Capitulo uno.

A lo largo de toda tu vida, desde que un mocoso se te habla de enamorarse.

Encontrar a una mugre de príncipe azul que te amará y resolverá tu vida.

¡!Alta mierda es eso¡, los príncipes no existen.

No vives en un cuento de hadas.

Y no es tan fácil amar y ser amado, por mas que lo intentes cuesta.

Te será difícil en muchas ocasiones, te dolerá, sufrirás y no sabrás que hacer… Si, eventualmente puede que sirva, pero de igual forma te dolerá y será difícil.

Y a mi me resulto especialmente difícil, y no porque sea mañosa… Si no porque de la persona de la que mi corazón decidió amar era el mejor amigo de mi hermano mayor.

ERA IMPOSIBLE QUE ALGO SUCEDIERA AHÍ.

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Una mañana me encontraba en la cocina arreglando las coas, mi hermano ya había ido a su trabajo de medio tiempo así que me tocaría a mi ordenar hoy las cosas. Estaba recogiendo lo del desayuno cuando el timbre de la puerta empieza a sonar interrumpiendo mis quehaceres.

Al otro lado de la puerta creí yo se encontraba un ángel, frente mo estaba de pie un chico alto, de piel de un canela hermoso y unos ojos tan brillantes que pareciera que tenían su propio universo en ellos… Lo mire atónita unos segundos mientras el me saluda, con la poca estabilidad que le quedaba a mi adolescente corazón lo deje pasar y lo invite a que se sentara en a mesa de la cocina. - Emm… Disculpa que te interrumpa. Mateo me dijo que me podía venir a quedar aquí y… No me dijo que tenia a una chica viviendo con él. - comento mientras se rascaba la nuca nervioso y desviaba la mirada.

Coshita, estaba para comérselo a besos de lo tierno que era.

Apresure en negar con la cabeza y sentarme en las sillas que estaban en la barra de la cocina. - si… creo que a mi precioso hermano se le olvidó mencionar a su hermana- comente como chist mientras acomodaba mi cabello tras mi oreja y le sonreía.

El chico, del cual aun no sabia nada, me quedo viendo por unos segundos para luego pegar un salto y empezar a disculparse. - perdón, perdón, perdón… Que mala educación la mía, me llamo Aiden, soy compañero de universidad de tu hermano Mateo… Y me dijo que les sobraba una pieza aquí- soltó rápido mientras se ponía de pie, repetí su acción y asentí con la cabeza. - sí, si quieres te puedo llevar para que te acomodes.

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Después de dejarlo n la habitación (Que por cierto quedaba al frente de la mía) me limite a seguir arreglando las cosas y subir a mí.

Y buen mis queridos lectores, dirán ustedes, ¿Y eso que?

Bueno, lo que paso después, que me fui a enterar el lunes, que Aiden era mi compañero de clase.

Y no solo de clase, NO SEÑORES, LA COSA QUE NO QUEDA AHÍ… era mi maldito compañero de banco.

Los días avanzaban genial, y i me lo preguntas, pues sí.

El amigo d m hermano me había gustado.

Me haba gustad como no me gustaría que me gustara y todos los días me traía vuelta loca.

¿El conflicto?

Fue cuando mis papas me escribieron para decirme que irían a vernos “porque mi hermano les quería presentar a alguien” ….    Y bueno, tamaña sorpresa la que me lleve al enterarme que a quien es presentaría seria a Aiden Y LO PRESENTARIA COMO SU NOVIO.

Y no es por ser dramática, pero sentí que el mundo se me caia a pedazos.

Así con la música dramática de fondo, la oscuridad y las cosas quebrandose a mi alrededor.

Sin mentir, casi me desmayo ante la noticia.

Y fue ah, queridos míos, que decidí tomar distancia sin decirle a nadie.

¿Por qué seguir al lado de alguien que solo dañaba mi corazoncito todo hermoso?