores, así que quiero que intentes mantener alejada de tus "compañeros".

- ¿No creer que sería extraño verme como la chica nueva y aparte la rara o solitaria del colegio?

Se queda pensando unos minutos en los cuales aparece mi madre con un plato lleno con frutas picadas y un vaso de jugo de frutilla al parecer.

-Tienes razón, hace unos dos amigos para que no te veas tan mal, pero recuerda mantenerlos al marguen de lo que hacemos.

-Claro padre, tonta no soy.

Terminamos de comer nuestros desayunos en silencio, tampoco escucho que mis hermanos o hermanas se levanten a comer. Algunas veces siento que yo sola hago esto porque soy la única que esta apta para nuestra "vida".

-Nos vemos a la tarde.

Digo antes de levantarme de la mesa llevando mis cosas a la cocina, al dirigirme a la puerta mi madre habla.

-Ten cuidado, ¿Sí?

Giro un poco mi cabeza y observo el temor que hay en su mirada, asiento con mi cabeza, tomo mi abrigo del perchero y me encamino al colegio con mi mochila en el hombro.

Observo a las personas que pasan a mi lado ignorando mi existencia, vivir en la avenida principal tiene una ventaja, no tienes que caminar o andar demasiado para llegar hasta los lugares que deseas llegar. Cuento mentalmente los pasos que doy hasta llegar al colegio, si doblo en alguna calle o algo por el estilo.

Al llegar al colegio todo es como lo imagine a penas llegamos a Orellvillage, todos se irán a observarme cuando camino sin mirar a ninguno de los presentes, solo me dirijo a donde creo que se encuentra la oficina el director.

Al entrar en ella me encuentro con una mujer que debe de rodear los cincuenta años.

-Buen día, soy Melany Benoit y vengo a retirar mi horario.

-Buenos días cielito, por supuesto, déjame buscar tu carpeta.

Odio el maldito apodo con el cual me acaba de llamar pero no le diré nada, no puedo ser grosera con esta mujer ya que me servirá de mucho más adelante.

- ¿Tercer año?, pero si tan solo tienes dieciséis años.

-Me adelantaron porque soy superior a mis compañeros.

Digo con muy poco interés, cada vez que llegaba a un colegio nuevo les comentaban lo mismo a mis hermanos o a mí, ¿A caso es tan extraño que una chica esta adelantada de curso?

La señora me extiende los papeles de mi horario y casillero, los comienzo a leer de inmediato.

-Claro-Responde la señora con una mueca rara. -, por cierto, mi nombre es Rosi y soy la secretaria de la señorita Mia, cualquier cosa que necesites estoy para ti.

Dejo de leer alzando mi vista de las hojas, bajo un poco mi rostro para estar a su altura y la observo directo a sus ojos en donde se logra apreciar algo de incomodidad en ella.

-Claro Rosi, tú me serás de mucha ayuda, ¿Me dirás y ayudaras en todo lo que desee, ¿Verdad?

No responde por unos cortos segundos, solo observa mis ojos y yo los de ella, provocando que abra un tato su boca y luego responda al salir de su transe.

-Claro Melany.

Asiento con satisfacción por su respuesta, sonrió levemente para lograr parecer natural al hablar.

Me encamino por los pasillos buscando mi casillero, siento algunas miradas sobre mí, pero las ignoro mientras finjo que leo los papeles en mis manos, aun cuando ya se de memoria mi horario y numero de casillero. Doblo por un pasillo siguiendo la numeración hasta llegar al mío, introduzco la clave que leí en las hojas para poder abrir el candado.

Dentro de este me encuentro con los libros que me corresponden a mi curso, saco tres cuadernos de mi mochila y los dejo en el casillero, me quito mi abrigo y lo guardo doblado de una forma estratégica para que o quede con demasiadas arrugas, tomo dos libros que son los que me corresponden a las clases que me tocan y me encamino a buscar la sala que me corresponde a clases.

Aun no suena el timbre y eso me da ventaja de llegar antes que mis compañeros, mientras me dirijo a ella observo a las personas que pasan junto a mi o que están apoyados en casilleros y murallas, intentando analizar quienes son los populares, inteligentes pero sociales, los de dineros, los nerds y los raritos.

Llego a mi sala y solo hay cinco personas en ella, dos chicas y tres chicos, quienes me quedan observando, los ignoro y sigo de largo hasta los puestos de atrás, me siento en el último puesto del lado de la puerta, en donde llega menos luz.



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En el texto hay: misterio, secretos, mente

Editado: 01.01.2021

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