El juramento del Rey sombrio

Capítulo 8

Saco un trozo de papel de mi cinturón, lo doblo con calma y escribo con trazos rápidos y agudos:

"Vas a necesitar algo más que laberintos manipulados para destruirme, bastardo cobarde. Estoy más despierta que nunca.
—La que no vas a poder controlar."

La dejo sobre el escritorio, en el mismo lugar donde había hallado la nota anterior, asegurándome de que fuera lo primero que Malkor viera al regresar.

Salgo con rapidez, cerrando la puerta tras de mí.

Kareth sigue vigilando, con el ceño fruncido y los nudillos blancos de tensión.

—¿Lo conseguiste?

—Más que eso —susurro mostrando la expresión satisfecha de quien acaba de robarle un arma a su enemigo.

Ambos nos apresuramos a alejarnos, y llegamos al comedor justo cuando el resto de los estudiantes comenzaban a formar fila para el almuerzo. Los murmullos crecían, todos nerviosos por la inminente prueba.

Me colocó tras Kareth en la fila, fingiendo normalidad mientras mi corazón late con furia contenida. Estoy lista para la prueba… y para devolverle a Malkor cada una de sus mentiras.

Mientras la fila avanza lentamente, tomamos nuestras bandejas con comida caliente y nos sentamos en una mesa algo apartada, intentando no llamar la atención. Aun así, no tardamos en ser rodeados por algunos de nuestros amigos, que ya hablaban sobre la prueba y la extraña desaparición que habíamos protagonizado esta mañana.

—¿Y vosotros? —pregunta Soreya —. ¿Dónde habéis estado mañana? No estabais en los pasillos ni en los jardines.

—Kareth se despertó algo mareado —respondí con rapidez, clavando el tenedor en un pedazo de pan tostado—. Me quedé con él hasta que se sintió mejor. No era nada grave.

—Sí, solo un poco de náuseas —añadió Kareth, poniéndose la mano en el estómago con un gesto convincente—. Supongo que los nervios.

—Ah… claro. Tiene sentido —respondió aceptando la explicación sin más. Las conversaciones se desviaron pronto hacia conjeturas sobre la prueba, lo que podíamos encontrar y los rumores de que este año sería más difícil que nunca debido a mi presencia.

Fingí escuchar, pero mi mente estaba muy lejos. Cada palabra de la nota de Malkor seguía grabada en su cabeza como fuego. Ya tengo un plan, pero debo actuar con precisión. No puedo permitirme ni un solo error.

A mitad del almuerzo, Lyseth apareció junto a la mesa con su andar militar y el rostro sereno pero firme.

—En una hora debéis estar en el vestíbulo del Ala Este. Desde allí os llevaremos al lugar de la prueba.

Al instante, el ambiente cambió. Algunos se tensaron, otros dejaron de comer por completo. La instructora asintió y se alejó, dejando tras de sí un silencio denso que duró algunos segundos.

—Supongo que es hora de prepararse —me dice Kareth en voz baja, apartando su bandeja.

Uno a uno, los alumnos comenzaron a abandonar el comedor, cada uno arrastrando su ansiedad de forma distinta. Yo me puse de pie, y Kareth me siguió.

—Nos vemos luego —dije a los demás con una leve sonrisa.

Caminamos juntos hasta que el pasillo se bifurcó. Me dí la vuelta hacia él para despedirme antes de que cada uno tome sus cosas.

—Nos vemos en el vestíbulo

—Fael, recuerda, tienes ventaja ahora. Úsala bien.

Asentí medio ofendida, pero comprendo que ahora no sea momento de bromear. Al cerrar la puerta tras de mí, el peso de lo que iba a enfrentar me golpeó de nuevo. Pero esta vez, no estaba temblando, sino que sentía una corriente de adrenalina que me ayudaba a combatir los nervios. Me dirigí al espejo del fondo de mi habitación, reflejando una figura que ya no me parecía tan frágil como días atrás.

Pude observarme de pies a cabeza. Llevaba un conjunto ceñido pero funcional, de tonos oscuros con toques dorados, perfecto para moverme con soltura sin dejar de lucir como alguien que sabe lo que vale. Me ató el cabello en una trenza firme, dejando un par de mechones sueltos que caen con descuido estudiado.

Sobre la mesita, repaso los pocos objetos permitidos para la prueba: una daga ligera, mi emblema de iniciada, y un pequeño amuleto neutralizador en caso de magia incontrolable. Todo esta en orden.

—Hoy, Malkor aprenderás que las sombras también tiemblan ante la luz.

Enderezo la espalda, imaginándome frente a él, con los aplausos retumbando detrás, los instructores sorprendidos, y él… él tragándose su arrogancia como veneno.

—¿Creías que podías controlarme? Qué ingenuo. A veces, la presa aprende a cazar.

Mi sonrisa se ensancha y salgo del cuarto con paso firme. Justo a tiempo. En el vestíbulo, Kareth ya me esperaba, de pie, con los brazos cruzados. Al verme, hizo un gesto cómplice con la ceja.

—¿Lista para quemar el tablero?

—Más que nunca.

Lyseth se encontraba delante del grupo, con su elegancia habitual y una presencia que imponía orden sin necesidad de levantar la voz.

—La prueba se realizará uno por uno —anuncia—. Cada uno entrará solo, y el recorrido estará vigilado por ojos discretos. Deberán superar los obstáculos sin ayuda externa. Se evaluará su temple, inteligencia, habilidad y resistencia.

Intercambiamos una mirada rápida. Sabíamos que esas “condiciones” ya habían sido manipuladas por Malkor.

—Seguidme —ordenó Lyseth.

Caminamos en fila por los pasillos que llevaban al ala sur, hacia un enorme portón que se abría hacia un claro en los límites de la academia. Allí, una plataforma de piedra elevada se alzaba en el centro del terreno, y sobre ella se encontraban varios soldados de Umbrath y, cómo no, Malkor Rhydorn.

Su figura oscura imponía, con esa capa ondulante que parecía hecha de la misma sombra. Al verme llegar, sus ojos se fijaron en mí como cuchillas afiladas. Cualquier otro habría retrocedido. Pero hoy no porque sé que llevo ventaja, sin embargo, fingí estremecerme, bajando la mirada, clavando los dedos en mi túnica como si estuviera aterrada. Mi actuación fue impecable,en otra situación me habría halagado a mí misma y todo.



#2324 en Fantasía
#913 en Joven Adulto

En el texto hay: romantasy, cursedking, sacrificeandlove

Editado: 23.07.2025

Añadir a la biblioteca


Reportar




Uso de Cookies
Con el fin de proporcionar una mejor experiencia de usuario, recopilamos y utilizamos cookies. Si continúa navegando por nuestro sitio web, acepta la recopilación y el uso de cookies.