Nunca dejaremos de luchar

Esa noche mientras dormían, Sofía Soñó con Terryus, estaban sentados a orillas de un acantilado, mirando un rojo atardecer.
- Te extraño - le dijo Terry mientras no despegaba la vista del horizonte, sabiéndose observado por Sofía, me e sentido muy solo sin tí, solo desapareciste, sabía que algún día te irías , pero llegó muy rápido, se me informó qué la reina de las elfas sintió tu malestar y te llevo, no me sorprende la verdad, poseen la magia que nosotros no podemos tener, admiró a tu pueblo, pero no te despediste, eso me tenía muy preocupado.

- lo lamento, nunca dudes que también te extraño, no te dejé, nunca lo haría, no así, sé que me necesitabas,¿ de verdad creés que soy así de egoísta?, dándose cuenta qué realmente ellos dos no se conocían tan bien como ella pensaba.
- no te molestes, perdóname, ¿puedes decirme qué pasó, o dónde estás?
- no lo sé con exactitud, solo sé qué soy prisionera con otras elfas, ayudamos sin opción a unos humanos que están indudablemente en una batalla; sanamos sus heridas, bendecimos sus armaduras, hacemos que sus comidas duren más tiempo, y que sus campos de más frutos.
Terryus la miro con cara de asombro.
- me puedes describir sus armaduras?
-por supuesto- dijo Sofía, tienen en su escudo un águila que llevaba otra águila de las garras, cómo si fuese su presa-
en ese momento Sofía vió como un pájaro golpeaba insistente mente su pierna, hasta que despertó asustada.

-¡Oye!, ¡oye!- la pateaba uno de los guardias por los tobillos, para despertarla.
Sofía despertó, lanzó una mirada de molestia y tomó el pan que había dejado el guardía, que la pateaba para ver si seguía con vida.

Ese sueño se sintió muy real.
-¿será que pude hablar con Terry?, parece que las "clases" que estaba tomando con Ágata, estaban dando frutos.
Al principio, todas decidieron planear el escape, quedaron de acuerdo en que necesitaban que la magia de Sofía despertara del todo.
Así que habían sorteado quien sería la maestra, algo difícil ya qué prácticamente tenían que gritarse las lecciones, no temían ser escuchadas ya qué los guardias cumplían horarios fijos, los cuáles ya se habían aprendido.
Ágata a regañadientes empezó con las lecciones, cómo se las impartían a los niños, pero pasados los días, llegaron a apreciarse una a la otra, no lo expresaban, para no ser objeto de burlas de las demás, pero la forma de enseñar había cambiado, ya se mostraba cierto respeto entre ambas

-¿Este sueño confirma que hay un lazo entre el y yo?-
preguntó a Ágata después de contarlo.
- hay por la diosa- expreso otra de las prisioneras llamada Mischa con todo de fastidió - ya estoy cansada del tema tuyo y del principe.
- Le estoy hablando a Ágata, si no te molesta.
- si me molesta, porqué tengo que escuchar todo ese inútil bla bla bla asqueante, Ágata es muy buena para decírtelo, pero una niña ya hubiese dominado lo que se te pide.
-¡Mischa!- interrumpió Ágata, recuerda qué las runas limitan nuestro poder, es imposible saber si Sofía realmente no está aprendiendo, ya qué estamos todas con apenas magia para mantener nuestros cuerpos.
-Ademas querida Mischa- Añadió Ángela con tono de no tener más que hacer, recuerdo qué de niña eras bien torpe, el maestro hasta te llevo a clases especiales porqué no podías controlar tu primer poder.
Mischa refunfuño algo entre dientes , se recostó de frente a la pared y comenzó hacer garabatos.

Sofía pensó mientras no pudo evitar sonreír, qué quizás ella no era la más odiada.
Aunque debía admitir qué si hablaba mucho de Terry, se le hacía difícil guardarse para ella tantas dudas, que eran casi imposibles saber, aúnque pudo conectar con Terry ese día, le había costado mucho y la verdad se temía que había sido por accidente.
le asustaba el hecho de que Terry podía estar muriendo lentamente, y que ella no llegaría a tiempo para salvarle.

***
En el castillo
- ¿Ésto a sido un sueño?, se sintió muy real- dijo Terry llevando su mano a la cabeza, levantándose de la cama, aún un tanto desorientado, se dirigió a la puerta.

- Cris, ¿puedes pasar por favor?, ya a pasado mucho desde la desaparición de Sofía, necesito que la busques.
-Terry, sabés que más que mi príncipe y futuro rey eres mi hermano, haría todo por tí, pero dejarte solo, en estos momentos, sería condenarte a una muerte segura.
- No seas exagerado Crisra.
- no me digas así, odió ese nombre.
- no está tan mal- sonrió Terry mientras tomaba asiento en el gran sofá situado al borde de su cama.
- Estoy seguro qué los guardias que nos informaron que vieron a los emisarios de la Reina elfa, nos mintieron.
- ¿Cómo puedes estar seguro?, no lo dijo solo uno.
-¿ Crees que solo uno tendría el reino de cabeza?, vamos Cris, se que lo notaste también, me dirás qué confías es ellos?

lanzado un suspiro profundo Cris se sentó en una silla, que primero arrastró para quedar frente a Terry.
- No sabemos dónde está Sofía, no sabemos por dónde empezar, necesitamos alguna pista.
- oh, si la tengo, necesitamos saber dónde se están librando una batallas en este momento.
el reino de Saldor está en guerra, y sin duda alguna es con el vecino pueblo de Estría.

- Si, se que se están enfrentando otra vez por el desierto de Asnora- señalo Cris, el cuál siempre poseía información clasificada, cómo toda buena cabeza de una muy sofisticada red de espionaje para su época.
- no me sorprende, eso pasa cuándo tienes dos orgullosos gobernando solo para sus intereses y no para su gente.
-se está volviendo costumbre cada par de años.
-quiero que le hables a tus espías en Saldor, quiero detalles de dónde están, cuántos son , que armas tienen y por supuesto quien va ganando.
- sus deseos son órdenes.
- ¿no me vas a preguntar cómo lo sé?
- no, la verdad se qué tienes tus trucos bajos la manga, sería tonto de su parte solo tenerme a mi de espía, sin mencionar que eres la persona más inteligente que conozco.
- Es verdad no eres el único espía, pero eres el mejor.
- ja ja ja, dijo imitando una risa sarcástica y apresurandose a seguir las órdenes dadas salió de la habitación.