58-Preparativos

Tamer termino de pulir su espada y miro su reflejo en esta, la hoja había resultado mellada en aquel incidente pero ya estaba reparada, afilada y más mortífera que nunca, al mirarle le parecía que sus ojos tenían un brillo rojizo, como el fuego de su fragua, y se preguntaba que haría falta para encenderlo al máximo.

-Tamer…-Tiso entro a su taller-tenemos que hablar.

-¿De qué?-no se volteo.

-Acabo de hablar con el encargado del torneo, te inscribiste esta mañana, mientras yo no estaba.

-Así es.

-Tienes que estás jugando conmigo, ¿después de lo que paso…?, ¡Mírame cuando te hablo, por Dios!-lo hizo, le dirigió una mirada dura-casi partes a un hombre a la mitad, casi matas a un hombre.

-El hombre equivocado, pero si está protegiendo a Hobolpott no puede ser un inocente.

-¿Te das cuenta de lo que pudo pasarte?, habría que agradecer que…

-¡¿Agradecer?!-lo encaro-¿crees que debo agradecer a ese maniático?

-¡Eso no fue lo que dije!-le tomo por los brazos-Tamer, por favor, te conozco, tú no eres así.

-Quizás deba serlo, quizás de haber sido así, un verdadero orco, él jamás se habría llevado a mi hermana.

-No estoy hablando de razas, me refiero a ti, Jaime Tamer, un peleador, un defensor, no un asesino, te lo pido, no participes, por mi.

-Tengo que, por Hetty-Tiso apretó sus brazos pero luego aflojo, resignado.

-Entonces lo haremos juntos-dijo-también me inscribí, ¿puedes reforzar mi escudo?

-Tiso… ¿Por qué?

-Porque te amo, grandísimo insensato, ¿Por qué más?-lo abrazo-sin ti estaría solo, asique te seguiré aunque pretendas llevarnos al mismo infierno.

-Lo siento-lo abrazo también-de verdad lo siento.

Tiso también lo sentía, eran víctimas de su sangre, el orco en Tamer clamaba por una sangrienta venganza y el trasgo en Tiso se sacrificaría y seria leal hasta la muerte.

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Candela reacciono al asombro antes que los demás y lo hizo de forma tan exagerada como con la inesperada rueda de prensa, lanzo un grito tremendo, abandono sus huevos y le arrebato el frasco a Grimm de las manos.

-¡Esto es maravilloso, maravilloso!-se fijo en los otros-¡Ja!, deberían ver sus caras, esto lo explica-rozo el frasco con una uña afiladísima, Aredia retrocedió-sin su pequeña, estúpida, guardia, Malquiur ya no sabe lo que hace, podría comérmela de un bocado.

-Permiso-Grimm la recupero-yo la atrape, yo la conservare, si el hechicero nos preparase laguna sorpresa con esto podríamos negociar, asique, ¿soy bienvenido?

-Oh, claro que sí, es un gusto que sigas con vida.

-Candela-intervino Meirili-yo debería…

-¿Tu deberías, que?-le corto-perdónala, la tontuela tiene la falsa impresión de que manda aquí-la miro maliciosamente-me tomo que tu estatus acaba de disminuir aun más, querida, ¿pero qué tal si eres linda y le ofreces al Wyrm una buena habitación?

-…Por supuesto-mascullo.

-No, ¡Alto!-ahora le toco a Jhorad interferir-no sé qué es esto pero no me gusta nada.

-Jhorad, ya supéralo.

-¿Quieres escucharme?, si no es el Wyrm entonces esto es una maldita trampa, si de verdad lo es, ¿Cómo puedes confiar en él?, ¡casi me mata!

-Me estoy cansando de esta conversación, ¿puede alguien ponerle fin?

-¿Es cierto que el Wyrm puede hipnotizar a las personas?-dijo Efraím, todos le miraron-mi…mi padre me hablo de ello cuando era niño.

-Es cierto, tengo ese poder.

-Entonces podría hipnotizar a la guardiana, para asegurarnos de que no escape ni intente nada.

-Que haga lo que le ordenemos-dijo Candela, con una sonrisa torcida-que mate a su amado cuando nos convenga, oooh, me encanta.

-Requiero cierta calma para ello, ¿Qué hay de esa habitación?

-¡Sí!; ¡Fuera todos de mi nido!, ¡Ya!

Candela era una tirana voluble, o quizás solo quería disfrutar a solas de contarle todas las novedades al pobre Almantt, como fuera los hizo salir, Meirili, ahogándose en furia, llevo a Grimm hasta una habitación relativamente cerca del nido y se desatendió del asunto, nada más espero a que estuviera dentro y se fue pisando fuerte, echando chispas por el ojo, literalmente.