Plenilunio, más conocido como luna llena, es una fase lunar que sucede cuando nuestro planeta se encuentra situado exactamente entre el sol y la luna. Para los humanos no hay nada interesante en ella, en el mundo sobrenatural está asociado a la licantropía y las brujas. Seguramente escucharon hablar que en las noches de luna llena es donde los hombres lobo pierden el control y se convierten, pues sí, es real. En las brujas es diferente, sirve para recargar energía, recuperar fuerzas, conectar con la naturaleza y cuando tu poder esta al máximo.
A pesar de haber vivido muchas lunas llenas, esta sería la primera vez con dieciocho años y tenía cierto temor.
—Debes estar calmada— la bruja experimentada paso horas explicándome sobre las lunas y como afectan a los seres sobrenaturales— Te sentirás más fuerte y con mucha energía, será difícil controlarlo porque es un poder que estuvo oculto 18 años.
No cabía duda en que, si me sentía un poco extraña desde que me levante, tenía una corriente recorriéndome todo el cuerpo y en la noche se intensificaría. Las clases con Minerva eran realmente interesantes, poco a poco iba a aprendiendo tantas cosas del mundo sobrenatural y sobre mí. Mi historia era lo que más me interesaba aprender.
Minerva era una bruja sin magia que se conservaba gracias a la naturaleza, no me explico mucho, pero sí puedo decir que a sus cuarenta años se ve como una mujer de treinta. Su llegada a la casa desato una gran curiosidad en mí, si más, ella estaba decidida a enseñarme y a que yo aprenda, a pesar de mi negación. En ciertos momentos, como usar mi magia, yo me negaba a querer practicar.
¿Cómo era Alina Blavatsky antes de morir y pasar a ser Alina Bermont? Algunas respuestas fueron respondidas por ella, también me entrego una serie de diarios que eran de mí del pasado y a la voz le interesaron mucho. Minerva dijo que habia muchos más, pero que se encontraban en el “Salón oculto”, una cueva que solo personas de mi linaje podían acceder ¿Qué tanto era lo que habia allí que tenía que estar oculto con magia inquebrantable? No podía imaginarlo.
Las diferencias entre Alina del pasado y la del presente eran grandes, notables. Según la bruja, yo era alguien entrenada, capaz de dar la vida por mi gente, siempre protegiendo a seres queridos y enseñado a pequeñas brujas aprendices, tenía tantas cosas buenas como tantas malas. Me entristeció ver la emoción con la que hablaba sobre esa chica, que no era yo, aunque todos querían que lo fuera. Me entristeció saber que no les daría lo que querían, primero porque viví 18 años como humana y no podía cambiar de la noche a la mañana, y segundo que aún no quería morir.
Yo quería vivir.
A veces hay que ser egoístas con nosotros mismos y aceptar nuestro destino…
Cuando la noche cayo, la casa se encontraba atenta a mi persona, todos esperaban que explote o algo por el estilo. Pude distraer mi mente sumergiéndome en la pintura, una mujer que habia soñado tantas veces, una mujer del pasado. Alina Blavatsky. No era un autorretrato, porque yo no era ella, ni ella yo. La mirada de esa mujer era fuerte y poderosa, con una armadura de guerra y una espada brillante.
Retrate todo lo que no podría ser jamás.
A las doce en punto de la noche, la alarma de mi celular sonó avisando lo que se avecinaba. El pincel que sostenía cayo cuando sentí electricidad, la sensación de estar electrocutándome me tiro al suelo y grite. Aun no tengo palabras para describir esa sensación, pero era horrible y torturadora. Como pude, me puse de pie y caminé por los pasillos mareada, con las náuseas floreciendo. En las puntas de mi dedo se acumulaba una fuerza mayor que no podía controlar, quería ser liberada. Caminaba sin ser consiente de nada, en la sala todos se encontraban tranquilos y cuando les hable ni siquiera me prestaron atención.
Fruncí el ceño.
—Oigan! —grité con toda la fuerza que pude, pero ellos ni se inmutaron de mí, solo Hades realizo una mueca extraña observando a todos lados.
Ninguno de ellos detallo en mi persona, como si no me vieran.
Me acerque corriendo a Minerva, intente tomarla por los hombros, pero la atravesé, otro grito salió de mi a causa de eso. Miro mis manos atónitas, no podía tocar a nadie ¿Habia muerto? ¿Era un fantasma? ¿Por qué estaba sucediendo esto?
Llame a la voz un centenar de veces, pero jamás respondió…Se habia ido.
Corrí escaleras arriba para volver a la habitación, encontré mi cuerpo de pie frente al atril y con la mirada perdida, quise acercarme a tocarlo, pero caí. Un manto negro me envolvió, caía y caía, hasta que de repente me encontraba de pie en un bosque. Observo mis alrededores con extrañeza, el aura oscura lo inundaba todo, convirtiendo el escenario en uno terrorífico. No era el bosque del pueblo, porque de día tenía más viveza, este a pesar de la luz del sol era oscuro y con neblina. No sabía hacia donde caminar hasta que n grito se oyó e hizo que me sobresaltara, mire en dirección en la que provenía y comencé a caminar.
Cuando los arboles dejaron de existir frente a mí, observe todo con maravilla, ya no habia oscuridad. Un gran lago se extendía, en su fondo comenzaba un monte y el sol comenzaba a aparecer. Caí en cuenta que no estaba sola, habia un grupo de personas en el lugar y ellos sujetaban a una mujer doblegándola sobre sus rodillas, el barro se enterró manchando su vestido. En su cuello posaba una espada brillosa, que me recordó a algo, pero no lograba el que. La mujer poso la vita en mí y su rostro cambio a uno de horror.
Pronto las miradas de los presentes se posicionaron en mí, sonrieron con autosuficiencia, parecía que me esperaban.
—Suéltenla! —grite enojada, con grave y demandante ¿eso habia sido mío?
Mi paso era lento y con determinación ¿Qué estaba haciendo? Entendí que era una espectadora, mi cuerpo no era controlado por mí.
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Editado: 06.09.2020