AVANCE

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Diez años habían pasado desde el día en que Emily, Victor y Jeremiah habían enfrentado la oscuridad en la mansión Devereaux. La vida en el mundo exterior había seguido su curso, pero los ecos de aquel día aún resonaban en el corazón de los protagonistas. Los cambios en la mansión habían sido profundos, y aunque parecía haber encontrado un equilibrio, la sombra del pasado no había desaparecido completamente.

La mansión Devereaux, ahora restaurada y reconstruida tras los estragos del ritual final, había sido reabierta al público como un lugar de interés histórico. Sin embargo, lo que para algunos era un museo y un recordatorio del pasado oscuro, para otros era un símbolo de advertencia. A pesar de los esfuerzos por normalizar el lugar, algo en el aire continuaba susurrando secretos antiguos.

Emily había cambiado su vida drásticamente tras los eventos que ocurrieron en la mansión. Abandonó su carrera como arqueóloga para convertirse en escritora, dedicando sus días a relatar las historias que había descubierto en sus investigaciones. Sin embargo, el peso de la historia de la familia Devereaux la seguía, y la inspiración para sus libros estaba tan conectada con el pasado como con el presente.

Victor, por su parte, había asumido un rol más discreto. Trabajaba como consultor en una agencia de preservación histórica, asegurándose de que los artefactos de valor histórico se mantuvieran en condiciones adecuadas. La experiencia había dejado una huella en él, y su interés por lo desconocido se había transformado en un esfuerzo por proteger el pasado en lugar de desenterrar sus secretos.

Jeremiah Finch, el enigmático descendiente de la familia Devereaux, había desaparecido de la vista pública tras el ritual final. Su vida había quedado envuelta en un velo de misterio, y las pocas noticias que se habían filtrado indicaban que había seguido un camino separado, en busca de respuestas sobre el legado de su familia.

En una mañana nublada, Emily se encontraba en la antigua biblioteca de la mansión Devereaux, revisando los nuevos documentos y hallazgos relacionados con la historia de la familia. El aire estaba cargado de la misma energía que recordaba de su última visita, pero ahora parecía más como una presencia constante que una amenaza inminente. Entre los papeles, encontró una carta antigua, escondida en un rincón polvoriento de la biblioteca.

La carta estaba fechada en 1874, y su contenido prometía revelar detalles sobre el legado oculto que había mencionado el diario antiguo. Emily la desdobló con cuidado y comenzó a leer, sintiendo que una nueva capa de la historia estaba a punto de revelarse.

“Querido lector,” comenzaba la carta, “si estás leyendo esto, es porque el destino ha llevado a la verdad al borde de la revelación. Lo que hemos sellado y lo que hemos escondido desde hace generaciones está a punto de salir a la luz. El pacto no es solo un ciclo de sufrimiento, sino una cadena que une a nuestra familia con un poder más allá de la comprensión. La verdadera naturaleza del legado es algo que ni siquiera los más poderosos han comprendido en su totalidad.”

Emily frunció el ceño, sintiendo el peso de las palabras. La carta continuaba, detallando un artefacto aún más poderoso que el que habían encontrado antes, uno que se decía que tenía el poder de alterar el equilibrio entre los mundos de una manera nunca antes vista.

A medida que la lluvia comenzaba a caer en la mansión, Emily sintió un estremecimiento recorrer su espalda. Algo estaba cambiando, y el pasado, que había estado dormido, estaba comenzando a despertar de nuevo. La presencia de lo desconocido estaba de vuelta, y con ella, un nuevo capítulo de la historia de la familia Devereaux estaba a punto de comenzar.

Emily sabía que debía contactar a Victor y averiguar más sobre el artefacto mencionado en la carta. La mansión Devereaux aún tenía secretos por descubrir, y aunque la calma parecía haber regresado, el eco de un pasado olvidado estaba a punto de abrir nuevas puertas a la oscuridad.