-¡corre! Que no te alcancen- grita Joan atrás de mí
¡JACE! Has algo- le reclamo al pelirrojo que está corriendo a mi lado
-¿Qué esperas que haga? A esas cosas no les afecta la magia, yo no soy el indicado para este trabajo ¿Por qué no haces algo tú?
-porque no sé qué hacer yo soy nueva en todo esto, además si supiera tampoco funcionaria esa cosa se alimenta de la magia
-claro y tuviste que traerlo a la casa siendo nueva en todo esto ¿verdad?
-no sabía que eran peligrosos, al principio se veían inofensivos… y tú me ayudaste es tanto tu culpa como la mía
Bien hagamos una pausa para que puedan entender que paso y como llegamos hasta esta situación
Todo empezó esta mañana cuando me desperté
-hola hermosa ¿jugo?
-gracias Jace- le digo amable, poco a poco me acostumbro a él- ¿has visto a Joan?
-hoy le toca trabajar a él, es su turno de colaboración
-¿colaboración?
-con este clima las cosechas no se dan con facilidad y los cristalícenses nos dividimos en grupos para ayudar a los granjeros con eso, Bahaal no pensó muy bien las cosas
-¿Qué hizo para traer el eterno invierno?
-robo las siete gemas
-¿y que tienen de importante? ¿No pueden buscar otras?
-si las cosas fueran así de fácil ya lo habríamos hecho
-¿podrías contarme más al respecto? Se supone que soy de este lugar pero no sé nada de él y no he tenido la oportunidad para preguntarle a Joan
-por supuesto preciosa siéntate, lo que se es muy poco ya que cuando Bahaal apareció Joan y yo seguíamos muy pequeños, pero lo que sé es que Bahaal robo las siete gemas que se encontraban alrededor del lago, esas gemas son las que traen la estabilidad a nuestro mundo y sin ellas bueno… esto es lo que sucede, se dice que las siete gemas tienen un poder inigualable pero nadie sabe cómo obtenerlo y si las cosas siguen tranquilas es porque Bahaal tampoco lo ha descubierto o al menos no aun
-¿y qué es lo que quiere?
-no lo sé pero supongo que nada bueno, la magia es un poder muy grande puede corromper hasta a la persona más correcta por eso el deber de un Cristalícense no es proteger a los demás es protegerse a sí mismo para poder ayudar a otros, por eso entrenamos desde temprana edad, debemos fortalecernos física y mentalmente o al menos eso nos decía nuestro padre
-¿y dónde está su padre?
-muerto… se suicido
-yo… lo siento mucho- la verdad no me esperaba esa respuesta
-no deberías de disculparte no es tu culpa, el decidió hacerlo, dijo que no podría con el peso de la culpa si algo malo le pasaba a nuestra madre por él-no entendí muy bien a que se refería pero tampoco quise abrir viejas heridas
-oh comprendo ¿y los niños? ¿Hoy no van a venir a entrenar?- hasta ahora no me había dado cuenta que la mañana está muy tranquila y una daga no me ha dado los buenos días
-hoy no, las clases son intercaladas así tienen tiempo para practicar solos
-y nosotros para entrenarte solo a ti- dice Joan entrando a la cocina
-ya decía que todo estaba muy tranquilo
-no sé de qué te quejas si el que estaba trabajando era yo
-Joan quiero descansar solo llevo cuatro días aquí y ya estoy cansada ¿debo hacerlo?
-sí, eso no está a discusión, perdiste mucho tiempo de niña y tienes mucho que aprender pero antes quiero comer tengo hambre
-Joan ¿A dónde vamos? ¿Por qué no entrenamos en la casa?
-porque este lugar es más tranquilo, nadie nos va a molestar en medio del bosque
-y después dices que yo soy el pervertido jaja ni yo hubiera podido decirlo mejor- le dice Jace abrazándolo por el cuello
-solo tu tomarías lo que he dicho como una insinuación sexual- le responde quitándoselo de encima
-pues no solo yo jaja ¿te sientes bien querida? Estas roja… ¿acaso te excito lo que Joan dijo?
Rayos ¿pero qué le pasa?- ¿Qué? ¡No! Claro que no, si estoy así es por las babosadas que dices
-entonces quieres decir que yo te excito- dice con una sonrisa ladina
-¡No! ¡Nunca! Lo que quise decir es que eres un idiota y… ¿no te cansas?
-Aun no has visto nada
-Joan controla a tu hermano por favor
-¿Por qué lo metes a él en nuestro asunto?- me toma por los hombros y susurra a mi oído- ¿no sabías que eso es grosero?
Tomo con fuerza el brazo de Joan e intento ocultarme, ahora que lo vengo analizando se ha vuelto mi escondite de Jace ya que no es la primera vez que me oculto tras él- Joan… por favor- lo miro suplicante refiriéndome a Jace
-a veces te comportas como una niña ¿lo sabias?, tarde o temprano te tendrás que acostumbrar a Jace y a su forma de ser, viven en la misma casa por si no te acuerdas
-muy difícil obviar esa parte pero hoy no será el día en que me acostumbre eso te lo aseguro- digo con pesadez
-como quieras, ya llegamos
¿Soy yo o Joan ha estado muy indiferente conmigo en estos días?, antes bromeábamos más entre nosotros y era menos serio
-¡Sí!, desde que te fuiste no vengo a este lugar ya lo extrañaba, ahora ¿te acuerdas donde deje mi arco?-dice Jace buscando entre unas rocas
-esta por allá- le señala Joan
-oh bien, ¿y mis flechas?
-no se déjame ayudarte, ¿Por qué tienes que ser tan desordenado?
-no me juzgues y mejor ayúdame
Vaya este lugar es muy bonito y grande, hasta tiene un manantial pero tiene una fina capa de hielo encima
-¡Ya las encontré!- volteo a ver a Jace quien está muy animado lanzando flechas a distintas dianas que están esparcidas por todo el lugar a gran velocidad- sí, sigo con el toque
-no pensé que necesitaras algún arma- le digo viendo atentamente cada lanzamiento que realizo casi a la perfección pues la mayoría de las flechas se incrustaron en el centro, las otras cerca de el
-no me mal intérpretes, claro que con mi báculo es suficiente pero aun así siempre he tenido una atracción por el tiro con arco, me gusta mucho y soy bueno que es lo más importante ¿no lo crees?