El Legado de Blackwood: Ecos de la Mansión Maldita

Capítulo 1: El Encargo

La mañana era fría y nebulosa en la ciudad, las hojas secas crujían bajo los pies de Clara mientras caminaba hacia su oficina. Trabajaba como periodista en el "Diario de la Ciudad", un periódico local que apenas lograba mantenerse a flote en la era digital. A pesar de las dificultades del medio, Clara siempre había tenido una pasión inquebrantable por el periodismo. Hoy, sin embargo, su mente estaba llena de dudas y frustraciones; su carrera parecía estar estancada, y las historias que cubría raramente eran interesantes.

Al llegar a la redacción, Clara se quitó el abrigo y se dirigió directamente a su escritorio. Apenas había encendido su computadora cuando su jefe, el editor en jefe, la llamó a su oficina. "Clara, necesito hablar contigo", dijo desde la puerta.

Clara sintió un nudo en el estómago. "¿Qué habrá hecho mal esta vez?", pensó mientras caminaba hacia la oficina del editor. Al entrar, vio a su jefe, Samuel Brown, sentado detrás de su escritorio, revisando unos documentos.

"Siéntate, por favor", dijo Samuel, señalando la silla frente a él. Clara obedeció, tratando de ocultar su nerviosismo.

"Clara, has estado con nosotros por un buen tiempo, y aunque tu trabajo ha sido constante, necesito que te arriesgues más", comenzó Samuel, mirándola fijamente. "Tenemos una historia que podría ser el gran golpe que necesitamos, y quiero que te encargues de ella".

Clara sintió una mezcla de alivio y curiosidad. "¿De qué se trata?", preguntó.

Samuel se recostó en su silla y suspiró. "¿Conoces la mansión Blackwood?".

Clara asintió. Todos en la ciudad conocían la mansión Blackwood. Era una antigua casa victoriana, situada en las afueras de la ciudad, que había estado abandonada por más de un siglo. La mansión tenía una reputación siniestra, con historias de desapariciones, fenómenos paranormales y tragedias inexplicables.

"He oído hablar de ella", respondió Clara, tratando de no mostrar demasiado entusiasmo. La idea de explorar una casa embrujada era intrigante, pero también aterradora.

"Recientemente hemos recibido información sobre la mansión", continuó Samuel. "Hay documentos y registros antiguos que nunca se han hecho públicos. Quiero que los revises y escribas una historia completa sobre la mansión Blackwood. Podría ser nuestra gran oportunidad de atraer a más lectores".

Clara sintió una oleada de emoción. "¿Dónde están esos documentos?", preguntó.

"En el archivo del periódico", respondió Samuel. "Pasa por allí y habla con Marta. Ella te dará acceso. Y Clara, necesito que hagas algo más. Quiero que pases una noche en la mansión. Necesitamos una perspectiva fresca y personal para esta historia".

La idea de pasar una noche en la mansión Blackwood hizo que el corazón de Clara se acelerara. "¿Una noche?", repitió, incrédula.

"Sí, Clara", dijo Samuel, sonriendo ligeramente. "Será una experiencia única. ¿Estás dispuesta a aceptarlo?".

Clara respiró hondo. Era una oportunidad que no podía dejar pasar. "Sí, lo haré", respondió con determinación.

Samuel asintió, satisfecho. "Excelente. Ahora ve a hablar con Marta y comienza a trabajar en esto lo antes posible".

Clara se levantó y salió de la oficina, sintiendo una mezcla de excitación y nerviosismo. Se dirigió al archivo del periódico, donde Marta, la archivista, estaba organizando una pila de papeles amarillentos.

"Marta, Samuel me ha pedido que revise los documentos sobre la mansión Blackwood", dijo Clara.

Marta levantó la vista y sonrió. "Ah, sí. Me dijo que vendrías. Ven, te mostraré dónde están".

Marta la llevó a una sala en el fondo del archivo, llena de estanterías polvorientas y cajas apiladas. Sacó una caja etiquetada como "Blackwood" y la colocó sobre una mesa.

"Estos son todos los documentos que tenemos", explicó Marta. "Registros antiguos, periódicos, cartas... Todo está aquí".

"Gracias, Marta", dijo Clara, sintiéndose abrumada por la cantidad de material que tenía delante. Marta asintió y salió de la sala, dejándola sola.

Clara se sentó y comenzó a revisar los documentos. Había recortes de periódicos que hablaban de la construcción de la mansión en el siglo XIX, cartas de los antiguos residentes, y registros de varias desapariciones inexplicables. Una carta en particular captó su atención. Estaba fechada en 1897 y escrita por Henry Blackwood, uno de los últimos miembros de la familia que había habitado la mansión.

"Querido amigo," comenzaba la carta. "La situación aquí es desesperada. La presencia oscura en esta casa se ha vuelto insoportable. He intentado todo para expulsarla, pero cada intento solo ha empeorado las cosas. Temo por mi vida y por la de mi familia. Si alguien encuentra esta carta, por favor, ayúdennos".

Clara sintió un escalofrío al leer las palabras de Henry. La carta parecía auténtica, y su tono de desesperación era palpable. Decidió que debía saber más sobre Henry Blackwood y su familia.

Pasó horas revisando los documentos, tomando notas y organizando la información. Descubrió que la familia Blackwood había sido una de las más influyentes de la ciudad en su época, pero su fortuna había disminuido rápidamente tras mudarse a la mansión. Había registros de tragedias familiares, accidentes inexplicables y muertes prematuras.




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