¿Quién soy? Esa pregunta ronda en nuestras mentes a medida que vamos creciendo, para ir formando lo que somos y el que seremos, nos atormenta hasta lograr responderla, aunque eso nunca suceda. Estuve en muchas situaciones en las cuales esa pregunta me atormentaba: primer día del insti, primer examen para la academia de artes, cuando me gradué, cuando me puse a elegir la universidad que seguiría, y la que más me marco: el día que mis padres me dijeron “Ali eres adoptada”, comencé a sentirlo todo irreal. Ahora, después de despertarme nuevamente en ese lugar que no era mi cuarto la pregunta volvía a aparecer ¿Quién soy? ¿Qué quiero ser? ¿Quién debo ser? ¿Realmente era Alina Bannes? Jamás me había interesado mi pasado, pero ahora con todo lo sucedido necesitaba saber de mis raíces, porque sentía que todo eso tenía que ver con el ahora. Quería golpear a la Alina de 10 años por no interesarse en su pasado.
Hades no me ayudo en nada, solo me reto a mas no poder por ser tan irresponsable y se fue echando fuego, literalmente, él se había enojado tanto que se convirtió en una bola de fuego humana. La única que subió en toda la tarde para verificar que no estuviera muerta fue Hera, que además también de reprocharme también fue muy comprensiva, ella lograba entender mi confusión, mis ganas de respuestas y sus palabras fueron un poco de ayuda: “Estamos aquí para ayudarte, ninguno de nosotros te hará daño, pronto obtendrás las respuestas necesarias” Ella me brindaba una confianza que ninguno de los otros individuos lograba, sentía una pequeña hermandad o maternidad se su parte, como si tuviera más sentimientos que los otros.
Comencé a repasar por sexta vez todo lo sucedido desde el viernes. Me levante sintiéndome extraña, analizando mi vida, desayune y salí a la calle, pero retrocedo un momento a otras. En el desayuno había tenido una extraña reacción a algo, Okay eso fue realmente extraño, no debía olvidarlo así que lo anoto en mi diario. Recuerdo salir a la calle y cruzarme al lobo, eso también lo anoto. Llego al insti, hago todo normal, presentación de Hera y allí fue donde me sentía observada, también estaba la voz en mi cabeza que pertenecía a Hades ¿El me consideraba bonita? Borro esos pensamientos al instante, no era momento de ser una adolescente hormonal. Luego del auditorio fue con la profesora Archibald, después con Carter. “Ahora un mundo nuevo se abre ante ti, aun no lo sabes, pero pronto tendrás las cosas claras y no puedes confiar en todas las personas que te rodean, debes ser fuerte porque ese es tu legado” Esas habían sido las palabras de mi profesor ¿Carter sabía algo? Tal vez él tenia respuestas a algo, lo anoto para no olvidarme. Escribo CARTER, lo redondeo y escribo a su alrededor mis incógnitas.
Me dejo caer boca arriba cansada, tenía hambre, así que decido levantarme de la cama para ir a al primer piso. En la sala estaban todos leyendo un libro menos Hades, que bebía y fumaba mientras observaba la nieve. La vista de la rubia se levanta al sentirme entrar al lugar, me echa una mirada de furia ¿Y esa que se traía contra mí? Yo no le había hecho nada, apenas le conocía. Voy directo a la cocina donde me hago un sándwich, ofrezco a los demás, pero niegan, me sirvo un vaso de jugo de naranja y me siento en la barra para contemplarlos leer. Arlet tenía un libro en sus manos que me era conocido.
—Perdón que me entrometa— trato de ser lo más respetuosa posible para evitar que me golpeen o algo— ¿Quién es el autor del libro? Juraría que lo conozco—pregunto desde mi lugar, la rubia chista sin levantar la vista.
—Lindura, los humanos no podrían leer esto ni con toda la magia del mundo— frunzo el ceño ante su tono de voz, realmente esa chica no tiene modales.
Te odia.
Observo a Hades, pero él ni siquiera me está mirando. Me levanto dejando todo allí para correr a la habitación, en el camino escucho un “Creo que herí sus pobres sentimientos” ¿Qué? Solo había subido para buscar mi cuaderno de dibujo, vuelvo a sentarme en el taburete y dibujo el paisaje ante mí. Al pelirrojo de pie frente al ventana, la nieve y los árboles. Un flash ocurre a mitad de dibujo, ya sé de donde conocía el libro. A lo largo de mi vida había llenado cinco cuadernos de dibujo e iba por el sexto, si mucho, repito vivía para el arte y lo hacía desde chica. Comienzo a revisar uno por uno, hasta llegar al tercero, en una página estaba detalladamente el libro que la joven poseía ahora en sus manos. En el dibujo había unas también, pero no eran las de ella, ya que solo aparecía la tapa y dos manos sosteniéndolo de los lados, Arlet lo tenía abierto por la mitad y lo sostenía con una sola mano. ¿Cómo dibuje yo algo que recién veía? Quería pensar que los libros eran sacados de una biblioteca y por eso lo conocido.
—Vaya…dibujas muy bien— sus manos calientes toman mi cuaderno para comenzar a verlo, intento sacárselo ya que era demasiado privado, pero con su súper poder se aleja con rapidez.
Mierda.
—Esto sí que da miedo— le entrega el cuaderno a Alexai quien lo observa confuso.
—¿Conoces la privacidad? Porque no parece, deberías tomar unas clases de respeto— suelto enojada acercándome al área de sofás para arrebatarle el cuaderno de sus manos, no me deja y lo sujeta con fuerza.
Se detiene en el dibujo donde nos besábamos y susurra la frase, pareciera que dejo de respirar, se queda mudo observando el papel. Arlet que aún no se había sumado al momento, revisa lo que alguna vez en mi vida dibuje y me observa, su mirada se carga de más odio.
No te salta encima para no quedar como una loca.
—Es imposible que una humana conozca sobre las runas del cazador— suelta Arlet parándose del sofá, me coloca el libro en mano y Hera se acerca con velocidad inhumana a mí, sacándome el libro en menos de un segundo.
—¿Estas demente? Cualquier cosa del mundo sobrenatural daña a los humanos—le recuerda.
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Editado: 06.09.2020