El libro maldito

Ella

 Ella abre sus ojos y se levanta una vez más. ​​

Aún confía en que su familia cambiará. 

«No cambiarán.» 

Ella sale a trabajar muy temprano por los niños,

tiene las manos heladas, respira hondo y sigue su camino. 

Ella sabe que todos dependen de sus manos

y de hasta dónde llegue su cariño. 

El aire corta su rostro cual cuchillos.

Hace demasiado frío.

Ella trae a casa el pan, y agradece por un día más, 

pero últimamente desea no existir más. 

Solloza en el baño, o escondida en otro lugar. 

Tiene los ojos inyectados en sangre, 

y cree que no lo podrá soportar. 

Pero lo soportará.

Ella sabe que nada está bien, 

y es consciente de que alguien conoce su dolor. 

Ella creía haberlo ocultado muy bien. 

Ella sabe que soy yo.

En ocasiones pierde el control. 

Grita y golpea sus puños para liberar la tensión. 

Sale a tomar aire para tratar de entender, 

limpia sus lágrimas y pretende que nada pasó. 

Ella sabe que yo lloro también.

Ella lava su cara, pone un poco de color, 

sonríe lánguidamente y canta una canción. 

Confía en un Dios omnipotente, y le reza una oración. 

Ella cierra sus ojos e intenta descansar.

En la oscuridad desea la muerte, pero la muerte no llegará. 

Al día siguiente ella abre sus ojos y se levanta una vez más. 




Reportar




Uso de Cookies
Con el fin de proporcionar una mejor experiencia de usuario, recopilamos y utilizamos cookies. Si continúa navegando por nuestro sitio web, acepta la recopilación y el uso de cookies.