Con una amarga sonrisa en su rostro, Owen miró a los dos novicios y comentó:
“Ambos lo han hecho bien hasta ahora y me aseguraré de que sean recompensados generosamente, con una gran cantidad de Puntos de Reconocimiento por su labor. Pero, ha surgido un asunto de gran importancia y no podré tomarlos como mis discípulos directos. Así que, les recomiendo ir preparándose para rendir el examen de aprendiz de mago, y luego podrán llegar de forma oficial hasta este lugar; para continuar creciendo en el mundo arcano.”
Kendal se quedó estático, sin siquiera pestañar. Y Briana, comenzó a hacer pucheros y lucía bastante adorable.
“Se que tenían algunas expectativas, pero, iremos por caminos separados desde ahora y tendrán que progresar en el mundo arcano de la misma manera en que todos los demás lo hacen. De la manera más difícil”, sentenció Owen Shan, con seriedad.
“Briana no quiere convertirse en una aprendiz. No le gusta permanecer en ese terrible bosque...” declaró Briana, hablando de sí misma en tercera persona.
El Gran Mago, puso suavemente su mano sobre la cabeza de ella y sentenció:
“Debes superar tus miedos, curar tu ingenuidad y dar lo mejor de ti misma; sin perder la bondad que te caracteriza en el proceso. Sé que estoy pidiendo mucho, pero; si lo logras, te convertirás en un talento único en este mundo”.
Briana asintió torpemente con la cabeza, mientras sus mejillas se volvían algo rosadas.
Kendall dio un paso adelante y dijo:
“Maestro Shan, ha sido un honor pasar este tiempo con usted. Y espero que pueda reconsiderar tenerme como su aprendiz directo, cuando lo crea conveniente”.
Owen lo miró con firmeza, y señaló:
“Kendal, también quiero darte un consejo. Debes entender que el orgullo y la arrogancia son armas de doble filo. Puede que te sean útiles a veces, pero, habrá un momento en el que te destruirán por completo si no logras controlar estas cualidades”.
Kendall no pareció demasiado receptivo ante el consejo, ya que se quedó observando a Owen con extrañeza. Como preguntándose: ¿Por qué me dices esto a mí? Pero, de todas formas, asintió con la cabeza suavemente.
“Es hora de que regresen al pabellón de novicios y se preparen lo mejor posible. Cuando sea el momento de ingresar de forma oficial a este lugar, van a necesitar de toda la ayuda que puedan obtener ahora. Y confío en que entonces sabrán que hacer, cuando llegue el momento de probarse a sí mismos”, sentenció el Gran Mago.
“Briana no quiere…” murmuró la joven, mientras jugueteaba con su cabello dorado.
“Basta Briana, el maestro Shan ya nos ha ayudado demasiado. ¡Debemos regresar!”, exclamó Kendall, y la arrastró del brazo.
El dúo desapareció en una esquina y, ahora, Owen notó que Alanna lo observaba de forma extraña.
“¿Qué dijo el archimago? Pensé que querría conocerme…”, mencionó ella.
“A su excelencia no le interesan demasiado los asuntos mundanos, incluso si están relacionados con la nobleza, y no desea que te quedes dentro de la academia. Pero, me encargó la misión de protegerte durante los próximos dos años. Y a cambio de esto, solo espera que recuerdes que le debes un favor a la Academia Celestine”, declaró Owen, con total honestidad.
Alanna pareció estar algo sorprendida con esta información. Para ser alguien que ya no tenía ningún respaldo real en este mundo, estas condiciones no eran malas. Pero luego notó algo peculiar y, con una sonrisa pícara, preguntó:
“¿Me protegerás por los próximos años?”
Owen asintió, vigorosamente, con la cabeza.
“¿Esto quiere decir que me vas a seguir a todos lados?”
Owen volvió a asentir con la cabeza, sin tantas energías. De hecho, por alguna razón, sintió que estaba cayendo en una trampa.
“¿Incluso si tomo un baño?”
Owen estaba a punto de volver a asentir con la cabeza, pero se detuvo y tragó saliva.
“Te daré tu espacio...”, musitó.
“Y si no podemos permanecer en la academia ¿Dónde viviremos?” interrogó ella.
“Esto… todavía no lo he decidido”, confesó con honestidad.
“En el Imperio Andrasin había sequedad en exceso y la temperatura era demasiada alta para mi gusto. Personalmente, prefiero el mar y un clima más frio”, mencionó Alanna, con la misma sonrisa pícara de antes.
En realidad, ella había pensado mucho en lo que le depararía el futuro si la Academia Celestine la ayudaba.
Anteriormente, Alanna había creído que ser entrenada para convertirse en una Maga Oficial era su mejor opción. Pero, al llegar aquí, descubrió que todos tenían muchos años de entrenamiento al alcanzar su edad actual. Y la mayoría iniciaba sus estudios arcanos desde los 12 años o antes. En otras palabras, ella ya era demasiado grande para poder ser entrenada. Y, además, su experiencia viviendo entre los aprendices de mago no fue nada agradable. El Bosque Sombrío era un lugar terrible y ella lo sabía muy bien.
Después de todo lo que le había sucedido en las últimas semanas, ella solo quería tener paz mental y llorar sus pérdidas con tranquilidad. En otras palabras, quería tener el tiempo para poder sanar su alma y su mente.
Esto significaba que su siguiente mejor opción era la misma que le estaba proponiendo Owen Shan ahora. Instalarse de forma secreta en algún lugar seguro y vivir una vida tranquila.
Para alguien que había pasado por tanto como ella, no era una mala opción.
“Bien, podremos pensar en los detalles en el camino”, sentenció Owen, mientras le indicaba el camino con su mano.
Desde este momento, una nueva etapa iniciaría para ambos.