El Lienzo de Una Universitaria

Capítulo II

 


En ese momento, siento que mi corazón se detiene, conteniendo el aire en mis pulmones. Ethan ha sido el chico que me encontré en el ascensor. Ese chico que pensé que jamás volvería a ver en la vida.

Julián se encuentra hablando con Ethan. Al parecer, están discutiendo sobre unos equipos de fútbol.

Julián pone las pizzas en la mesa y Ethan una caja de cervezas que no había notado que traía en las manos. Se van acercando poco a poco hacia nosotros y cada maldito segundo se siente como una eternidad.

Pero Ethan...

Ethan es igual de alto que sus amigos y de igual contextura en cuerpo, como había mencionado antes. Ethan ha ido a la playa recientemente, lo delata el color de piel un poco oscura, tiene el cabello negro azabache. Lo suficientemente largo para tenerlo todo desordenado hasta las orejas.

Y los ojos...

Los ojos de Ethan parecen querer atraparte. Un mar infinito que parece tener el don de detener el tiempo, una sola mirada podía hacer latir el corazón en descontrol, o por lo menos el mío. Escuchando lo que le dice Julián, sonríe, dejando apreciar esa dentadura perfecta.

Y como si sintiera mi mirada puesta sobre él, me mira, el corazón se me atora en la garganta.

¡No puede ser!

Seguro ya me reconoció, ¿por qué tuve que mirarlo de esa forma en el ascensor? Estoy segura de que debe pensar que soy una acosadora.

¿Por qué mis ojos siempre tienen que ser tan curiosos?

Estoy pensando seriamente si salir corriendo y lanzarme por el balcón. Sí, creo que eso haré.

Me levanto de mi asiento con el propósito de saltar del balcón, olvidándome de todos los presentes en la habitación.

- Eh, Thalia, ¿qué haces? - pregunta Julián confundido al ver que me levantaba de mi asiento justo para escapar de todo este lío.

- Ah, no hago nada, lo siento - digo tartamudeando. - Me dirigía al baño - se me ocurre decir -. Ya vuelvo - digo dirigiéndome hacia la puerta. Al pasar junto a Ethan, trato de pasar con la cabeza gacha para que no me reconozca y suspiro aliviada al cruzar apenas la puerta. Creo que voy a encerrarme en el baño por un rato, o por lo menos hasta que Ethan se vaya.

Me dirijo al baño, pasando corredor tras corredor, pero no lo he encontrado. Debe de estar en alguna de las habitaciones; tendré que buscar en cada una de ellas. Ahora que me he tomado el tiempo de observar el departamento, me doy cuenta de que es bastante grande y la decoración es asombrosa. Al parecer, Julián es bastante ordenado.

Después de un rato paseándome por el departamento maravillada con la decoración, me encuentro con una puerta que parece ser una habitación. Por un momento había olvidado que estaba buscando el baño, pero ahora sí me urge. Trato de abrir la puerta con mucho cuidado para no hacer ruido. Al entrar, la cierro detrás de mí y me encuentro con una habitación completamente oscura; las luces están apagadas, por lo que no puedo ver mucho sobre lo que hay en ella.

Me muevo poco a poco en la oscuridad de la habitación, tratando de no chocar con nada. Por un momento casi me voy de cabeza al piso, pero eso me hace encontrar el interruptor de luz.

¡Oh por Dios!
¡Ah, esto sí que se le llama perfección! Todo se encuentra perfectamente limpio y ordenado, cada cosa en su lugar, todos los colores que se encuentran en la habitación combinan a la perfección y se siente un sutil olor a perfume varonil.

Trato de no tocar nada, todo se encuentra tan limpio en esta habitación que no me gustaría ensuciar nada, tomando en cuenta mi torpeza.

Me he topado con otra puerta que debe ser el baño, y con sumo cuidado la abro. Efectivamente, es el baño, y me sorprendería de lo limpio que está si ya no hubiese visto la habitación.

Me recuesto en el lavamanos mirando fijamente mi reflejo en el espejo frente a mí y noto un poquito de tensión en los hombros, así que trato de relajarme para liberar toda tensión.

Escucho que alguien abre la puerta de la habitación, y me encuentro totalmente helada, sin saber qué hacer. De un momento a otro, la puerta del baño se abre, dejando ver el rostro confundido de Ethan, y su confusión se acentúa al ver mi cara de horror en estos momentos. Mi subconsciente no me ha dado tiempo de procesar lo que está pasando, simplemente me muevo rápidamente hasta llegar a la puerta con el propósito de pasar junto a Ethan y salir de la habitación, pero para mi mala suerte, no se mueve.

Ethan se encuentra en la puerta, mirándome. No sé qué estará pasando por su cabeza en estos momentos, solo sé que no debe ser algo bueno. Seguro esta es su habitación y debe estar pensando que estaba husmeando entre sus cosas.

Me mira fijamente a los ojos con el ceño levemente fruncido y yo ya no soy capaz de sostenerle la mirada, así que bajo la cabeza.

-¿Te encuentras bien?- es lo único que pregunta al verme allí parada - Julián me ha mandado a buscarte, estaba preocupado porque no habías regresado- añade - ¿Sucede algo? - pregunta con un leve tono de preocupación.

- No, no, no sucede nada, solo me sentía un poco mareada, por eso no regresaba - trato de sonar lo más convincente posible - la verdad que no me siento muy bien desde que llegué, lo mejor es que regrese a casa - le digo, pasando por su lado esta vez sí dejándome salir.

Camino un poco nerviosa a la salida de la habitación, él yendo detrás de mí sin decir palabra alguna.

Llegamos nuevamente hacia el balcón y todos se encuentran sentados jugando un juego de mesa y charlando. En cuanto Julián nota mi presencia en el lugar, se levanta llamando la atención de sus amigos.

- Thalia, ¿Por qué no regresabas? - dice Julián al apenas llegar hacia nosotros. - ¿Te encuentras bien? - pregunta al verme un poco agitada.

- La verdad me siento un poco mareada, lo mejor será que regrese a casa - le digo tratando de convencerlo, la verdad es que Julián me conoce lo suficiente para saber cuándo estoy mintiendo.




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