Maraton 2/5
Abigail.
Hoy era el dia numero cuatro, debo admitir que era divertido que nadie supiera quién era la admiradora secreta de Cameron Duch y lo que de verdad me llenaba de alegria era ver la sonrisa de Cameron cuando veía las cartas y los corazones. Aún no se si lee las cartas ya que solo las guarda en su mochila y se va, ¿sera una estupides para ti Cameron?
-Si tienes tantas dudas, por qué no cambias la carta y le preguntas.-Dijo Joe mientras comía su desayuno en mi casa de árbol, por que definitivamente no volveríamos a pasar hambre.
-¿Y como me va a responder? No sabe quién soy.-Dije con obviedad.
-Ese es un buen punto.-Dijo Owen mientras comía un poco de fruta.-Tal vez puedas citar a Cameron en un lugar, en donde puedas esconderte y...no creo que suena muy ilógico.
Suspire.-Esa sería una buena idea si yo quisiera que él supiera quien soy, pero ese no es el caso.
-¿Y por que no? ¿Que tal que cuando te vea te confiesa que siempre estuvo enamorado de ti?.-Bromeo.
-Oh vamos, no digas estupideces.
-¿Por qué no?.-Joe y yo miramos a Owen con intriga, la respuesta de esa pregunta era obvia.-Mejor amiga, no dudes que eres genial y cualquiera se puede enamorar de ti.-Dijo Owen.
-Todos menos el.-Dije viendo a la nada, bueno basta, tenemos una carta que esconder, una multitud que alocar y...vámonos.-Dije tomando mi mochila.
Cameron.
Otro dia mas.
Ultimamente lo unico que de verdad me hacia reir eran las cartas de mi "admiradora secreta", estaba acostumbrado a ese tipo de cosas pero podría decir que por primera vez me daba intriga saber quién estaba detrás de esas palabras, es decir, quien sea que esté escribiendo dichas cartas tiene talento para que las personas se sientan especiales.
Baje hacia la cocina buscando a mi mamá y mi hermana.-Buenos días cariño.-Dijo mamá mientras sonreía.
-Buenos dias, mamá.-Bese su frente, estaba preparando el almuerzo de mi pequeña hermana Linda, me acerque a la pequeña y despeino un poco su cabello dorado.
-¡¿Qué te pasa?!.-Me reclamó con su pequeña vocecita, comence a reir, su carita de enojo era de las mejores, además que había heredado los ojos de la familia. Mi padre murió hace algunos años en una accidente de carro, lo había superado o al menos un poco, pero Linda no tenía ni un solo recuerdo recuerdo de la gran persona que era mi padre y eso me rompía el corazón.
-Cameron Duch, ¿por qué estás molestando a tu hermana?.-Preguntó mamá, cruzada de brazos.
-Oh vamos, estoy jugando.-Dije con una sonrisa, ella asintió finalmente con una sonrisa, Candy me saco la lengua y yo hice lo mismo, a lo que ella me miró con sus ojos furiosos.-En fin me voy.
-Has estado muy contento hijo, ¿alguna razón en especial?
-Nada relevante, adios mamá, adios bebe.-Dije viendo a mi hermana.
-Yo ya no soy una bebe!.-Reclamo, yo solo me encogí de hombros y soltó un pequeña risa antes de salir de casa, Cindy me iba a matar por llegar tarde.
Conduci tranquilo por las famosas calles de Nueva York, cuando pase enfrente de la casa de ella, voltee solo para cerciorarme que ya iba a la escuela con sus amigos, pero últimamente no la veia...tal vez se levantaba mas tarde o mas temprano; a veces me ponía mal no poder saber realmente nada de ella, seguí conduciendo hasta llegar a la casa de Cindy, ella ya estaba esperando, en cuanto me vio rodó los ojos y caminó hacia mi coche.
-Tu nunca llegaras temprano, ¿no es así?-Dijo subiendo al coche.
-Correcto.-Dije acomodando acomodando el retrovisor.-Buenos dias cariño.
Ella suspiro y me miró sonriendo.-Buenos días Cameron.-Me miró para después besarme.-Ahora arranca.
Ella era asi la mayoria del tiempo y es que antes de mi siempre ha estado sola, con sus padres viajando todo el tiempo eso hizo que su carácter fuera más difícil, Cindy llegó cuando yo la necesitaba y ella a mi, esta claro que somos el cliché perfecto pero detrás de eso solo existen dos personas que se consuelan en sus momentos mas difíciles y bueno aunque yo no lo decía la amaba.
-Llegamos.-Dije al llegar a la escuela.
Ella tomó mi mano antes de que bajaramos.-Espera, no estoy de acuerdo con que la secreta mosca muerta te mande anónimos y que todos te alaban como un Dios y ademas tu lo aceptas y ries junto con ellos.
-Oh vamos, es irrelevante.
-Si bueno, no estoy segura de eso.
-¿Por que?.-Pregunte confundido.
-¿No crees que esas cartitas te ponen de muy buen humor? Muchas dicen que hasta te brillan los ojos.
-Basta Cindy, eso es una estupidez.-Dije exasperado.-¿Entramos?-Me miró haciendo un puchero.
-De acuerdo.
Al salir del coche vi a Nic platicando con un par de chicas, este hombre nunca cambiará aunque una parte de su corazón siempre le ha pertenecido a ella al igual que yo.
-Hey! Llegó la pareja de aburridos.-Le di una mala mirada al igual que Cindy.
-Silencio Nic.-Dijo ella molestando a mi mejor amigo.
-Tu no puedes llamarme asi bruja.-Le molestaba que alguien mas le llamara así a parte de mi y no se por que.
-Basta de bobadas chicos, tenemos clases, ¿recuerdan?.-Dijo Titan llegando junto con Katherine.
Cindy tomo mi mano y así fue como entre bromas entramos a la escuela; para ser sincero en mis planes nunca estuvo ser popular, de hecho no lo era hasta que me di cuenta que era bueno en el fútbol y bueno comencé a darle victorias al equipo del instituto, después Dominic se metió conmigo al equipo y nos volvimos populares; no es que me encantará ser el centro de atención pero sin duda el fútbol me hace feliz.
Muchos nos tienen envidia o nos aman y a otras personas nuestras vidas les son indiferentes.
Al llegar a mi casillero ya sabía lo que pasaría millones de corazones de colores cayeron y todo el mundo comenzó a gritar-tanta bulla por unos corazones-lo que sí merecía unos buenos aplausos eran las cartas que la persona me hacía.