El Liberado

My biggest enemy is me

La alarma me despierta a todo volumen, me siento masacrado. ¿Qué hice ayer para sentirme así? No lo recuerdo, como si me lo hubieran borrado de la mente. No veo nada bien… como siempre, y me pongo los lentes antes de salir de la cama.

— ¡Axel! El desayuno está listo.

— ¡Ya voy, mamá!

Me cambio rápido, John llegará en veinte minutos. Unos jeans y una camiseta de Bytronic será suficiente, debo ahorrarme tiempo escogiendo la ropa para recoger mis cosas tiradas por la habitación. En cinco minutos salgo de mi habitación poniéndome el zapato izquierdo con cuidado de no caerme de cara. Mamá está vestida de forma tan elegante como siempre, aprovecha su trabajo en el banco como nunca, ha rechazado mejores ofertas solo para que sea feliz aquí con John, mi único amigo.

— ¿Qué sucede, muchacho, mucha tarea? —Griffin…papá mueve su corbata para estar presentable para sus clientes, dice que ser psicólogo para jóvenes es más difícil de lo que parece.

— No es eso, una mala mañana, creo que dormí mal.

— Te dije que no leyeras tan tarde, ese evento al que fuiste de …

— Convención de ciencia ficción, solo compré un libro —lo tengo en mochila para continuarlo entre clases.

— Y debe ser muy interesante para quedarte leyendo tan tarde —papá deja el periódico en su lugar antes de darle una mordida al pan tostado.

— Es muy interesante, es sobe un chico como yo con poderes, explorando misterios familiares y luchando contra monstruos.

Toco el tema de la familia recordando lo que pasó con mi verdadero padre, nos maltrataba a mamá y a mí, una noche cuando tenía 9 casi me asesinó en un arrebato de ira, la policía derribó la puerta para salvarme; me llevaron a un hospital y a ese monstruo a prisión. Ahí fue donde mamá conoció a Griffin, buscándome un psicólogo, se enamoraron y tres años después se casaron.

— Ten cuidado con ese libro, escuché que hoy tienes una exhibición de universidades, muchos estudiantes de todas partes vendrán y no todos son amigables —me advierte papá.

— Y por escuchar te refieres a ser notificado por correo.

— Rebecca, esos son mis correos, cariño.

— Me lo dijiste anoche.

— Cierto —y en su ritual de amor se acercan para besarse y algo más.

— Sigo aquí, terminando mis panqueques.

Ambos se incorporan un poco apenados, lo bueno es que tienen esa chispa, con el monstruo no había señales de amor. John me salva a tiempo y mientras vamos por las escaleras hablamos de cosas sin importancia. Es raro, me lo imagino con el cabello negro a pesar de que siempre ha sido rubio natural, también es raro ver que el edificio es muy familiar, nos mudamos aquí hace un mes por problemas económicos, apenas estamos ahorrando para volver a la casa en la zona residencial.

— Pensarás que me volví loco, pero ¿sabes que pasó ayer? Juro que me siento muy mal y no recuerdo mucho.

— Eh, lo mismo de siempre, ir a Gameinvation, hacer el proyecto de química… realmente no pasó nada.

Intento ignorar ese misterio y nos dirigimos a la escuela, en el camino nos topamos con mi tía Melanie, es una policía buscando autos que multar. Todo me hace jugar con mi imaginación, imaginando a un súper-héroe que se vuelve intangible salvando a alguien de ser atropellado, o yo andando en una bicicleta por la ciudad con el aire ondeando en mi cabello.

La escuela se ve más demacrada de lo que pensaba, con grietas y con los colores más apagados. La gente me ignora como siempre, a veces me alejo pensando que me van a golpear, incluso Hond, el típico futbolista chiflado amante de maltratar a los que no son populares, me deja en segundo plano, casi nadie me habla fuera de John, su novio, Nate, y Tom; cambiaron a Molly a una escuela en Carolina del Norte.

— Me pregunto cómo la escuela no se ha caído —replico viendo una escalera que está demasiado desgatada, los escalones se han vuelto ligeramente curvos.

— O por qué no la han renovado para la exhibición de universidades. ¿Alguna universidad que tengas en la mira?

— La universidad local, el profesor Peter quiere darme una beca por excelencia académica.

— Lo mereces más que nadie, eres muy listo. Eso sí, eres el único al que no le grita.

— Tal vez sea su favorito.

Las clases siguen con normalidad, el de educación física torturándonos, el profesor Peter anunciando un examen sorpresa que apruebo, leyendo un capítulo entero del libro de historia y entregando el proyecto de química. Ya cuando nos vamos al estadio para la exhibición cruzamos por el club de robótica, de los pocos que no han sido cancelados junto con nuestro club de videojuegos. Una máquina cuadrada que está sola en una mesa me provoca una oleada de miedo y tiemblo como nunca.

— ¿Estás bien? ¿tienes otro episodio? —pregunta John al verme, confundiendo mi miedo con otro episodio de ansiedad.

— Vámonos…

— Pero…

— John, vámonos ya, tenemos que irnos —lo empujo para que no le ocurra nada, lo matará y terminará peleando conmigo, lo sé.



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En el texto hay: armas biologicas, venganza, heroesyvillanos

Editado: 18.02.2023

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