El Legítimo Rey

Misión exploración

De regreso al campamento.

—No podemos ni insinuar que encontramos alguna pista, ya veré como te envío sólo, ya sabrás que hacer , llegado el momento — musitó Helgel, con su voz gruesa, imponente y un tanto fría.

—Sobra que lo digas, ¿ya se te olvidó, de lo que soy capaz?.

— No, no lo olvido, y por eso lo digo, se que eres inteligente pero también eres muy joven e impulsivo, la falta de experiencia a veces nos hace, estúpidos.

Cris clavó sus ojos negros de forma amenazante en Helgel por unos segundo, para volver su mirada al camino.

—Tan impulsivo que ya es seguro que haré guardía a las elfas, y sin tu ayuda, "mayor"—dijo con tono de hastío .
Mientras Cris se quitaba la goma que amarraba su larga cola de caballo, para volverla a colocar, ya que entre tanto caminar entre ramas, varios mechones habían salido de su lugar tapando su vista.

— Noto hostilidad de tu parte Helge, ¿ese es el ejemplo de alguien maduro?, sabes que lo que pasó aquella ves no tuvo culpables, la situación se escapó de nuestras manos.

—Helgel, Helgel, no Helge, aprende de una vez a pronunciarlo— Carraspeo— la imprudencia siempre encontrará excusas —dijo sin cambiar su tono frío y cortante Helgel.

–Esto no lo hago por tí, no soy fiel a ti, no lo olvides Muchacho.

— Sabés, a pesar de ser jóven, imprudente, impulsivo, no niego qué tengo sangre en las manos, y no lo e hecho solo por el reino, también para hacer mi justicia — lo tomo del antebrazo con fuerza, obligándolo a detener su paso, lo rodeó para quedar de frente, mirándolo a los ojos.

— Hubiese preferido morir yo ese día, y se qué tu deseas lo mismo, no te culpo, tampoco te culpo el que no puedas perdóname, vine contigo porque me lo ordenaron, yo tampoco estaba preparado para verte— respirando profundamente, por un segundo mantuvo sus ojos cerrados, buscando dentro de sí calma sus emociones—pero sí cuándo toda está mierda terminé, aún me sigues mirando así, me pondré de rodillas y te daré el place de acabar con mi vida.

Helgel lo miró a los ojos, asintió y siguieron su camino a encontrarse con los demás de la expedición

* Cerca de la medianoche *

— Señor, esperamos largas horas por usted, ya estábamos pensando ir a buscarlos.

— hicieron bien, ¿encontraron algo?.

— Sí, no lo podíamos creer, funcionó su lógica, encontramos un rastro, pero al parecer baja por el precipicio, necesitamos cuerdas.

—Excelente, preparemos todo lo necesario para salir mañana a primera hora, pediremos el permiso al llegar, no es cosa fácil bajar ese precipicio , nos tomará vários días, pero sí las encontramos la gloria será solo nuestra.

sin más, todos se dirigieron al campamento, llegando allí, el comandante esperaba al mayor en su cabaña.

— Dime, ¿ que te pareció el novato?, aúnque por como lo miras se que no te cae nada bien.

— Debo admitir que es buen rastreador, excelente me molesta admitir, encontramos pistas nuevas, mañana partiremos a primera hora, debemos ir al " ojo del diablo ", necesitamos provisiones para un par de días.

— Excelente, el oscuro estará complacido, a decir verdad está era la última expedición, si no encontraban nada, simplemente las daría por muertas y la pagaría alguno de nosotros, está búsqueda a sido un dolor de cabeza, creó que él tiene obsesión con esas elfas.

—chiiiii — Susurró Helgel, para hacerlo callar— debe tener cuidado con lo que dice, no sabemos sí nos escucharon ahora y sus palabras, Señor, se pueden mal interpretar.

— ¿ Qué haría sin ti viejo amigo?, siempre tan correcto, gracias— dándose la vuelta, toma un pequeño frasco transparente, no más largo que su dedo pulgar, en su contenido, tenía algo parecido a humo negro, lo pone en las palma de Helgel.

Helgel miró con extrañes el frasco, no recordaba haber visto algo así, juraría qué él humo dentro tomaba la forma de un ojo

Miró con espanto al comandante, ya sabía qué contenía el frasco.

—¿ Es ésto lo que imaginó?— la voz le tembló, se disponía a dejarlo sobre la mesa cuando el comandante le agarró por el antebrazo para evitarlo.

— cuándo hayas encontrado al menos a una de ellas, debes tomar el frasco, y el vendrá.
— pero ¿el puede escucharme si cargamos con ésto?.
— No lo creó, ya lo e probado de varías formas, por eso hablamos con total libertad ahora, confía en mí, 
toma lo que necesites para tu expedición, solo puedo darte tres días, pasado ese tiempo, daremos el próximo paso, los demás campamento se están organizando para lo mismo.

A la mañana siguiente, a primera hora frente a la fogata, estaban los cinco soldados esperando al mayor, mientras tomaban un poco de té caliente.

— Bien, están todos, nos podemos ir.

Al escuchar estas palabras y por la sorpresa de no haberse percatado de que el mayor se acercaba, dos de ellos escupiendo a chorro el té, mientras todos se apresuraban a ponerse de pie y dar el acostumbrado saludo a un oficial de rango mayor.

Helgel los miraba con superioridad, era muy respetado entre las filas, temido por algunos, se rumoreaba qué podía llegar a ser muy cruel al castigar las desobediencia.

Después de caminar unas cuatro horas, se detuvieron para descansar un poco y comer algo.

— Este es el plan— SeñalóHelgel mientras abríael mapa de la zona en el piso,, estamos a unas dos horas del " ojo del diablo" , estando allí haremos un perímetro, uno deberá quedarse para vigilar qué la soga no sea cortada, tres de nosotros bajaremos, tu, tu y yo.

Empezó a subrayar el mapa, en una dirección contraria al acantilado, mientras hacía círculos y lineas en silencio, Cris y otro soldado sin asignación se miraban extrañados.

— Señor, con todo respeto, Señaló, que el cabo quedaría arriba, y ustedes tres bajarían, ¿ Qué haremos nosotros dos?.

— Ustedes dos irán al pueblo de snoring.

—!!SNORING¡¡— repitieron ambos con sorpresa.

— Señor, es muy obvio para todos qué Cris no es de su agrado, pero es un excelente rastreador, nos hará falta en la misión.




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