Cuando abro la puerta me encuentro con un chico como de mi edad, más alto que yo y muy guapo a mi parecer. Yo solo lo miro disimuladamente, es peli negro, con ojos verdes y sus facciones son simplemente perfectas
- ¿En que puedo ayudarte?- le pregunto normal, pero por dentro estoy que me derrito
-Hola buenas noches, buscaba a la señora Liria
-¿Álvaro? ¿Que haces a estas horas por aquí querido?- le pregunta mi abuela asomándose
-Disculpe la hora señora Liria, pero quería devolverle la manta qUE me presto, gracias a ella mi madre ahora se siente mejor-
-No hay de que querido, esta manta es muy especial-
-Bueno, ya me voy señora, no es bueno estar fuera a esta hora-
-Tienes razón, ten una buena noche querido-
-Adios señora, adiós señorita-
El chico simplemente se despidió y se marchó hacia la casa de alado, al parecer es el vecino. Cuando estaba a punto de cerrar la puerta, Calvin empezó a ladrar descontroladamente y salió corriendo hacia afuera
-¡Calvin!, abuela espérame dentro, voy a buscarlo-
-No querida, no es bueno que salgas-
-Tranquila, volveré rápido-
Dicho eso salí corriendo detrás del pequeño perrito blanco e ignorando los gritos de mi abuela, no tengo idea de hacia dónde se dirige hasta que observo que cruza el puente y se adentra hacia el bosque. Como es de noche lo pierdo de vista, pudo haber ido hacia otro lugar, pero no, el bosque era la mejor opción para el
Con mucha inseguridad entro en el oscuro bosque, de día era bonito, pero de noche se veía tenebroso. Camino y camino buscándolo por todas partes sin obtener resultado alguno, estoy muy nerviosa, ya me he alejado bastante del pueblo y casi que no veo nada, al menos la luz de la luna me ayuda un poco infiltrandoce por los pequeños huecos de entre los árboles
Siento una mala vibra, siempre que siento esa sensación en mi cuerpo se que nada bueno va a venir, por que me doy la vuelta para volver sobre mis pasos, pero paro en seco cuando siento unas pisadas detrás de mí. En ese momento empiezo a imaginarme lo peor
Me voy dando la vuelta muy lentamente y puedo ver como un gran lobo negro está parado a tan solo unos metros de donde me encuentro, no sé que hacer, el miedo y la angustia empiezan a expandirse por todo mi cuerpo. Su pelaje negro lo camufla con la noche y esos ojos Ámbar me observan tan fijamente que hacen que los huesos me tiemblen
Suelta un leve gruñido mostrando sus afilados dientes, me encuentro envuelta en un grueso manto de terror, comienza una lenta caminata hacia mi, mientras que yo retrocedo con gran esfuerzo por la parálisis que me causa tal bestia. Las lágrimas empiezan a brotar de mis ojos y comienzo a temblar
No sé si es más aterrador este lobo o un oso. En la lejanía se empiezan a escuchar varios aullidos, supongo que de más lobos, acercándose en nuestra dirección. En ese momento es cuando debo de reaccionar, no quiero morir y tener que dejar a mi abuela sola, además que pasaría si ella sale a buscarme, no me perdonaría si algo le llegase a pasar
El lobo frente a mi aúlla, al parecer llamando a los otros, es mi oportunidad. Mientras el está distraído, empiezo a correr sin mirar atrás, de repente siento las mismas pisadas que antes mordiéndome los talones, me esta persiguiendo
Corro de un lado para otro, usando cada árbol a mi favor, intento trepar algún que otro pino pero el resultado es en vano. Cada vez escucho más aullidos y más pisadas, el lobo negro no era el único que estaba a la caza. Sigo corriendo, pero para mi mala suerte me tropiezo con una raíz salida de un árbol, siento un punzante dolor en mi tobillo derecho, no estoy segura pero creo que me lo doble. No pienso morir aquí por lo que comienzo a arrastrarme utilizando mis manos y mi pierna izquierda
No me había dado cuenta de que me encontraba rodeada de muchos lobos que solo me gruñian mirándome con hambre, todos de distintos tonos y tamaños. El mismo lobo negro de antes se abre paso entre los demás y comienza a acercarse hacia mi con la misma mirada de antes, esa profunda y tenebrosa mirada. Estoy muy asustada, es la primera vez que estoy a tan solo unos pasos de la muerte. Me queda toda una vida por delante, solo he querido tener un trabajo, casarme y formar una familia. Pero nunca pensé que este fuera mi destino
¿Que pasaría con mi abuela? No quiero dejarla sola. Esa feroz bestia se hacerca hasta mi lentamente, pero decidido. Yo de muy tonta solo me quedé quieta, ya no podía moverme, quería reaccionar pero mi cuerpo no me respondía. Su hocico estaba justo frente a mi, podía sentir su respiración chocar en mi cara, me estaba olfateando y yo solo no me moví
Se alejó solo un poco, pude ver sus ojos con más detalle, pero, lo que no me esperaba es que sus pupilas se dilataran, como las de un humano. Según sé, eso no creo que sea posible. Mis pensamientos quedaron el el aire cuando siento un golpe en mi cuello, nada brusco pero tampoco tan suave, lo suficientemente fuerte como para que mi vista se comenzara a nublar, después de eso todo fue oscuridad