En la boca del lobo

Sofía había dormido toda la noche, a la mañana siguiente seguía algo mareada, y un tanto confundida.

-¿Que fue eso que me he inyectado?- dijo Sofía agarrando su cabeza, sentía qué le explotaría.
hasta ese día ningúna medicina humana le había afectado, al contrario, siempre podía deducir las drogas usadas para crear alguna vacuna, su don era comparado con las papilas gustativas de un buen cocinero, solo con probar un plato podía deducir las especias usadas, esto era parte de sus dones, de su lado elfo, hasta ahora nunca había experimentado algún efecto secundario o que dicha médicina le causará alguna reacción, a pesar de ser mitad humana.

Intentó salir de la bañera sujetando las finas cortinas del baño, agradeció el largo lavamanos de dónde se pudo apoyar hasta llegar a la puerta, al abrirla se encontró con los ojos fieros de Luchia, quién a sus 30 años de haber llegado al castillo siempre presume de su servicio impecable, de qué no ha pasado una mejor ama de llaves que ella en el castillo y que después de ella no llegaría nadie igual.
-¿que crees que estás haciendo?, ¿quién te autorizo a usar el baño del principe?- , jum, carraspeo, 
-sí no se qué estaba pensando el Rey al contratar a un fenómeno elfo, pero si creés que harás lo que se te pegue la gana aquí lo lamento, tendrás que pasar sobre mí-

-Cámbiate rápido y vuelve al trabajo, has tenido suerte de que el rey aún no regresa de su viaje-, siguió reclamando Luchia, azotando la puerta al salir y dejando a Sofía estupefacta.

Aún sin saber cómo reaccionar a lo sucedido, Sofía notó que Terryus empezaba a despertar, pero está vez, pudo notar una pequeña sonrisa lanzada cómo saludo, sus ojos aún entré abiertos, pero podía notar un color verde claro en el centro rodeado por un color miel, eran algo inusual , estaba segura es qué no había otro par cómo ése,
-¡ no!, ni los de su gemelo, se regañó, el principe Marcus tenía el mismo color de ojos, pero siempre llevaba una mirada fría , desafiante y su carácter prepotente no ayudaba mucho, todos eran menos que nada a su lado, estaba segura que nadie se había sentado a pensar en los ojos del otro principe tirano.

Tomó la mano de Terryus para volver hacerle preguntas, así el volvía a apretar una vez para sí, dos apretones significaban no.
a pesar de qué solo se había saltado unas pocas de dosis de su tratamiento ya se le veía responder y reaccionar con más ánimo.

no había terminado el interrogatorio cuándo Sofía sintió un fuerte mareo,de repente sus fuerzas la abandonaban , todo se pudo negro y calló estrepitosamente al piso.

Terryus apretó lo más fuerte qué pudo su mano para evitarle la caída, pero aún estaba muy débil, agradeció qué ese día tampoco le dieron la dosis de ese veneno, o así lo sentía él, mientras no pudo evitar volver a caer en un profundo sueño.

***
Sofía despertó al otro día en su habitación, su parte Elfa le ayudaba a recuperarse más rápido que un humano normal.
Esa mañana quería ver los libros antiguos, para buscar respuestas, ya qué detrás de la "enfermedad" del príncipe había magia negra involucrada, ya no le quedaba duda alguna, aúnque primero debía ver la cura para la mezcla de hierbas qué se le inyectaba.
sólo podía sentir pena por el príncipe por todo el tiempo qué a estado en cama, por el dolor que seguro le causa ese veneno en sus venas.

-Buenos días bicho raro-, se escuchó la voz del principe Marcus a lo lejos.
Entraba con paso lento a la gran biblioteca del castillo, sin quitar sus ojos de Sofía, cerró la puerta a su pasó, sabía que la hacía estremecer, sabía qué la hacía temblar, estaba ansioso por un momento a solas con ella.

-Espero qué tengamos alguna novedad, ELFA TODA PODEROSA-, dijo a gran voz en tono de burla, mientras saboreaba su labio superior con la punta de la lengua.
- No, aún es muy pronto para ver alguna mejora su real Majestad, dijo Sofía apresurandose a bajar la larga escalera en la que estaba, con disimulo soltó el libro que le había costado tanto alcanzar, ya qué no se podía arriesgar a qué él principe notase, que ella sospechaba de qué la "medicina" era realmente una clase de veneno lento.

-Pero no te vallas tan pronto-, dijo Marcus sujetando fuertemente de su muñeca.
- Por favor su alteza, déjeme ir, a su padre no le gustar- pero no terminó la oración, cuándo sintió como bruscamente los labios de Marcus chocaban contra los suyos, instintivamente se hecho para atrás y le propinó una fuerte bofetada, su anillo hizo una pequeña herida en la mejilla de Marcus, pero ésto lo excitaba le invitaba a querer más.

Sofía no tenía escapatoria, a su espalda estaban los estantes de libros, Marcus la tenía de las muñecas sujetada con fuerza y la obligaba a retroceder hasta quedar sus cuerpos incomodamente unidos, sus olores se mezclaban inundando el pequeño espació.

- Eres una fiera, interesante, me preguntó si eres así en otros lugares- dijo levantando una ceja y llevando su mano libre al muslo de Sofía.
Sofía reacciono e intentó apartar su mano pero era evidente la diferencia de fuerzas, nuevamente fue besada, está vez de forma brusca, lanzó un pequeño quejido al sentir que le mordía el labio, el que inmediatamente empezó a sangrar, mientras la mano del muslo se encontraba más arriba, tocando y buscando humedad, con la otra sujetaba con agresividad uno de sus senos.

Sofía empezaba a sentir náuseas y un vacío en el estómago, no podia luchar contra él Príncipe, y aunque pudiese hacerlo, no saldría viva del castillo, aún no sabe cómo esté no le había devuelto la cachetada, se rumoreaba que era muy agresivo.

- ¡por favor su majestad, necesito volver con su hermano, debo seguir su tratamiento al pie de la letra, seguro ya la sr Luchia me está buscando!- dijo con un tono desesperado y con la voz cortada.
sujetándole la barbilla y obligándola a retroceder le lanzo una sonrisa a medias, - eres muy hermosa, dijo con todo su cuerpo exitado e ignorando lo que Sofía le decía, la apretó más fuerte contra los libros, niégame qué no lo deseas, estoy sintiendo cómo tú corazón se sale de tu pecho, dijo rompiendo su blusa y llevando su boca a su cuello para bajar hasta su busto, cómo un león al que se le había negado comer por varios días.